† Capitulo 17 †

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Karl no puede creer tal cosa, está tratando de luchar por el control de su propio cuerpo, dejo que Frederica avanzará tanto, por supuesto estaba feliz con los resultados, pero las emociones descontroladas fue algo que no permitía, la tuvo que desechar, alguien tan inestable como ella no podía tener este poder.

Frederica trata de entrar más a su cuerpo, puede sentir como ya domina uno de los brazos del contrario, pero él no perderá tan fácil, a diferencia de los Sakamaki que no la podían tocar al ser una fantasma, el Heinz podía hacerlo sin problema alguno.

Enterrando sus uñas en la cabeza de Frederica, que aún así no retrocede ni un poco.

Los demás hermanos ya despiertos quisieron interferir, pero al momento de acercarse una enorme aura empezó a envolver a ambos, al acercarse solo recibían una descarga de energía que te hacía gemir del dolor. —¡Frede-Chan!.—Yui grito con todas sus fuerzas, su cuerpo ya había llegado a su límite desde hace tiempo, pero eso no le importaba quería estar al lado de su amiga.

—Basta ya, estás muy débil.—Ayato la sostenía para que no cometiera más locuras.

—No puedo creerlo...—Reiji dijo, observando esa pelea entre su padre y la chica fantasma. —Ella... Lo está igualando.—Mostro una fugaz sonrisa.

Laito y Shu miraban con poca preocupación e interés tal escena, como si ya supieran quien ganaría.

Kanato por su parte está desesperado, al igual que Subaru que trata de hallar una abertura para acercarse, pero no logra mucho más que lastimarse. —A ella no le gustaría eso...—Murmuro Kanato, mirando unos segundos a Subaru.

Este se sorprendió por un momento al escuchar a su hermano, pero a pesar de eso no quería parar.

—Sabes que si seguimos así vamos a hacerles daño...—Karl comento con una sonrisa, pero no hizo flaquear a Frederica con su decisión.

—¿Desde cuándo te importa eso?... Se que tenías una manera de querer a tus hijos, pero no me interesa, me haré con tu poder.—Su mano se adentro más en el cuerpo del Heinz, quien escupió sangre, cosa que lo dejo desconcertado unos segundos más él no se quedó atrás.

Frederica puede sentir algo extraño en su cuerpo, mira un momento a su mano, está parecía agrietar, tal como su cuerpo real de muñeca. —No... Yo no puedo morir ni desaparecer, soy fuerte aún más que tú.—Sonrio, mostrando aquel brillo en sus ojos, aquel que le devolvió Yui.

—No lo niego, de hecho solo halló una manera de ganar tiempo, pero ¿Que tal si te propongo algo?.—Ella lo miro desconfiado, pero aún así le permitió hablar, su curiosidad era más. —Yo regresaré el tiempo, tu no tendrás que vivir con mis hijos, regresa con tu familia... Lo único que debes de hacer es soltarme.—

Frederica pensó seriamente en la oferta, el hecho de ver de nuevo a su familia... De que su hermana no se sintiera culpable tras su muerte, si nunca hubiera ido con los Sakamaki.

Karl sonrió triunfador, seguro que de nuevo tendrá la "victoria". —No tendrás que vivir por ningún dolor... Todos los recuerdos horribles de está casa y mis hijos habrán desaparecido en cuanto me sueltes.—Las imágenes de ella sufriendo es lo único que se refleja ahora en sus ojos.

Poder olvidar el abuso de Laito, el odio de Subaru, los aterradores momento que tuvo con Kanato, sería libre de eso.

Pero... Después una voz resuena en su cabeza. —Frede-Chan...—Una sonrisa que la hace sentir calidez, ojos que la ven como un igual y que la aman, eso también olvidará, todos sus recuerdos con Yui.

Y aún así seguía viendo tentadora la oferta de Karl, hasta que escucho gritar a un preocupado Ayato, volteo un segundo para ver a una Yui inconsciente, con esa cicatriz en su mejilla que sangra.

Entonces lloró, se sentía la peor persona del mundo, Yui estuvo con ella cuando estaba sola, jamás la abandonó, hasta el final quiso ayudar a pesar de que no ganaba nada, solo se tenían la una a la otra, incluso la salvo de ensuciar sus manos. —Perdoname Yui... Lo siento por querer olvidarte.—A Karl no le gustaron para nada esas palabras.

Antes de que pudiera hacer algo Frederica desapareció en un parpadeo, entonces por primera vez los hijos escucharon un grito de su padre.

Ella de nuevo está en la oscuridad, pero no tiene miedo alguno, en cambio sus pasos son seguros mientras busca a Karl, unos más y con su vista lo halla, pero apenas es capaz de mirarlo, tan solo un enorme y elegante trono, pero que parece viejo, que está a punto de desmoronarse en cualquier momento, sobre el respaldo hay una mano arrugada y pálida, demasiado delgada también. —Felicidades.—No era la típica voz de Karl, está se escuchaba cansada, lenta.

Avanzó un poco más para poder mirarlo, pero la oscuridad cubría la mitad de su rostro. —Eres un anciano.—

—Que tacto el tuyo.—Se escuchó una risa por parte de él. —Pero si... Después de todo ya pasó de los 100 años.—

—¿Que paso contigo?.—

—Este poder... No podía simplemente entregarlo a cualquier persona, tuve subordinados pero morían con tan solo un poco de este.—

—¿Es por eso que tuviste hijos?... Para que ellos cargarán con tu peso.—

—Si... Lo admito, pensaba repartirlo, pero este poder es caprichoso, solo quiere un portador digno, y te escogió a ti.—

—¿Porque?... Más bien ¿Porque tú lo aceptaste?.—

—¿No es obvio?... Para tener poder.—Contesto, mostrando a una confundida Frederica con tal respuesta. —A cambio debí de renunciar a todo, apagar mis emociones, el amor, incluso a mis hijos.—

—¿Valió la pena?.—El Karl alzó la cabeza.

—Si... Gracias a eso pude hallar paz para nuestra especie, la pregunta es ¿Tu la podrás conservar, que harás con este poder?.—Hubo un silencio sepulcral entre ambos. —Bueno da igual, las reglas cambiaron, este poder se canso de esperarme para encontrar un portador... Ahora te quiere a ti.—

—¿Y que si lo rechazó?.—

—Tu no harás tal cosa, has dicho que lo querías... Ya no hay vuelta atrás, solo tómalo.—

El anciano Heinz alzó un poco su mano, está no paraba de temblar. —¿Que pasará contigo?.—

—Tan solo voy a desaparecer, hace tiempo se volvió ceniza mi cuerpo verdadero, lo que todos veían solo era la representación de este poder.—

Frederica se fue acercando, no es que tuviera ambiciones con este poder, tan solo quería terminar con estos planes de Karl Heinz, quien diría que sus intenciones fueran tan justificables.

Sujeto la mano de Karl, y este desapareció.

Todos los presentes vieron como su padre cayó de rodillas, para después golpear su rostro contra el suelo, ya no había ningún rastro de Frederica, todo volvió a la normalidad.

Subaru y Kanato fueron los primeros en corre hacia allá, la angustia en sus rostros es notable, después de todo parece ser que su padre volvió a ganar.

—Frede... Chan.—Murmura Yui que apenas abre un poco sus ojos, Ayato no la quería acercar a su padre. —¿Dónde está ella?.—El solo no podía responderle.

Pero la Komori pronto obtuvo su respuesta. —No...—Repentinamente y con sus pocas fuerzas se arrastró hasta donde estaba Karl, ella estaba tan segura que Frederica podría. —¿Donde dejaste a Frede-Chan?.—El albino poco a poco alzó su rostro.

Y en ese momento todos se quedaron en silencio, los ojos de cada uno de los hermanos miraban con asombro, algunos aún no podían creerlo, y Yui lloró.

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Muy pronto el capítulo final y tal vez un anuncio importante, gracias por leer espero les haya gustado. 💖💖💖💖

Memorias de una novia [ Diabolik Lovers ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora