Capítulo ocho.

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¿Recuerdan lo que os dije? Sí eso, que no pasaría una noche más siendo virgen.

Bueno pues olvídenlo. ¿El por qué? Sencillo, estoy en medio de la naturaleza mi única posibilidad de follar será con algún animal y créanme que esa no era la idea que tenía en mente.

Mis amigos saben que amo la naturaleza, por ello haremos acampada en el bosque. Me encanta la idea pero me encantaba más mi propósito de follarme a algún buenorro en un bar esta noche. Para colmo Dylan sigue sin dar señales de vida y todos estamos preocupados aunque sinceramente estoy decepcionada, creo que este es el fin de nuestra amistad.

- Ash, te queda una última sorpresa. - Grita emocionada Lauren, se dirige al coche y abre el maletero; saca con la ayuda de Cody una nevera.

- Felicidades. - Dice Cody mientras quita la tapa de la nevera y veo lo que significa esta noche: estaré al filo de mi muerte.

La nevera está llena de botellas de alcohol entre ellas Arehucas y lo más importante, hay bolsas de maria. Esto acabará en desmadre.

- ¿Saben que nos dará un coma etílico no? - Digo mientras agarro una botella desconocida para mí y miro su porcentaje: 62,3%.

- Por algo es tu cumpleaños. - Se acerca Marveth por lo que ya ha terminado de preparar las casetas. - Además cogimos este sitio por que a un par de metros hay una especie de lago y este es uno de los puntos más altos de esta montaña, así que tendremos una vistas maravillosas. - Hace una pausa y ríe. - Eso si conseguimos ver algo con el pedo que tendremos. - Le choco la mano, cuanta razón tiene.

- ¿Y Zack? - Pregunta Cody, miro a nuestros alrededores y es verdad, en todo este tiempo no ha estado.

Me siento culpable por haberle dicho esas cosas pero es que es un imbécil.

- Está llamando a Dylan. - Contesta Marveth y mi cuerpo se tensa al escuchar su nombre.

Sus malditos besos, sus caricias, mi cuerpo deseaba más, lo deseaba.

Ash ya, no empecemos.

- Vayamos a buscar madera para la hoguera. - Propone Lauren pero yo niego, no me apetece, así que Marveth la acompaña.

- No tardarán en llamarnos y decirnos que se han perdido. - Bromea Cody y me río, se sienta a mi lado y le miro.

Cody es realmente guapo, es rubio pero un rubio platino y tiene el pelo largo, más de una vez Le he hecho alguna que otra trenza. Sus ojos son negros y medios achinados pero él es español, aunque su madre es de Finlandia. Tiene unos labios finos rojizos, en el lado izquierdo de estos se nota el agujero del piercing que tenía, le hacía verse más caliente pero se le perdió hace unas semanas en la playa. También tiene varios lunares por su cara.

- Dylan dice que viene, tardará media hora. - Interrumpe mi observación Zack, nos mira y frunce el ceño. - Ha tenido problemas con el trabajo.

Mierda.

Va a venir, ¿cómo se supone que debo de reaccionar cuando le vea? ¿Querrá hablar del tema? No puedo verlo. No. No puedo. Si le veo todo lo ocurrido volverá a mi mente y mi deseo hacía él aumentará.

Te odio Dylan, ¿por qué me debilito cuando estoy a tu lado?

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- Mmm...las costillas huelen a gloria. - Babea Zack mientras las observas y en serio en este momento quiero a alguien que me mire como Zack mira esas sangrientas costillas.

- Zack, aléjate, no quiero tus asquerosas babas en mi comida. - Todos nos volteamos y vana saludarlo mientras que yo me quedo sentada en la roca sin saber que hacer, no me lo esperaba, o sea sí, porque Zack dijo que venía pero..no sé ignorenme, ,estoy nerviosa. Está delante mía, me mira y se acerca hasta mí arrodillándose.

- Lo siento por llegar ahora. - Dice mientras agarra mi mano y la besa sin quitarme la mirada.

¿Bragas donde estáis?

- Dylan, deja las pasteladas y ve a tu coche y coge las almohadas que espero que hayas traído. - Ordena Marveth con el ceño fruncido, por la mirada de Dylan sé que se le ha olvidado y comienzo a reír.

- Yo...lo siento,con las prisas no me dió tiempo. - Se excusa Dylan mientras intenta no mirar a Marveth.

- ¡Venga ya Dylan! - Exclama Marveth seguido de una profunda respiración. - Serás mi almohada esta noche. - Dice mientras le pasa una lata de cerveza, él la abre y bebe unos sorbos y no sé el por qué pero esta escena en mi mente sucede a cámara lenta.

Sus labios rozan la lata, mientras la bebida pasa primero por sus labios y luego tocan su lengua,Dylan cierra los ojos unos segundos haciéndolo más sexy. Traga. Separa la lata de él y lame lentamente sus húmedos labios para después morderlos. Me mira e intento disimular aunque creo que estoy sonrojada debido a los calores que siento, él arquea las cejas sin entender nada y yo desvío mi mirada mirando a los árboles.

- ¡Ya están! ¡ A comer! - Grita feliz Zack, devorando como cual hambriento.

No sé que sucederá esta noche.

¡Adiós virginidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora