¡Adiós virginidad!

Capítulo seis.

- Venga, tienes quince minutos para bañarte y vestirte. Hoy tienes un día sorpresa. - Dice Cody mientras me obliga a caminar hacia las escaleras.

- ¿No puede ser otro día? - Pregunto.

- No es nuestra culpa que tengas resaca, venga sube. - Contesta Marveth y se acuesta en el sillón. Rápidamente dejo de mirar y subo las escaleras.

Entro al baño y me miro en el espejo,me aterra la idea de ver a Dylan. ¡Le rogaba que me follará! ¿Quién en su sano juicio le pide eso a su mejor amigo? ¿Cómo he podido desearle? Y peor aún, ¿como puedo seguir deseándolo? Nuestra amistad seguramente se haya acabado, es que maldito alcohol, ¿no puedes hacer que me olvide de todo lo ocurrido anoche? ¿Y si finjo que no me acuerdo de nada? (Por cierto, todo esto lo habla ella con su reflejo del espejo) No, lo mejor es ser sincera, pedirle disculpas, explicarle que todo fue efecto del alcohol. No, que coño, que él me pida disculpa a mí, es todo por su culpa, por ser tan jodidamente caliente.

¡Ash, para!

No lo desees, es tu mejor amigo y tú tienes que durar virgen hasta el matrimonio. Niego repetidas veces hasta que mis pensamientos se minimizan. Me doy una ducha rápida, ya que cuando cerraba los ojos me imaginaba que Dylan me pegaba hacia la pared y me follaba tan duro que...

¡Ash!, ¿qué dijimos?

Bajo a bajo y veo el culo de Cody en la cara de Marveth, los pies de ella están siendo sujetador por Cody y Marveth intentando morder su culo.

- Eh... - Murmuro, ambos rápidamente se ponen bien y me miran. -

- Culpa de ella. - Acusa Cody a Marveth.

- Eres un falso, ¿quién no me dejaba salir? - Dice Marveth para luego pegarle una colleja.

- No sé qué ponerme, ¿a qué lugar vamos? - Ambos se miran y se echan miradas cómplices, tardan minutos en responderme.

- Ponte algo cómodo. - Termina Marveth contestando, ruedo los ojos y subo las escaleras.

Decido por ponerme jeans, camisa y unas zapatillas: nada de otro mundo.

Opto por ponerme corrector, brillo de labios, rimmel y un poco de rubor; más que nada para quitarme la cara de muerta que traigo. Vuelvo a mirar el móvil esperando tener algún mensaje de él, pero sigue sin haber.

- Ya estoy. - Digo cuando he bajado las escaleras y está vez, me los encuentro hablando como personas normales.

- Pues vámonos. - Dice Cody abriendo la puerta.

- Tengo que desayunar. - Digo y ellos vuelven a echarse miradas cómplices.

- Comes en alguna gasolinera, vámonos. - Dice Marveth cogiendo mi mano y sacandome de mi casa.

Me hacen sentarme en em asiento trasero y me ponen una cinta en los ojos, para nada me puse rimmel. El coche arranca, pido que pongan música porque encima Cody y Marveth son los menos habladores del grupo, así que me espera un viaje aburrido.

- ¿Cuánto tiempo estaremos en coche? - Pregunto y hay silencio por lo que intuyo que se están echando miradas cómplices.

- Nada, poco tiempo, diez minutos. - Contesta nervioso Cody así que sé que miente, tardaremos horas, me moriré metida en este coche.

Otra pregunta rueda en mi cabeza, ¿los demás donde están? ¿Nos lo encontraremos ahí? A ver, a unas horas están millones de lugares: Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Seattle,... Seattle estaría bien. Mientras que no sea Las Vegas, todo bien.

- Ash, despierta. - Escucho la voz de Cody, lentamente me levanto y dios vaya dolor de cuello.

- ¿Cuánto he dormido? - Pregunto mientras masajeo mi cuello, me ayudan a bajar del coche ya que sigo con la venda.

- Ahora cogete de mí, hay escaleras ¿si? - Escucho una risilla al fondo y frunzo el ceño, hay más gente, seguro que esperan a ver como me caigo por las escaleras. Pero eso no sucede, ya que con las indicaciones de Marveth las bajo todas sin ningún problema. Un olor me resulta familiar, escucho susurros, alguien se pone detrás mío, supongo que será Marveth.

- A la de tres. - Escucho la voz de Marveth detrás mío, por lo que sí era ella.

Espero a que cuente pero eso no sucede, me quita la venda y cierro rápidamente los ojos, la luz me segó. Escucho como me cantan feliz cumpleaños, abro los ojos lentamente y grito de emoción: mi familia. Rápidamente me dirijo a mi hermano y lo abrazo. Luego voy con mi tía, que es como nuestra madre. Al separarme de ella me quito algunas lagrimillas, veo a todos en la entrada observandome pero no está Dylan. La voz de mis tíos me interrumpen así que vuelvo a prestarles atención.

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Lo siento, estoy en seguro de bachillerato y tantos exámenes, preparándome para la eBau y todo eso sorry, tengan paciencia que publicaré, en serio. Os quiero.