Los chicos llegaron con comida y alcohol a la casa.
—No puedo creer que vayan a hacer esto.— reí viendo como llenaban una hielera grande de cervezas. Cornelio se unió a mis risas.
—Estas locos estos vatos.
—¿Bajaremos?— le pregunté.
—Por supuesto, ya tiene que no me pongo una peda.— reí por su comentario y seguí viendo como transformaban la casa.
(....)
Cornelio y yo nos estábamos arreglando para bajar y pasar un rato con los demás. ¿Quien lo diría? Una fiesta en una casa con secuestradores y sus víctimas pasándola bien. ¡Que loco!
Miré a Cornelio y se veia muy bien a decir verdad, traía unos pantalones negros, una camisa de varios colores sin forma (la cual lo hacía ver demasiado sexy), unos zapatos Louis Vuitton negros y su cabello alborotado. ¡Se veía tremendamente guapísimo!
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—Te vez muy guapo— dije acercándome a él, lo tomé del cuello de la camisa y lo acomodé.
—Tú estás que me matas morrilla.— me tomo de la cintura pegándole más a él. Yo traía un vestido negro que quedaba muy pegado a mi cuerpo, no estaba tan corto, por esa razón lo escogió Cornelio, ya que según no enseñaba mucho. Igual la parte de mi tronco "enseñaba" ya que solo traía un top y lo demás era de mesh. No entendía la lógica de Cornelio.
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—Me encanta como te queda ese vestido.— dijo bajando un poco su mano hasta mi pierna para acariciarla delicadamente.
—A mi me encanta como te quedan estos pantalones— apreté su trasero y el rió mostrando sus lindos dientes con brackets.
—Vamos antes de que te pongas cashonda plebe.— me agarró de la mano y caminamos juntos hacia la planta baja.
Todos posaron sus miradas en nosotros lo cual hizo que me sonrojara un poco.
Cornelio se fue con los chicos y me dejó irme a platicar con las chicas.