✞ Capítulo 1 ✞

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Casi se arrastraba hacia su habitación, otra vez los hermanos se sobre pasaron a la hora de beber su sangre, de milagro esta viva. Vaya que su Dios la esta martirizando demasiado, no sabe cuanto podrá seguir hasta que su fe se quebrante, después de todo estar en la oscuridad la esta consumiendo poco a poco, las palabras de Laito una vez que otra vez resuenan en su cabeza, no quiere pensar de esa manera, pero realmente se siente abandonada y no solo por Dios si no por su padre, ¿porque no la ha venido a buscar?, ¿acaso ya no le importa?, ¿será que su propósito si era dejarla con estos vampiros?, tantas preguntas y ninguna tiene respuesta, se siente frustrada pero aún así mantiene esperanza, debe de creer, después de todo su fe es lo único que la mantiene viva. -Debo de llegar.-Se dijo a si misma, usando de apoyo a las paredes para no terminar cayendo en el suelo frío, a la vez lleva su mano a la cabeza siente que en cualquier momento se terminará desmayando.

Y finalmente llegó, se dejó caer en su cama, suspirando esta cansada el día de hoy, tiene ganas de quedarse en la cama un buen rato, dormir con tranquilidad sin estar al pendiente de que vendrá un hermano a molestarla, e intentará beber su sangre, aunque si ven su estado tal vez la dejen en paz ¿no?, de nuevo ha suspirado, pues esta pidiendo mucho al pensar en eso, claro que no la dejarán en paz, tal vez Ayato o Subaru tengan algo de compasión pero los demás hermanos... Lo duda un poco. -Aire fresco podría hacerme bien.-Aunque después de darse un baño y comer algo de mas, irá al jardín y le dará cuidado a esas hermosas rosas, sabe que no tiene que hacerlo, pero quiere es una manera de despejar su mente y no pensar siempre en esos vampiros, olvidar un momento su miedo de ser mordida, niega con su cabeza, tratando de sacar esos pensamientos de su mente, y así va y se levanta de la cama, ya irá a darse un buen baño, seguro que eso la despertara.

†††

Revisaba a su alrededor, extrañamente no ve a ningún Sakamaki cerca, bien sabe que eso puede cambiar en cuestión de segundos, si ellos tiene sed irán por su fuente inagotable de sangre, se hacía a la pregunta de como lograba vivir al perder tanta sangre... Quien diría que el corazón de esa mujer la mantiene con vida, no sabe si agradecer o maldecir ya que eso hace largo su martirio. Se adentro en los jardines, llevando consigo algunas cosas que le ayudaran para cuidar las rosas, sin embargo antes de emprender camino se dedico a mirar la belleza del cielo estrellado, la luna con su bello esplendor, tan hermoso, sonrió por un segundo ante esa vista.

Se dedico a regar esas rosas blancas, veía como crecían nota como algunas están a punto de florecer, se alegra de verlas tan bien y fuertes, acaricia con delicadeza aquellos pétalos teniendo cuidado de no hacerles daño, ojalá los vampiros tuvieron ese tacto con ella, pero de nuevo esta soñando mucho, pues cuando lo hacen recibe mordidas que la hacen sangrar, o comentarios que no son tanto de su agrado, Chichinasi, Bitch-Chan, M-Neko-Chan, Cerda, Ganado... ¿Que clase de apodos son esos?, aun pasa el que Azusa le dio, al menos no es ofensivo para su persona. -Que lindas.-Expreso, llevando una de las rosas cerca de su nariz para olfatear su dulce aroma, pero una sensación escalofriante la invadió su apenas pequeña sonrisa desapareció, así volteó para encontrarse con Kanato, esta vez no sonríe, se encogió de hombros pues aun sabe que esta molesto, después de todo gracias a ella perdió a su Teddy (o tiene algo de culpa por la pérdida del amado peluche), hubiera querido mejor que fuera Ayato tal vez Laito, pues este Sakamaki con apariencia inocente aún no la perdona por lo que sucedió, en cambio sus mordidas son de las más brutales casi se pondría a llorar si no fuera porque se quiere ver fuerte, y ni que decir cuando intenta castigarla afortunadamente Ayato siempre llega al rescate, le gusta pensar que es porque se preocupa por ella, pero aveces su mirada da a entender que solo es para no perder su alimento de calidad, la sangre de la Komori le fascina y sería una pena para el perderla sólo por uno de los berrinches de su hermano. -Levantaté, y ven conmigo. -Ordeno el de ojeras, Yui no se negó, sabía que si lo hacia sería peor, y solo atrasaría su tormento, se levantó y empezó a caminar a donde iba él. -Traía contigo algunas flores.-Ella se apresuró en recortar algunas, dejando sus espinas, menos mal traía esos guantes que la protegían, aprendió su lección ese día que se corto, apresuró su paso pues vio como él se iba sin ella, pronto se dio cuenta a donde iban, palideció y detuvo su paso al instante, iban a ese lugar lleno de muñecas. -¿Que haces?, avanza.-De nuevo le ha ordenado, ha sonado amenazador.

Memorias de una novia [ Diabolik Lovers ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora