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*Adrien*

Ya era de madrugada, Camille y Nicole llevaban casi 24 horas desaparecidas, mis padres habían venido inmediatamente al escuchar la noticia y los de Chris y Camille venían en el primer vuelo desde el otro lado del mundo.

Casi todo New Sun las estaba buscando, pero nada, ni siquiera los secuestradores habían llamado para pedir por el rescate, solo lo hicieron una vez para advertir que no llamáramos a la policía, o ambas serían comida de buitre en la mañana.

- No puede ser! Son solo unas niñas... -lloraba mi "madre".

- Pero cómo pasó?

Preguntó papá por milésima vez, y por enésima, le respondimos.

No dejaba de moverse de un lado a otro, por un momento temí que le abriera un maldito agujero al suelo.

- Eran como las tres de la madrugada... -comenzó Lisa, pero Chris la interrumpió, tenía la cabeza sobre sus manos, como si le pesara demasiado.

- Es mi culpa... ellas querían irse. Si algo les pasa, no voy a perdonármelo. -dijo.

- Nadie imaginó que pasaría, no puedes culparte. -Lisa intentó consolarlo.

- Sí que lo sabían, Nicky sabía que no estábamos solos, y no le creímos. -murmuró Chris.

Shane estaba en un rincón, tenía los puños ensangrentados debido a un ataque de rabia que le dio y tuvimos que detenerlo, jamás lo había visto tan mal.

- Yo... yo... ella... -susurraba- ...Camille solo me abrió su corazón... y yo... yo fui un imbécil, le dije que ella no era el tipo de chica que podía estar con solo un chico a la vez, y si ella no se hubiera ido, Nicky no habría ido detrás de ella. ¡Soy un jodido idiota! -ahora gritaba.

- Sí, Shane. Lo eres... -comenzó Chris, pero una voz nos hizo callar a todos.

- ¡¡¡Basta!!! Dejen de culparse unos a otros. -era Lisa- ¿Acaso va a cambiar algo? ¿A quien mierda le importa el culpable? Hay que encontrarlas, y eso es todo lo que importa ahora!

Todos estaban muy nerviosos, malditamente nerviosos, no dejaban de lloriquear y culparse como idiotas.

El teléfono sonó, mi padre saltó a cogerlo, su cara era de un espanto que se transformó en tristeza al escuchar a quien sea que estuviera detrás de la línea.

- Lisa... -la llamó- es para ti, pero por el acento creo que es tu madre.

- Sí, le di el número porque mi móvil no tiene señal.

- No te preocupes, querida.

Un rato después Lisa colgó, pasaron horas luego de eso y nadie había sido capaz de moverse de su sitio, y el teléfono no volvió a sonar.

Los padres de Camille llegaron como a las tres y media de la madrugada, ambos agotados y su madre lloraba con desconsuelo.

Caminé alrededor de la casa, me senté un rato, me levanté otro, hacía hasta lo imposible para no quedarme dormido, tenía que estar despierto cuando llamaran.

No hice gestos de dolor como todos, solo me limité a mantenerme sin ninguna expresión en mi rostro, para no dar a entender que no me importaba, y menos para mostrarles que yo estaba posiblemente más inquieto que ellos.

¡Demonios! Ellas tienen que regresar, Nicole tiene que volver, no sé por qué me afecta tanto y no me gusta que me afecte. Pero el miedo de no verla de nuevo me consume.

Y solo cuando entró por la puerta, solo cuando mi corazón volvió a latir, solo cuando sentí que el mundo volvía a girar, solo entonces fui consciente del miedo que sentía.

Entró transformada en lobo, con la boca manchada de sangre y Camille a su lado, con la escasa ropa que le quedaba rota y sucia.

Mi madre fue corriendo hacia la loba para cubrirla con la manta con la que se cubría del frío minutos antes en el sofá, y Nicole regresó a su forma humana y se envolvió en la manta.

Los Walker y los chicos corrieron hacia Camille y Nicole y las abrazaron como si ambas formarán parte de la misma familia.

Yo... solo me quedé en mi sitio... con las manos en los bolsillos... sin saber qué hacer, ellos eran una familia grandiosa, la familia que todos desean y yo... ¡Joder! Yo... me sentía como un jodido intruso.

- Adrien, no vas a abrazar a tu hermana? -preguntó ella...mi...madre.

Asentí y fui en su dirección a abrazarla. Estaba temblando, y tenía el rostro sucio y cansado.

- Bienvenida, hermanita. -susurré.

Una vez que concluyeron los abrazos, todos quisieron saber lo que había pasado, quiénes y cuántos eran. Y si les hicieron daño.

Solo Nicole habló, Camille parecía empeñada en alejarse de todos y evitar a toda costa el contacto físico y visual.

- Eran dos hombres normales, sabían de nuestros poderes.

- Pero por qué se las llevaron? -intervino la señora Walker.

- Yo era el objetivo. Camille, era la opción 2, por si fracasaba el secuestro de la hija del líder de New Sun tener a mano a la del segundo líder. Y se sacaron la lotería con ambas. -explicó Nicole con la voz fría e insensible, mirando fijamente al suelo.

- Debemos denunciarlos. -dijo papá.

Ellas se miraron una a la otra, con esas miradas que significan que se guardan algo, algo que no van a decir.

- No, eso ya no es necesario. -murmuró Camille y la expresión se le endureció.

Nicole evadió el tema y las siguientes preguntas de cómo escaparon y qué les hicieron, se fue a su habitación diciendo que necesitaba darse un baño.

Shane se dirigió a Camille, avanzó unos pasos, los mismos pasos que ella retrocedió para mantener la distancia.

- Camille... Por favor, perdóname, yo...

Él se acercó e intentó tomar su mano, pero Camille no se lo permitió, más bien lo empujó y se alejó aún más de él. Ahora respiraba con irregularidad, como si estuviera sufriendo un ataque de pánico.

- ¡No quiero que me toques! -gritó- No quiero que nadie vuelva a tocarme en su puta vida.

Y al igual que había hecho Nicole, desapareció en las escaleras hacia su cuarto.

Su madre intentó ir tras ella, pero Ángela (mi...madre, me siento mejor llamándola por su nombre) la detuvo.

- La están pasando mal, necesitan estar solas para aclarar sus ideas, no debe ser fácil de recordar así que no las atormenten con preguntas. Entendido? -dijo Angela.

Todos asintieron.

Y lo entendía, juro que lo entendía, pero no pude contenerme, maldita sea, no podía aceptar que el asunto se quedara así.

Subí a la habitación de Nicole, la encontré en el espejo en ropa interior y quise salir, pero ella no dejó que lo hiciera.

- Entra, no vas a ser el primero que me vea desnuda. -dijo y su voz me hizo sentir escalofríos, helaba al hielo.

Me acerqué, apreté los dientes y los puños con toda mi fuerza para no desatar mi ira, estaba llena de moretones y hematomas en todo el cuerpo.

No soporté verlo más, iba a salir y matarlos si veía un segundo más como la habían golpeado. Recogí su bata de encima de la cama y ella se la puso, sin apartar la mirada de su reflejo.

- Camille... deberías verla, está tres veces peor. -comentó y mi rabia aumentó.

- Deberían estar muertos. -mascullé. Quería matarlos de la peor forma.

Nicole se giró lentamente y por primera vez desde que llegó me miró a los ojos, pero aquellos no eran sus ojos, sino los de una fiera.

- Ya lo están.




Invisible guysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora