23 (Saco de problemas)

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Emma y yo asaltamos la nutella mientras vemos Frozen en 3D, intento no reírme de lo grandes que se ven las gafas en su pequeño rostro.

Creo que Emma se siente identificada con esta película, por eso la puse, porque yo en verdad no quería verla, no es que no me guste, pero no es mi favorita.

Tyler y Adrien han decidido cocinar. JUNTOS. Y mientras veo la peli me preparo psicológicamente para encontrar el peor desastre del universo en la cocina.

Rezo porque mamá no llegue antes y se encuentre una catástrofe, porque se pondrá furiosa si tiene que limpiarlo ella ahora que Louisa está en el extranjero cuidando de su hija que acaba de dar a luz.

Lo que significa que este mes no vendrá, y la otra empleada solo viene en las mañanas. Por lo que nos toca limpiar y mantener la limpieza.

Dejo a mi querida princesita de frozen viendo su peli y me voy a la cocina a supervisar a los chicos.

Me apoyo en el marco de la entrada mientras contemplo como Adrien logra hacer que Tyler se comporte como un chico obediente. Y que para mi sorpresa, todo está ordenado y limpio.

Hablan felizmente mientras Tyler lava las frutas y él fríe algo en el sartén. No se han percatado de mi presencia.

- Odio las cocinas eléctricas. -reclama Adrien un rato después.

- Mamá se deshizo de todo lo que tuviera que ver con fuego, incluso de la chimenea. -explica mi hermanito.

- Por Nicole?

- Ajá -respondió Tyler absorto en su tarea- ella no puede ver fuego, le da pánico.

- Ya veo.

Me las arreglo para acercarme lentamente hasta tomar posición detrás de Tyler sin que me vean y lo agarro por las costillas para asustarlo.

- Así que andas de chismoso. ¿Verdad?

Mi hermano brinca del susto y me doy por bien vengada.

- Te mataréeeeee. -grita antes de correr detrás de mi por todo la cocina y el comedor.

- Nicole podrías comportarte como alguien de 17 años por favor? Puede haber un accidente. -protesta Adrien desde su posición.

Una voz aguda hace que Tyler y yo nos detengamos, al ver sus mejillas sonrosadas y carita de idiota sé que la dueña de esa vocecilla es Emma.

- Juegan y no me llaman? -refunfuña molesta, haciendo pucheros.

Adrien la alza en brazos y la sienta sobre unas sillas del comedor, repite la acción con Tyler y se acerca a mí.

- Tendré que llevarte a tu asiento y darte tu comida niña de dos años?

Le saco la lengua y me dirijo dignamente a mi asiento. Lo ayudo a servir los platos una vez que termina y comenzamos a comer.

- Demonios! -gimo metiéndome un pedazo de carne en la boca, él me mira con una media sonrisa- Esto lo cocinaste tú? No te creo.

- Cuando eres pequeño, y no tienes a nadie en casa, supongo que debes aprender a hacerte tu comida. -se encoge de hombros en un intento por quitarle importancia.

Pero no puedo imaginármelo. Un niño con los ojos azules hinchados y el pelo desordenado y tan negro como el azabache, inclinado sobre la encimera haciendo algo que no debería hacer un pequeño, algo que le corresponde a su madre, darle de comer.

Me pregunto cuál será su historia.

Por un segundo me sentí un poco más cerca del Adrien que vivía en la calle, vendiendo droga y robando autos, del que pasaba la noche tras las rejas porque no tenía dónde dormir, del que sabe cuidarse solo, pero lamentablemente, solo a sí mismo.

Invisible guysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora