5 (Adrien Bocazas Muller)

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Corrí y corrí y llegué la casa del árbol, era mi lugar favorito del mundo, nadie excepto papá y yo conocía aquel sitio, y hace años que no iba.

Desde allí podía ver el extenso verdor del bosque, la cima de los pinos, el cielo y muy lejos, el mar, y escuchaba el ruido del agua de la cascada al caer. Si cerraba los ojos podía escuchar también los pájaros y a cada animal que habitaba en aquel lugar.

Papá mandó a construir en el árbol más grande y viejo del bosque una casa para mí, y en una de las ramas bajas colgó un columpio y en el suelo sembró florecillas silvestres. La escalerita de soga aún estaba en su lugar.

Subí y entré en el que por años había sido mi desahogo, siempre que estaba triste, siempre que me sentía perdida.

Aún cabía en la casa, aunque si me ponía de pie tenía que inclinar la cabeza un poco, yo era grande ya y la casa también lo era, bien cabía allí una cama personal. Seguía siendo mi escondite secreto.

Vi en las paredes de la casita fotos mías, dibujos que hice cuando era pequeña, y en el suelo descansaban mis muñecas, sentí tristeza de abandonarlas allí.

Bajé y me tumbé sobre las flores y me quedé dormida.

Cuando desperté ya estaba oscuro, debía ser ya la hora de la cena, así que regresé antes de que alguien se preocupara.

Llegué a casa y mamá me abrazó con fuerza, como si llevara años sin verme, y papá me miraba preocupado.

- ¿Dónde estabas princesa? –preguntó.

- En el bosque, quería tomar el aire y me quedé dormida.

- ¿Estás bien cariño? –mamá me veía con esos ojos de querer llorar.

- Estoy bien mami, solo fui al bosque ¿Por qué se preocupan?

- Porque solo vas al bosque cuando te sientes mal. Hace años que no ibas.

Tal vez porque hace años que no me sentía mal.

- Estoy bien, mom. No pasa nada, en serio, solo necesitaba aire fresco.

- Adrien dijo que saliste llorando.
Bocaza Adrien.

- No pasa nada, solo me dio un ataque.

- Es que hace mucho no te daban ataques, mi amor. ¿Es por el auto? Si es por el auto podemos…

- Mamá, basta. Ya te dije que estoy bien. Solo necesito una ducha para quitarme el polvo de encima y comer, muero de hambre. No es por el auto, tranquila.

Me acerqué con una sonrisa y le di un beso, eso pareció tranquilizarla porque dijo:

- Hay pastel de chocolate de postre.

- Mi favorito. Te amo.

Le lancé un beso al aire y subí corriendo las escaleras. Cuando pasé por delante de Adrien susurré:

- Eres un maldito bocaza. 

Él me siguió escaleras arriba y entró en mi habitación cuando yo lo hice.

- A mí sí me vas a decir que pasó? –dijo sujetándome del brazo.

- No es asunto tuyo. Ahora sal de mi cuarto.

Por suerte él salió sin decir nada, y yo me duché, aproveché que ya estaba ahí y me depilé las piernas, las axilas y me lavé el pelo, luego lo sequé y lo ricé con las tenazas.

Agradecida con mi aspecto bajé a cenar.

- No llegas tarde a la mesa cuando hay pastel de chocolate, ¿no? –bromeó Tyler.

- Me conoces bien, enano. 

Fui a la cocina a buscar a Louisa, le debía una disculpa.

- Lou, me perdonas por gritarte así en la mañana?

Ella me miró sorprendida.

- Claro, yo soy quien te tiene que pedir disculpas, no soy nadie para detenerte.

- Oh! Lou, claro que eres alguien, sabes que eres como de la familia.

- Gracias, señ…Nicky.

La comida estaba deliciosa, pero mamá y papá seguían mirándome con esos rostros tristes, los mismos de cuando era pequeña y me daban los ataques de pánico.

- ¿Pueden dejar de verme así? Ya les dije que estoy bien. –protesté.

- Está bien, mi amor. Pero entiende que te amamos mucho y nos preocupamos por ti.

- Yo los amo más, les debo mucho a ambos.

Los ojos de mamá se llenaron de lágrimas y papá sostuvo su mano para que no llorara. Ella tenía mucho miedo que volviera a pasar lo mismo que hace años, y yo la entendía.

Papá se sacó un objeto del bolsillo del pantalón y me lo entregó.

- Mi auto? Pero dijiste que no lo usaría en un mes.

- Cambié de opinión, además, nunca había visto el ático tan limpio. 

- ¿Tal vez porque nunca se había limpiado? –el rió.

- Pero el próximo castigo será limpiar el garaje, así que les sugiero que se porten bien. Ah! Y otra cosa, compartirán el auto.

Genial. Compartiré mi auto con Adrien bocazas.

Invisible guysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora