✞ Capítulo 10 ✞

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Habían decidido que por ahora no asistirán a la escuela, además de que estarían vigilando a la Komori, ella no ha dicho nada que ha estado con la fantasma, de hecho está muy callada y distante con casi todos los hermanos.

Habían decidido tener otra cena, un mero pretexto para atraer a Frederica, según Reiji debía saber más de la naturaleza de ella, cuan peligrosa es, y si se deberá recurrir a esa persona, pues a pesar de que ha leído aún no encuentra algo que la haga parar, salvo de hacer que cumpla con su asunto pendiente, pero por lo que platico la Komori eso no será posible. —¡Esto es injusto!.—La rubia se levantó de su asiento, harta de fingir que todo está bien, puede ver el dolor de Kanato y Subaru. —Ella no es una mala persona, solo le ocurrieron cosas malas, debemos ayudarla no atacarla.—Hablo al fin, diciendo todo lo que pensaba.

Cómo fue de esperarse nadie de los vampiros ni se inmutó con ese pequeño discurso que dio, el segundo mayor solo suspiró. —¿Qué tal si se convierte como esa mujer?.—Hablaba de Cordelia.

—Es diferente muy diferente, ella murió siendo humana, solo es una simple fantasma...—Triste y solitaria.

—Oh vamos Bitch-Chan calma, o te aparecerán arrugas.—De repente Laito ya estaba a su lado, de pie también, mientras posó su mano sobre el hombro de la rubia, en cuanto hubo contacto Yui pudo ver imágenes en su cabeza, de hecho más bien un hecho del pasado.

Allí estaba Frederica paseando por la mansión con una carta entre sus manos, sonreía emocionada, además se podían notar unas recientes marcas de colmillos en una de sus manos, cosa rara normalmente los vampiros iban por lugares en donde hubiera más sangre. —Se la daré hoy.—La escuchó felizmente, pero un sonido suave la detuvo, alguien tocaba el piano, por curiosidad fue a fijarse de que se trataba, los ojos grises de ella admiraron con sorpresa que se trata de Laito, no sabía ese talento suyo, pero realmente toca muy bien, tan solo se quedó en la puerta escuchando, sentía que eso le daría inspiración para escribir algo aún mejor a Subaru.

Cómo se había terminado la melodía ya pensaba irse hasta que la puerta fue abierta y su mano fue agarrada para llevarla dentro de la habitación. —Es de mala educación espiar a las personas, zorrita.—Frederica tembló, pero después sonrió con nervios.

—Solo estaba de pasada, ya me voy.—Queria salir corriendo pero dado que el Sakamaki no la suelta, le es imposible, se desespero al ver como la mano de Laito empieza a desabrochar su uniforme. —Ademas hace poco Kanato bebió de mi, me voy a desmayar.—Le dijo con ojos suplicantes para que se detenga, después de todo lo único que puede hacer es dar lástima a los hermanos para que no la muerdan y la dejen seca, al menos quería vivir lo más que se pudiera.

—No importa, sería divertido todavía... Debes ser castigada por portarte mal.—Dijo entre risas, provocando que la chica sude frío, pues Laito ya le había propuesto muchas veces tener relaciones, que si de todas manera se va a morir, que experimente todos los placeres que pueda, obviamente ella se negó, seguía con esperanza de poder vivir mucho, y claro poder estar con Subaru.

—Yo realmente no quiero...—Hablo de nuevo sabiendo que sus palabras no son importantes.

Al estar tan aterrada no se dio cuenta cuando Laito le quitó aquella carta que ella misma escribió con tanto empeño. —Esta bien puedes irte.—Le dijo con una tierna sonrisa, pensando cual era el truco de todo esto, pues se quedó allí, esperando que el Sakamaki haga su travesura, pero nada. —¿O si quieres divertirte?.—

Negó y casi salió corriendo de allí, pero se detuvo al notar que su carta no está, rápidamente regresó y encontro al Sakamaki leyéndola, burlándose de todo lo que dice. —¡Laito!... Devuelve eso por favor.—Se acercó con la única intención de arrebatarle la carta, pero no pudo, él le sostenía la mano para que no pudiera hacer más.

Memorias de una novia [ Diabolik Lovers ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora