Capítulo catorce.

350 23 5
                                    

Abro los ojos y un horrible mareo me invade al igual que un fuerte dolor de cabeza. Parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la oscuridad.

Esperen.

¿Oscuridad?

Las manos de ese hombre tocándome, sus susurro en mi oreja, sus labios rozaban mi piel, su aliento a alcohol y a cigarros,...

Grito.

Me ha secuestrado.

¡Voy a morir!

- Ey, ey, Maggie. - Habla una voz femenina y la luz se enciende.

Cierro rápidamente los ojos, la luz me cegó. Al abrirlos lentamente rompo a llorar.

- Yo... Pensé... - Intento decir pero los sollozos no me dejan.

- Shh, tranquila, todos estamos aquí. - Habla suavemente Lauren mientras acaricia mi pelo. - No ha pasado nada, ya todo está bien.

- No han avisado a mis tíos ¿verdad? - Digo una vez que estoy más calmada.

- No, cuando te llevó el chico al hospital justo estaba en la sala de urgencias. - Me muestra su dedo, el cual está vendado y en las gasas se ve un poco de sangre. - Casi me muero al saber que eras tú. - Susurra. - Entonces les dijes que no tenías padres. - Suspiro, aún no lo he superado. - y que nosotros eramos como tú familia.

Justo iba a preguntar donde estaban todos, cuando entran por la puerta con bolsas de McDonald's. Dylan al verme, suelta las bolsas y me abraza fuertemente. Mi cuerpo se relaja pero vuelvo a romper a llorar.

- Lo siento mucho, lo siento, lo siento, lo siento. - Susurra Dylan una y mil veces mientras me abraza aún con más fuerza. - Soy un estúpido. - Asiento ya que los sollozos me impiden hablar.

- Tuviste que ver como se puso Marveth al enterarse. - Escucho como dice Zack y las quejas de Marveth a su lado.

- No es el momento. - Murmura entre dientes.

Me separo de Dylan, él rápidamente limpia sus lágrimas y me doy cuenta que su mano derecha está vendada. Marveth me da otro abrazo pero cuando camina hacia mí veo que cojea.

- ¿Qué os ha pasado? ¿Nos han puesto una vela negra hoy? - Digo irónicamente aunque dentro de mí no consigue salir ni una carcajada, pero ellos al menos se ríen.

- Dylan se creyó boxeador, pero ahora le debe ciento cincuenta euros al hospital por cargarse mitad del baño y Marveth, se creyó actriz, ya que se desplomó al suelo así. - Zack pone su mano en su frente y hace que se desploma mientras dice "Ay", estilo a la típica película. - Pero al hacerlo acabo cayéndose por las escaleras y ahora tiene el tobillo dislocado. - Zack intenta aguantar una risa ya que Marveth le está fulminando con la mirad.

- No fue así. - Replica.

Todos se ríen menos yo por la reacción de Marveth y su cara. Aunque las risas cesan cuando el médico entra a la habitación, siento que mi corazón va a salir del pecho.

- ¿Cómo se encuentra? Soy tu doctor, Mario. - Me muestra una amable sonrisa y comienza a mirar la máquina que tengo al lado.

- ¿Cómo debería de estarlo? - Pregunto irónicamente.

- Agradecida por no haberte ocurrido nada. - Dylan pone los ojos en blancos y aprieta sus manos. - He venido a comunicarle que en una hora le daremos el alta, y como las pruebas que le hemos hecho no muestra inicios de violación no podrá denunciar ni se abrirá un expediente, en este caso, se archivará como acoso.

- ¿No le buscarán? - Niega.

- El chico que te trajo dijo que cuando huía tambaleaba, por lo cual seguramente estaba borracho así que no tiene importancia.

Mis ojos se cristalizan y un nudo se forma en mi garganta.

¿Cómo no va a tener importancia que un borracho ande por las calles acosando y violando a mujeres? ¿Y si no soy la primera que se encuentra con él? Me hubiera podido asesinado después de violarme en ese parque. ¿Cómo no van a hacer nada? ¿Cómo lo van a dejar ahí sin más? ¿Si le ocurre a otras como le van a ayudar? ¿Y si me vuelve a ocurrir a mí? ¿Y si está vez finaliza peor? ¿Cómo no es importante que yo ahora tenga miedo de caminar por la calle, de vestir como quiera o de confiar en cualquier hombre que camine a mi lado?

Cody echa educadamente al doctor.

- Todos estamos iguales. Cuando leía las historias en Instagram de que como podían dejar casos así aislados pensé que exageraban, o sea es más que obvio que es necesario que encuentren a ese cabrón. - Suspira Cody para calmarse pero yo le miro pidiendo que se calle.

- Me quiero ir ya, no quiero esperar aquí una hora más.

- Pero el médico ha dicho. - Comienza a decir Lauren pero es interrumpida por Dylan, el cual se levanta y me ayuda a levantarme.

Me quito la vía y rápidamente aprieto con servilletas en la herida frenando la salida de sangre. La máquina comienza a pitar. Dylan me acompaña al baño y besa mi mejilla antes de cerrarme la puerta.

Me quito la bata azul del hospital y observo mi cuerpo desnudo al espejo. Vuelvo a sentir como sus manos tocaban mi cuerpo, como sus asquerosas manos abusaban de mi cuerpo.

Vuelvo a sentir nauseas por lo que rápidamente quito la ropa del váter y abro la tapa para vomitar.

- ¿Donde está la paciente? - Escucho la voz del doctor.

- Cambiándose, nos vamos. - Dice secamente Dylan.

- El alta es dentro de una hora.

- El alta será ahora entonces. - Dice esta vez Zack.

Lavo mi cara con agua fría y me visto, agradezco que Lauren me haya prestado ropa y que no sea la ropa que tenía antes ya que espero que esté tirado a la basura.

Salgo del baño y todos bajamos en silencio por el ascensor hacia el garaje, bueno solo se escucha a Cody comerse su hamburguesa.

- Irás conmigo. - Dice Dylan pero niego.

- Prefiero ir con Zack. - Zack me mira con el ceño fruncido.

- Irás conmigo. - Repite y pongo los ojos en blanco.

Los demás insisten en acompañarme el resto de la noche pero rechazo sus propuestas, ya que necesito estar sola. Así que me despido de ellos y subo al coche con Dylan.

- Lo siento mucho, en serio, todo esto es por mi culpa. No te tendría que haber tratado así ni dejado irte sola a esas horas.

Suspiro para ni volver a llorar.

- Fue por mi culpa. Iba de ilusa pensando que ambos sentíamos lo mismo y que acabaríamos comiendo perdices y viviendo felices. Pero tú ya estabas comiendo con otra. - Seco mis lágrimas. - No quiero hablar del tema, prefiero que estemos en silencio.

- Las cosas no son así Maggie. - Le miro abre su boca para decir algo más pero acaba negando y quedándose en silencio.

¡Adiós virginidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora