39 (Príncipes Grises)

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*Nicky*

Estoy en la cafetería, le doy un mordisco a mi sándwich para no responder una pregunta más de Camille.

- Parece sacado de una novela! -grita emocionada.

- pirici sicidi di ini nivili. -me burlo haciendo muecas con la boca.

Ha estado monotemática desde que se lo conté todo ayer. Incluso me llamó en la madrugada para preguntarme que tal besa mi hermanovio como ella misma lo bautizó.

Si yo lo digo es porque así es. ¡Está loca!

Ella rueda los ojos.

- Ay! Nicky, admítelo, es romántico.

- Te parece romántico que tenga que tragarme como la estúpida esa le coquetea todo el jodido día -digo señalando a Daphne- y que no pueda hacer nada? Te parece romántico que no podamos ir de la mano, o a una cita o besarnos como las parejas normales?

- Bueno... Pero puedes decir que eres adoptada y ya está.

Suspiro y tiro de mi cabello.

- No es tan fácil Camille, mis padres me inscribieron como su hija legítima, para probar que no lo soy debería hacer una prueba de ADN, y sabes que es peligroso que alguien investigue nuestra sangre...

- Es cierto. -murmura mi amiga poniéndose seria- y perdona que te lo diga pero...

- Adrien y yo somos fuego y gasolina, lo sé. -termino su frase y ella asiente.

- Pero no te preocupes -vuelve a saltar- yo amo los amores imposibles con finales felices, así que los voy a ayudar.

Enarco una ceja.

- ¿Camille?

- ¿Sí?

- Sabes que no existen finales felices en las historias de amores imposibles, no?

Ella chasquea la lengua.

- Ay! Nicky, no puedes ser más pesimista? pero descuida, tendrás el honor de ser la primera historia que acabe bien.

- Sí, tal vez incluso escriba un libro y todo, no te jode?

- Me rindo contigo, mejor cuéntame, cómo te va con la decoración del baile de primavera?

Bufo.

- Pues... Es en cuatro días y no tengo nada preparado, creo que necesitaré ayuda.

Camille aplaude con una sonrisa de oreja a oreja, como una niña pequeña que acaba de ver a Santa Claus.

- Ayuda es mi segundo nombre! -ríe con ganas.

***

- Jodeeeer! Estoy que no puedo mover un dedo. -suspira Chris recostándose de espaldas sobre el suelo.

- Y yo. Al fin terminamos con la decoración. -dice Camille a su lado.

- Quedó perfecto, nada que envidiar al baile de la película. -afirma Lisa y le doy la razón.

- Por cierto Lisa, con quién irás mañana al baile. -quiero saber.

Ella duda unos segundos.

- No sé si asista.

- ¿¡Qué!? -gritamos Camille y yo al unísono.

- Bueno... -ella balbucea- no tengo pareja.

- Y eso qué? -inquiero.

- No me hace ilusión ir, Nicky. Solo déjalo estar. -dice y sale del gimnasio dejándonos con la palabra en la boca.

Chris acto seguido también sale, pero no detrás de Lisa, sino en sentido contrario.

Invisible guysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora