✞ Capítulo 4 ✞

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Frederica esta mas alegre, al fin una novia se había atrevido a acercarse a ella, pues cabe de destacar que siempre huían de ella, pensando que se trataba de un producto de su imaginación creyendo que ven cosas gracias a como fueron tratadas por los vampiros, además por la pérdida de sangre. Y aún si no se acercaban a ella por eso, también era porque las mismas jóvenes ya no se querían relacionar mas con las cosas sobrenaturales que tantas desgracias y dolor les habían traído, se mantenía a raya tan sólo esperando el día en que su corazón se detuviera, en que uno de los sádicos hermanos vampiros decidiera al fin acabar con su sufrimiento, la fantasma en estos años solo había podido oír llanto desgarrador, súplicas que jamás fueron escuchadas acompañadas de risas burlonas y palabras de superioridad, sólo podía ver y escuchar sin hacer nada, pues un fantasma no puede hacerle daño a los seres de carne y hueso, eso sería condenarse a vivir al mundo atada, pagando por su pecado. —Gracias Yui.—Expreso con una enorme sonrisa, pues no sólo se atrevió a hablarle si no que también quisieron que fueran amigas (le dio un lindo apodo de cariño) aparte la quiere ayudar para buscar a su asesino, pero al pensar en eso último su corazón se estruja, como si saber la verdad fuera peor que vagar el resto de la eternidad en la mansión Sakamaki.

—En cambio, gracias por hacerme sentir mejor.—Contestó la rubia, y en ese momento se escucharon pasos resonando en el pasillo, rápido ambas voltearon a ver quien era, se trataba del menor de los trillizos, Kanato. Los ojos violetas se posaron en la Komori, la miro extrañado preguntándose que hace en su lugar especial, pero no le molesta que esta aquí de hecho lo haya divertido pues así le ahorro la molestia de buscarla y arrastrarla, mas teme que ya no tenga miedo de estar aquí, y no muestre ese lindo rostro que tanto le encanta.

Frederica también lo esta viendo (ahora traía consigo a un conejo de peluche, el reemplazo de Teddy), a diferencia de cuando vio a Laito, ella se mantiene tranquila pareciéndole normal verlo. —Yui, no pensé que vendría aquí por tu cuenta.—Contesto con una voz tranquila y suave, sosteniendo con una sola mano a su nuevo "amigo", a la vez la mirada ojerosa se fue hacia ese ramo rosas, cada vez le resulta mas extraño, pues esto no es típico de la humana. —¿Y esas rosas?... Acaso has venido a visitar a mis muñecas, que considerada.~—Canturreo, con una pequeña sonrisa.

—Yo...—A la Komori nunca se le ha dado por mentir (guardar secretos si) pero inventar algo rápidamente no es su fuerte, voltea un instante hacia la azabache quien tampoco se le ocurre nada.

—O es que ya quieres ser parte de ellas.—Solo bromea, de nuevo ha sido acorralada, Kanato esta arriba suyo, posicionado su mano sobre el cuello suave de la rubia, se pueden sentir las marcas de mordidas que han dejado los vampiros. Ahora que lo piensa, el de cabellos violetas ya no se ve tan enojado con ella, si no ya le estuviera gritando sin razón alguna, Yui piensa que su enfado al fin paso, y ya la perdono por lo de Teddy. 

El peluche de conejo fue dejado en la banca, ahora las manos del Sakamaki se posicionaron en los hombros contrarios, la Komori sintió una gran presión. —Kanato, basta.—Le pidió al de ojeras pero tan solo la ignoró, plasmando en su rostro pálido esa sonrisa tétrica.

Frederica no podía verla así, pero no sabía que hacer, ni siquiera sabe como le hizo cuando Laito intento beber la sangre de Yui, solo sabe que su rabia le dejo hacer aquello. Por un momento se le paso por la cabeza intervenir pero no, pues así ya no tendría caso buscar las respuestas, de repente se le vino una idea a la cabeza. —Pregunta por mi.—Le dijo a la rubia, antes de que él Sakamaki hiciera algo mas ella se apresuró a hablar.

—Frederica.—Pronunció su nombre fuertemente, la expresión de Kanato cambio al instante, ya no esta su sonrisa, mantiene su boca abierta y queda pasmado ante el nombre que escuchó, ambas se sorprenden por la reacción del contrario.

—Como... ¡¿Como sabes de ella?!.—Exigio su respuesta, esta vez Kanato no se fue contra Yui, seguía encima suyo pero ya no la tocaba, las manos frías del Sakamaki están hechas puños, tensa la mandíbula. —¡Te pregunte como sabes de ella!.—

—Yo...—Volteo hacia la azabache esperando que le diga que decir para calmarlo.

—Puedes decir que viste mi nombre en una libreta vieja.—Así es fue lo único que se le ocurrió, sólo espera sea creíble para Kanato.

—Encontré una libreta con su nombre, cuando arreglaba el jardín... La desentierre y allí estaba su nombre.—Añadió un poco mas de credibilidad a la mentira recién inventada ella misma se sorprende de como se le ocurrió algo rápidamente. Mientras la fantasma alzo su dedo pulgar en señal de que es bueno lo que dijo. —¿La conocías... Fue una novia también?. —De repente Kanato ya no esta cerca de ella se mantiene en silencio, ni un respiro se escucha por parte de él, sujeto fuertemente a su conejo de peluche, agachando la cabeza, tan solo sus labios temblando, esta reacción del Sakamaki es poco conocida para la Komori, curiosa y con preocupación se levantó y acercó a Kanato tal vez hablo de mas y eso le ha afectado. —Estas bien, te noto algo...—Llevo su mano hacia él pero se alejó, y levanto su vista, aquellos ojos violetas ya derraman un par de lágrimas, Frederica tan solo se dedica a observar con lastima al Sakamaki.

—Era mi preciada muñeca. —Mencionó entre un par de sollozos. A Yui le dolió verlo así pero antes de consolarlo él se hizo hacia atrás, no queriendo la lastima de la Komori.

—La querías mucho, ¿que paso con ella?.—Sabe que indagar mas y preguntar puede provocar ira en él menor de los trillizos, pero no le importa, e igual nota que este no hace nada mas que sollozar y limpiar sus lágrimas con la manga de su saco. —¿Donde esta?.—Insistió, de repente él levantó su mirada las lágrimas se detuvieron pero aun así se quedaron en sus mejillas blancas, pero sigue con aquellos ojos llenos de dolor y frustración.

—Eso no te importa a ti, ella es mía a pesar de estar muerta, yo la convertí en una hermosa muñeca la escondí para solo verla yo nadie mas.—Ha respondido, y sin hacer o decir algo mas se dio la vuelta y se fue.

El corazón de Yui se calmó al ver que se fue, respiro hondo sintiéndose libre otra vez se ha librado de ser mordida, pero lleva su vista hacia la oji-gris quien sigue viendo a donde estuvo Kanato hace unos minutos, es seguro que tenga recuerdos de él. —Frede-Chan... Tu y él.—Se refería a el hecho de que si tuvieron algo antes de que ella muriera, ante esa idea la azabache reacciono y negó con las manos pero aun así se sonrojo.

—No, no... Trataba con él, y si una que otra vez pudo haber pasado algo serio, pero le deje en claro que no me importaba, yo lo veía como un chico de aspecto dulce e inocente, a pesar de su actitud...—Dijo con una pequeña sonrisa, suspirando a la vez. —Rompí su corazón aquel día, me sentí mal por eso... sabía que me quería pero no le pude corresponder ya que estaba enamorada de alguien mas.—Proceso lo ultimo que dijo, las mejillas se tiñeron mas de rojo cubriendo su rostro con las manos, hablo mucho, por su parte la Komori le vio con curiosidad.

—¿Fue del instituto, o se trata de uno de los hermanos?. —Le cuestionó, Frederica río nerviosamente quitando sus manos de la cara. —Entiendo, no te culpo ellos son bastantes guapos. —Confeso, apenas un leve sonrojo cubrió sus mejillas, lo admitía, los Sakamaki's son realmente apuestos y tiene sus encantos, al tener esos pensamientos se dio una bofetada, y saco eso de su cabeza (lo mejor que pudo). —¿Puedo saber quien es él?.—

—Su-Subaru.—Dijo al fin casi en un murmuro, el cual escucho la Komori, le confió el nombre de la persona que le gusta.

Memorias de una novia [ Diabolik Lovers ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora