Capítulo cuatro.

1.6K 85 9
                                    

- No tienes nada solo un simple rasguño, ahora te lo voy a desinfectar ¿vale?. - Asiento y miro a Dylan con una mirada de te lo dije pero él me aparta la mirada.

Gimo al sentir el ardor del alcohol y me sonrojo, ese gemido sonó muy sensual. La enferma sigue echando y apretando y yo intento hacerme la fuerte que soy y evitar poner una mueca de dolor pero eso sí mordiendome el labio para evitar soltar otro gemido innecesario.

Después de otro minuto de sufrimiento, Beatriz me venda la herida y me da el permiso de ponerme el vaquero pero realmente me encantaría poder ir en bragas ya que el vaquero me aprieta demasiado la herida.

- ¿Dispone de los materiales que he utilizado en su domicilio? - Pregunta la enferma mientras teclea en el ordenador, emitido un sonido en modo de sí mientras sigo batallando en ponerme los vaqueros. Necesito la táctica de distracción de Dylan.- Pues necesito que se desinfecte la herida una vez cada tres días durante dos semanas para evitar coger cualquier infección, ya que como decía su amigo el bosque es un terreno lleno de virus. - Al terminar de ponerme los vaqueros me siento en la silla. - Me puedes decir su nombre completo y edad.

- Maggie Johnson, dentro de cuatro horas cumple 21 años y si necesita saber su vida sexual ponga inactiva, es virgen - Explica Dylan tranquilamente mientras que yo ya estoy sonrojada como un tomate, la enfermera me mira sin creérselo.

- Eso era información no necesaria Dylan. - Digo dándole unas palmaditas un poco fuerte en su pierna.

....

- ¿Sigues enfadada? - Vuelve a preguntar Dylan por quinta vez y de nuevo por quinta vez no respondo, solo giro la cara haciéndome la indiferente. - No tienes sentido del humor. - Resopla y baja la ventanilla.

- Para en el 24 horas. - Digo secamente sin ningún signo de expresión.

- Está bien, sigue ignorandome. - Musita mientras rueda los ojos, intento evitar reírme.

Sigue conduciendo durante un par de minutos hasta que estaciona en uno de los aparcamientos libres. Me bajo del coche y camino disimulando el dolor que siento ya que el vaquero no para de rozarme con los malditos arañazos. Siento los pasos de Dylan detrás mío y no sé porque pero eso me pone nerviosa.

Se escucha el pitido que tiene las tiendas cuando entras por la puerta cuando entramos. El dependiente que debe de tener nuestra misma edad, nos echa una mirada rápida para luego volver a centrarse en su móvil.

Me paro en frente de la estantería y empieza mi peor debate, decirme que alcohol me hará emborracharme más rápido. Primero miro los vodka, relamo mis labios al ver el vodka negro. Está riquísimo pero tiene poco porcentaje, por lo que niego mentalmente.
Vodka Smirnoff, sería buena elección ya que stiene un buen porcentaje y encima su sabor no me desagrada. Pero entonces recuerdo que aún me queda en mi casa de la anterior fiesta que hicimos. ¿Tendré alguna botella más? No recuerdo. Entonces vodka no cogeré y el primer pensamiento que se me viene es Ginebra, tienen la premium y el Puerto de indias.

Vaya esto si que es una difícil decisión.

Ambas tienen buen porcentaje y es verdad que el Puerto de indias tiene un sabor más suave y no sabe tanto a alcohol, por lo que me la podría beber fácilmente peor claro a mí me gusta sentir el sabor del alcohol.

- Puerto de indias. ¿O no recuerdas cuando nos quedamos en casa de Zack? - Responde Dylan a mi debate mental y me empiezo a reír.

Dios, es verdad, acabó Zack metido en una papelera desnudo, bueno semidesnudo. Tuvo que bañarse tres días seguidos día y noche para quitarse el mal olor, justo habían vomitado dentro de esa papelera. Por eso uno de los apodos de Zack, es la mofeta.

Asiento y cojo la botella pero mi vista se centra al ron que está arriba y miro a Dylan con una cara de feliz cumpleaños. Está Arehucas, cuando fuimos a Canarias de viaje nos recomendaron este ron y dios, nos cogimos una borrachera monumental.
Cojo ambas botellas, sabiendo que tendré una resaca de mil demonios.
El dependiente pasa los productos por la máquina sonando otro corto pitido.

- Déjame una caja de Chesterfield. - Coje la caja de cigarros, y la mete en la bolsa.

Pago y salimos de la tienda volviendo a sonar el pitido.

- Hoy es un día especial. - Digo al ver la atenta mirada de Dylan en mí, miro mi móvil. - Solo me quedan dos horas. - Digo fingiendo felicidad, entramos al coche y contestó los mensajes de WhatsApp diciendo que estoy bien que solo eran unos rasguños e ignorando los mensajes de que haré récord Guinness.

Después de un largo camino de vuelta a casa entramos en mi casa y no sé porque pero me siento feliz, presiento buenas vibraciones con esta noche.

Iba a hablar pero entonces recuerdo que estoy enfadada con Dylan, por lo que dejo la bolsa en la mesa de la sala y subo a mi cuarto sin decirle nada.

Me quito el odioso vaquero y dios, siento la misma sensación de cuando me quito el sujetador, que liberación. Me pongo una camisa que son las que utilizo para dormir, obviamente de talla L para que así me quede larga.

Bajo y veo a Dylan sentado y todo ya preparado, pongo música y me siento a su lado.

- Maggie, hablame ya. - Hago un gesto como si estuviera pensando mi respuesta y entonces niego divertida.

Mezclo Puerto de Indias y Arehucas y luego me echo fanta. Dylan hace lo mismo pero con Coca-Cola, no sé como pueden beber así a mí con Coca-Cola me sabe a jarabe. (Os incito a probar el alcohol con fanta o sprite, veréis que así os gusta más. Ay, que mala influencia soy ¿no?. Debería de decir que no tomen.)

Enciendo un cigarro y le paso la caja a Dylan pero éste niega, me acuesto en el sofá cerrando las piernas para no darle un espectáculo a Dylan aunque la verdad no me importaría. Niego olvidando mis pensamientos.

....

- ¿Sabes? - Río. - Media hora y cumplo mis 21 años virgen. - Río aún más fuerte. - Maldita promesa. - Pongo los ojos en blanco.

- Maggie. - Muerdo mi labio al sentir su penetrante mirada. - Cierra las piernas. - Y ahí me doy cuenta que tiene la voz ronca, miro hacia la dirección de su mirada y me sonrojo.

- ¿Cómo es follar Dylan? - Digo cruzándome de piernas mientras termino mi octava copa. ¿Qué si no me ha hecho efecto? Claro que sí, como me levante os digo que caigo redonda en el suelo.

- No te puedo explicar. - Termina también su copa. - Es difícil. - Hace una pausa. - Supongo que es como cuando te meten dedos pero mayor placer. - Río fuertemente y después de un buen rato riéndome, suspiro.

- No me han metido dedos. - Respondo contestando la mirada confusa de Dylan y veo una pequeña reacción de sorpresa. - No he hecho nada que tenga que ver con el sexo.

- ¿Y te has... Tocado? - Pregunta Dylan y veo como sus pupilas están dilatadas.
- No, soy una virgen es mayúsculas. - Digo sin importancia aunque si que la tiene, tengo que acabar con esto. Miro la hora, diez minutos y será mi cumpleaños. - ¿Sabes? ¡Voy a salir a la calle y al primero que vea me lo follaré! - Exclamo convencida y me levanto tambaleándome, río intentando conseguir mantener el equilibrio. Una vez conseguido, camino hacia la puerta.

- ¡Maggie! - Grita Dylan y me coge de la mano dándome la vuelta haciendo tambalear nos a los dos por el brusco movimiento. - Te arrepentirás y lo sabes. - Tiene razón me arrepentiré y quizás también me arrepienta de lo que voy a decir ahora, pero las palabras me salen solas, no sé si es por el alcohol o porque de verdad quiero que lo haga. -

- Entonces hazlo tú. - Susurro sonrojada mirando su rostro y sé que le ha tomado por sorpresa y es ahí cuando me maldigo a mi misma al ni recibir ninguna respuesta. ¿Pro de verdad quiero que mi mejor amigo me desvirge?

....

¡Por fin capítulo!
Siento el retraso pero he estado en exámenes y Wattpad me está fallando. Quiero que votéis demasiado por este capítulo ya que lo he escrito por quinta vez, cuando mañana tengo que entregar 7 trabajos y no he hecho ninguno. Pero bueno, todo por vosotras.
¿Qué dirá Dylan?

¡Adiós virginidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora