Just Like Fire

Descubrimientos

Nadie tramó nada más, ni siquiera la conversación pudo dar para llegar a una mayor profundidad; o siquiera se prestase para un beso. Al ver la hora, Lou se levantó y se echó a correr, despidiéndose apenas y con un "te veo mañana en clase"
Al tomar el metro, Lou no acababa de procesar TODO lo que pasó apenas y en un par de horas; esa plática en la que ella solo había Sido ella misma, así como empezado a descargar todo lo que no había podido en toda su vida, puesto que nunca había tenido amigos más allá que con quienes convivía en la mansión, y poder hacerlo ahora, era maravilloso.
Por su mente rebotaban las palabras de Tristan, que ella era realmente maravillosa. Cosa que podía empezar a creerse, más por el hecho de que esta vez lo decía alguien ajeno a su familia. ¿Sería acaso que ella le gustase a Tristan?  Ja! Demasiado cine romántico para ti, Wagner. Solo tú crees que te pasaría algo así... Aunque...
La pelinegra salió de su pensamiento al ver que había llegado al final de la línea del metro, desde donde ahora se dirigiría a casa en autobús; al abrirse las puertas del vagón, ella emergió precipitadamente para así ganar un poco de tiempo y lograr mantener su salida con Tristan O'Connor como un secreto que, como mucho le contaria a Kitty. Al cruzar el andén, fue tal su carrera que, sin querer, arrolló a un hombre, no muy mayor a su padre, quien vestía traje y corbata; era casi como tener a Christian Grey frente a sus ojos.
- lo siento, no fue mi intención... Tengo prisa y no me fijé. Está bien?
- descuida, chica. No pasó nada. Quédate tranquila; fue un accidente.
El extraño sujeto observó fijamente a Lou por un par de segundos más , mismos que Lou tardó en volver en si, y continuar con su camino. Así, mientras ella se alejaba, el sujeto sacó un teléfono celular y llamó a alguien notoriamente tan misterioso como el.
- siguen en la ciudad. Es idéntica, imposible confundirse. Ya la encontramos.
- perfecto. Dijo con leve malicia en la voz femenina que emergia del teléfono.
Lou abordó el camioncito y una vez que este arrancó, ella cayó en la cuenta de que el misterioso sujeto del metro se le había quedado mirando cuando dejó el andén. No le dió mayor importancia y pensó en practicar un poco su teletransportación una vez llegando a la arboleda, si realmente quería ser una Xmen, debía empezar a comprometerse en serio. Cuando llegó a los suburbios, sacó sus audífonos y se dispuso a oír música para aclarar sus ideas, y de paso; borrar de momento todo rastro de sus últimos dos encuentros, en especial su salida con Tristan O'Connor.

Al llegar al final del recorrido, caminó un poco y una vez que se internó en el bosquecillo que la encaminaba hacia la mansión, se puso a pensar en una parte del camino que estaba unos metros más adelante, cerró los ojos y en su mente rogaba por que todo eso surtiera efecto, y... Nada. Al abrir los ojos, dscubrio que para su de malas seguía en el mismo sitio, intentó 2... 3 veces más y... Nada. Siguió caminando, y fue entonces que recordó como fue que descubrió esa habilidad, esa mañana. Remy le había dado un susto de muerte al sorprenderla por detrás; así que Lou dedujo que quizás el miedo podría ser de ayuda para así desarrollar y perfeccionar como se teletransporta.
Así fue que la pelinegra se echó a correr en dirección a una zanja que había en el bosque, y que una vez cerca, frenaría de golpe, pensando n otro sitio a salvo, pero justo cuando se detuvo, alguien la jaló de su saco del uniforme y Bamf! Cerró los ojos y, al segundo Bamf! Ella se fue de bruces al suelo, sin embargo no era cualquier suelo; lo había logrado, estaba de vuelta en el camino. Cuando se puso boca arriba para enderezarse cayó en la cuenta de que alguien estaba con ella.
- vaya método de práctica, eh mon Ami?
- Remy?!