No me rindo

685 53 12
                                    

Fernando Alonso

- No sé como puedes tener esa sonrisa después de quedar en un puesto 17 en la clasificación... - me decía Fabio mientras nos dirigíamos al hospitality después de la entrevista.

- Hoy nada puede estropearme el día.

- Ya lo veo... ya.

- Joder, estaba hecho polvo estos días y hoy, no sólo me confirma que no está embarazada, sino que... ¡uff! - no me salían las palabras al recordar lo ocurrido esta mañana en mi habitación.

- Sí - Fabio asintió riéndose - no hace falta que me des detalles, lo vi con mis propios ojos. - y me dio un toque en el hombro.

- Luego hemos quedado. A las nueve. Estoy nervioso.

- No me extraña. ¿Crees que podréis arreglarlo?

- Creo y espero que sí - respondí entrando en la pequeña habitación.

- Túmbate en la camilla vamos a ver como va ese hombro - me ordenó mi amigo y fisio. Me quité la camiseta y me tumbé boca abajo. Llevaba unos días con un dolor en el hombro izquierdo tras un brusco movimiento en el coche y quería estar al 100% para la carrera.

- Es muy tentador vernos a solas en la habitación de un hotel, pero quiero solucionar lo nuestro, Fabio. No podemos seguir así. Yo aún la quiero y creo que ella a mí también. Deberíamos hablar primero, con calma, tratar de decir todo lo que sentimos y buscar una solución.

- Es lógico - dijo mientras masajeaba mi hombro. - Pero no sé si podréis. Tenéis mucha tensión acumulada... - y rió al terminar la frase.

- Y tanto... Pero quiero hacer las cosas bien. No quiero cometer los errores que cometí en el pasado. Quiero hacer lo correcto con ella. Le he dicho que haré lo que me pida, pienso poner todo de mi parte.

- Tómatelo con calma. No prometas cosas que no vas a cumplir. Sois muy orgullosos los dos.

- Por supuesto que las voy a cumplir. Lo haré por ella Fabio. Me he dado cuenta que es la mujer de mi vida. Y no la voy a perder de nuevo.

- En una relación siempre hay alguien que debe ceder a pesar de no estar de acuerdo. Y en vuestro caso, ninguno quería hacerlo.

- Lo sé. Así que esta vez seré yo el que lo haga.

- Te veo muy convencido.

- Porque lo estoy.

- ¿Y qué vas hacer con tu novia?

- Pues más o menos lo que te he comentado. Le voy a proponer hablar durante una cena tranquila y relajada, con un buen vino y de postre algo de chocolate, como a ella le gusta.  Y luego pues... ya sabes, terminar lo que empezamos esta mañana.

- ¡Me refiero a Lara! - y mi cuello comenzó a arder tras la colleja que dio mi amigo, si es que se puede llamar amigo después de eso.

- ¡Auch Fabio!

- Te preguntaba por tu novia, por Lara. Puedes incorporarte. Hemos terminado.

Cuando me senté en la camilla, aún me dolía el cuello. Me lo froté varias veces a ver si se me pasaba mientras Fabio se limpiaba las manos con una toalla.

- Lara... - dije tras suspirar - No me acordaba de ella.

- Pues imagino que mínimo hablar con ella y cortar. ¿O serás un cobarde que lo haga por whatsapp?

El Corazón en Boxes IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora