Capítulo quince.

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- Me voy a bañar, lo necesito.

- Haré la cena mientras. - Deja su móvil en la encimera.

- No tengo hambre. - Dylan rápidamente me mira frunciendo el ceño.

- Vas a comer. - Dice seriamente.

Decido por no contestar y subir a mi cuarto, lo observo y vuelven a entrarme ganas de llorar. No me juzguéis pero en serio que me llena de felicidad ver mi cuarto, mi cama, mi escritorio, mis peluches, mi maquillaje, mi ropa tirada, mis fotos,... En aquel momento pensé que no lo vería más pero por suerte no es así.

Cojo una camisa ancha y larga de los Eagles y me meto al baño. Primero me desnudo para luego dejar caer las gotas calientes de agua por mi cuerpo. Todos mis músculos se relajan y mi mente por primera vez, se pone en blanco, simplemente me relajo. No os miento si os digo que creo que estuve una hora debajo del agua y que me he lavado el cuerpo más de quince veces, de hecho, me he gastado el bote familiar de gel. Seco mi cuerpo y mi cabello para vestirme. Luego, me hecho perfume y desodorante y cepillo mi pelo, el cual está bastante enredado por estar tumbada en la camilla.

Cuando abro la puerta de mi cuarto un holor riquísimo me invade. Justo cuando bajo las escaleras Dylan las sube, su cara es preocupada aunque al verme se relaja y se toma todo su tiempo de observarme.

- Huele riquísimo. - Intento sonreír.

- Ya iba a buscarte, tardaste demasiado. ¿Todo bien? - Me sonríe y asiento. - Hice raviolis, sé que te encantan. - Se ríe cuando mi estómago ruge pero yo le doy un pequeño golpe mientras me sonrojo.

Comemos en silencio como ha sido todo el tiempo con él desde el coche. Nuestra relación ya no es la misma que antes, yo siento cosas por él, no sé si solo atracción sexual o algo más.

"Pero es que es hermoso" pienso mientras le observo comer. Me río cuando se lleva el tenedor con comida a su boca pero esta se cae comiendo solo aire.

- ¡No te rías! - Frunce el ceño pero al final acaba riendo al igual que yo.

- Has tenido que ver tu cara. - Continuo riéndome.

- Ha jugado con mis sentimientos. - Hace una mueca y yo ceso mi risa.

- Tenéis algo en común. - Suelto directa, Dylan me mira con los ojos abiertos pero continúa comiendo.

- Hoy duermo en el sofá, si necesitas algo avísame, estaré despierto. - Cambia de tema.

Aunque duerma en el sofá sería lo mejor dada nuestra situación, su rostro, perdón su hermoso rostro se ve cansado. Apuesto que no ha dormido nada desde ayer aunque normal, tenía compañía.

- Puedes dormir conmigo. - Murmuro mientras miro mi pasta.

- Si de verdad quieres dormiré contigo.

No le contesto y después de unos minutos acabamos de comer. Él limpia los platos y al terminar se va a bañar. Decido por ponerme  un vaso de vino mientras decido cual serie ver, aunque acabo poniendo un video cualquier en YouTube. Termino la copa y me sirvo otra.

Dylan baja de las escaleras con el pelo mojado, sin camiseta y con un chándal que había dejado aquí tiempo atrás. Si fuera otro momento, mis bragas estaría en el suelo pero sinceramente no es la ocasión.

- ¿No me sirves? - Le paso mi copa y él bebe.

Vemos el video de YouTube de Wild Frank en silencio. Hasta que decido que ya he bebido mucho y que es el momento de ir a la cama. Dylan decide quedarse abajo un rato más. Aspiro el olor de mis sábanas, coloco bien la almohada y me abrigo hasta el cuello. Cierro los ojos pero al momento que hago eso solo puedo pensar en mi intento de pedir ayudas, en los gritos ahogados que no se atrevían a salir de mi garganta, en mi pérdida de esperanza. Suspiro. Me pongo boca arriba y miro la oscuridad de mi cuarto, pero es la misma oscuridad que veía en el hospital, la que creía que estaba secuestrada y que no había vuelta atrás.

Escucho pasos y luego veo la sombra de Dylan entrar, decido girarme y darle la espalda. Se acuesta al lado mía y suspira. Siento su cuerpo rozar con el mío y esa sensación me hace estar segura, por lo que en cuestión de segundo me quedo dormida.

Me despierto sudando y con la voz y la imagen de aquel hombre en mi cabeza. Mi respiración es agitada.

- ¿Estás bien? - Escucho la voz ronca de Dylan.

Y sin decir nada, me giro y le abrazo, él me corresponde abrazando con fuerza mi pequeño cuerpo comparado con el suyo musculoso.

- No paro de repetir aquel infierno. - Confieso.

- Es normal, tranquila, pero estoy aquí. - Acaricia mi cabello. - Lo siento por no haber estado antes.

- No es el momento. - Digo pero Dylan me interrumpe.

- Sí lo es, la culpa me está comiendo y verte así me está destrozando. Cuando me enteré salí a buscarlo pero no había ni una sola sombra caminando. Intentar imaginar el mal tragó que pasaste y pensar que nunca te hubiera podido volver a ver. - Hace una pausa y coge aire. - No quería que nuestro último momento era pensando que soy un cabrón, que lo soy pero las cosas no son lo que parecen. - Suelta el aire. - No me acosté con aquella mujer, sinceramente, desde aquella noche de tu cumpleaños no he podido pensar en otras. Saber que descumplirias la promesa, la cual es sumamente importante, por mi me hizo sentir horrible. - Arqueo la ceja, ¿tan malo sería? - Porque te llegó mintiendo desde hace años.

- ¿En qué? - Pregunto curiosa aunque no sé si realmente quiero saber la respuesta, ¿se lo podré llegar a perdonar?

- Soy una especie de prostituto. - Contesta rápidamente después de un rato en silencio.

Me aparto de él y enciendo la luz, ambos cerramos los ojos y los abrimos lentamente. Le observo fijamente y sé que no me está mintiendo.

- ¿Qué dices, Dylan?

- Me pagan por pasar tiempo con mujeres, a veces sí he llegado a pasar un tiempo más profundo con ellas pero ha sido porque he querido. - Se calla y hace una mueca. - Creo que no lo arreglo. - Se pone recto en la cama pero no me mira. - Surgió de repente y al final me gustó, pero he sido mala persona con algunas, y tengo miedo de que me ocurra lo mismo contigo.

¿CÓMO COÑO TENGO QUE REACCIONAR A ESTO? ¡MI MEJOR AMIGO ES PUTO! ¿CÓMO NO ME HE DADO XUENTA?

¡Adiós virginidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora