✞ Capítulo 13 ✞

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Sus pasos eran rápido, su primera vez escapando de la mansión, gracias a Frederica todo ha resultado bien, ya que ella le cubre, confunde a los hermanos para que escuchen ruidos en otros lugares o sientan su aroma lejos de donde están. -¡Vamos bien!.-Dijo orgullosa la azabache, ya habían llegado hasta un transporte, irían al hogar de la fantasma donde supone debe vivir su familia, ha pasado un largo tiempo pero no pierde las esperanzas, debe verla y decirle que no fue su culpa lo que paso. -Hermana, por favor espera un poco mas.-Dijo ella, ruega porque este viva, ya que muchas cosas pudieron haber pasado en estos años, sólo espera y ella este bien junto con sus padres.

...

Al fin llegaron a su destino, la casa se veía algo descuidada se podía apostar que nadie vive allí, si no fuera por el buzón en el que hay recibos entre otras cosas, la Komori fue hasta la puerta y toco, pensando que el timbre no funciona, nadie abría después de todo debía estar vacía la casa. -Hola...-Alzo la voz la rubia, esperando así que alguien saliera, Frederica se halla ansiosa tan sólo se puede imaginar lo peor, pero su corazón se calmo al oír la puerta abrirse, quien se presentó ante ellas era alguien adulta, como de unos treinta y algo de años, a pesar de su edad se podía notar que la mitad de su cabello ya era blanco, empezando desde las raíces, además tenía una ojeras muy marcadas, Yui se encogió de hombros no tanto por la apariencia de ella, ya que si vestía decentemente, si no por la mirada vacía que esta tenía, su rostro tan solo expresaba odio.

-No quiero galletas. -Dijo, pensando que es una chica vendiendo cosas.

-N-No es eso.-Dijo antes de que le cerrara la puerta. -Frederica.-Los ojos de aquella mujer se abrieron en grande, haciendo una mueca de dolor.

-Como sabes de ella...-Le cuestionó, haciendo una indicación para que pase, lo hizo, y sacó de su bolsillo una fotografía vieja, la había tomado de la biblioteca, ella se sorprendió, tomando aquello, lloró.

-Porque la conozco, y somos amigas.-Esta le vio incrédulo.

-¡I-Imposible!... Ella ya esta...-A la azabache se le hacía un nudo en la garganta al verlo así, esta segura que esta en su condición por la culpa que ha llevado todos estos años.

-Ella esta aquí. -Le dijo con comprensión, sosteniendo la mano de la mujer para calmarla. -Pero necesitó que este tranquila. -Miro a lo que es la nada para la mayor, pero pronto sus ojos vieron a aquella persona que perdió hace tiempo, no estaba asustada, para nada, en cambio no podía contener su emoción de verla de nuevo.

-H-Hermana.-La mujer veía a Frederica, se supone y debería tener ya unos treinta ella, pero sigue igual, a como ese día. -Perdonamé.-Se arrodilló frente a ella, sujetando su mano fuertemente. -Y-Yo te maté. -Ella se agachó lentamente, haciendo que su hermana la mirará, lloró igual.

-Por favor no te culpes de lo que paso.-Dijo la azabache. -Yo estaba muy feliz porque te pude ver, lo que paso fue un accidente. -

-¡Yo quería salvarte...! Pero no pude, y luego ellos ni siquiera te quisieron entregar. -Escupió con coraje. -Te extrañe tanto. -

-Yo también, me alegra tanto de que estés bien.-

-Nadie me creyó, quería despedirme de ti, pero jamás pude encontrar esa mansión.-Frederica guardo silencio, no quería hablar de eso, de su muerte, teme que los recuerdos vengan.

Abrazo fuertemente a Eliza, cerró sus ojos, quería averiguar quién la llevo allí, pero tampoco quería interrogar.

Como eran hermanas tan unidas pensó que puede ver sus recuerdos, siendo fantasma también ha logrado tener cierto poder, después de todo gracias a su ira hizo cosas imperdonables.

Frederica noto a un hombre, realmente hermoso de cabellera larga, con una sonrisa maliciosa. -Te diré donde está ella.-Escucho su voz, por alguna razón su rostro poco a poco se disipó, se concentro para no olvidarlo.

Esta segura que él es culpable de todo, no le importa haber muerto, lo que le causó está ira irremediable es que hayan involucrado a la persona que ama en esto, la destruyeron, el paso del tiempo le cobro terriblemente, todos estos años sintiéndose culpable y ella sin poder decirle que no, gracias a su miedo por recordar.

Los recuerdos son lo peor que una persona pueda tener.

Es el pensamiento de Frederica que poco a poco deshace el abrazo, ahora mira con ternura a su hermana y después a Yui, ha resuelto su pendiente pero ya no importa tanto, no puede irse ya. -Ahora tienes que seguir sin mi, yo ya debo descansar en paz.-Mentira, por su bien, no es sano recordar tanto tiempo a un muerto y menos si es una forma tan negativa.

-Yo quiero darte un entierro...-

-No es posible, mi cuerpo fue quemado.-Yui la mira sorprendida ante eso, le estaba mintiendo.

Eliza mostró resignación, tocando la mejilla de su hermana. -¿Te volveré a ver?.-

-Cuando sea el momento nos veremos de nuevo, ahora vive, se feliz, olvídame.-La palma de Frederica pasó ante los ojos de Eliza, un parpadeo y quedó inconsciente.

-¡F-Frede-Chan!.-Yui le llamo, y la mencionada acomodo a su hermana en el sillón.

-No te preocupes, ella está bien, solo la puse a dormir, es mejor que crea y haya sido un sueño.-Y también logre alterar un poco sus recuerdos, que olvide a los vampiros, que crea y mi muerte fue accidental pero no por su culpa.

Ni ella misma sabía que tenía esa clase de poder.

Ya no es una simple fantasma es algo más. -Vamonos.-La rubia asiente, salen de su casa pero Frederica poco a poco Cambio la apariencia de este, el césped desapareció dejando notar flores que no han florecido.

-Que hermoso...-Menciono la rubia, Frederica vio sus manos, con un simple chasquido estaban frente a la mansión.

Pronto Ayato salió de está, corría hacia Yui, le empezó a gritar. -¡Aléjate de ella!.-

Cuando volteó hacia atrás Frederica alzó su mano hacia ella, sus ojos tan solo mostraban una horrible tristeza y locura. -Esta bien, yo te protegeré.-Sonrio, pero sintió escalofríos ante eso, repentinamente la misma Frederica detuvo su mano, aún sus ojos siguen igual. -No... Yo no quiero, por favor acaba conmigo Yui.-La rubia se tensó al ver la desesperación en Frederica. -¡No quiero hacer daño a nadie, ya no quiero existir, te lo ruego!.-Cubrio sus orejas, en ese mismo instante Ayato llegó para alejarla de ella.

Los brazos de Frederica se mancharon de un rojo mate, su vestido se torno de un negro profundo, la azabache no entendía que le pasaba tenía miedo... Se contaminó de su propio odio, aunque quiere ser la misma de antes todo el mal que alberga no desaparece, a este paso se convertirá en algo realmente turbio. -Para... Esta no soy yo.-La niebla cubrió toda la mansión Sakamaki, las cosas empeoraron cuando aparecieron los demás hermanos, Frederica llevo su vista hacia Kanato y Subaru, los sentimientos se revuelven dentro de su interior, imágenes pasan, duele demasiado.

Un grito desgarrador se escucha. -¡No los quiero desaparezcan!.-Entonces al fin se dio cuenta de algo, lloró amargamente. -¿Que he hecho?.-Levanto su vista para todos los presentes, la niebla la cubrió.

-¡Frede-Chan!.-

-Ella está bien...-Hablo Reiji, la fantasma ya no estaba allí. -Yui te diremos que es ella.-

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Lo sé, tiempo paso desde mi última actualización, lamento mucho eso, aún así tengo una buena noticia, esto pronto llegará a su fin ( ◜‿◝ )♡
Muchas gracias por seguir está historia, espero te haya gustado 💕💕💕

Memorias de una novia [ Diabolik Lovers ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora