Estaba algo desconcertada ya que antes me había dicho que tenía padres y lo más lógico que pensé fue que estaban fallecidos. Entonces lo seguía mirando con confusión ya que no estaba entendiendo, hasta que se decidió a aclararme la duda.
—Pasa que mi papá está en la cárcel por haber dejado a mi mamá con muerte cerebral—podía notar la tristeza en sus ojos—. En fin, ya no estamos aislados, así que puedes decirme adónde vives.
—¿Tú conoces ese lugar?— pregunté con curiosidad. Él no parecía estar perdido y ese lugar era tan desierto que descarté la posibilidad de que personas lo frecuentaran, en realidad me preguntaba cómo había llegado allí.
—Nadie suele frecuentar esta zona. Digamos que es como un lugar escondido en el mapa, y a mí me gusta estar allí cuando necesito paz— contestó.
Asentí con la cabeza y le dije mi dirección, después de esto desvíe todo tipo de atención hacia mis pensamientos, aún no tenía ni la menor idea de qué hacer con mi vida y pensar no me ayudaba en nada. Cuando sentí que me estaban manoseando, me asusté y sobresalté, pero me di cuenta de que era Mauricio, él estaba despertándome porque me había quedado dormida.
—Creo que llegamos al lugar que me has indicado—dijo con una tierna sonrisa.
—Muchas gracias—contesté de la misma manera y descendí del carro.
Al caminar cinco metros, tuve la sensación de que alguien me estaba mirando, y por esa razón miré atrás. Al voltear, vi que estaba Mauricio siguiéndome.
—No me sigas, anda a tu casa que ya deben extrañarte supongo-dije frívolamente.
—Sigues dañada— dijo con serenidad mientras yo caminaba—, deberías venir conmigo y divertirte un rato— finalizó siguiéndome el paso.
— ¿Entonces yo soy la única en el mundo que sabe lo que significa el estar de luto?—pregunté aún caminando, en un tono exasperante— Por favor, respeta mi dolor, Mauricio—Me estaba empezando a caer mal de nuevo.
—Aunque no lo creas, eso te ayudaría mucho—dijo en un tono serio y eso me fue ridículo.
—Adiós, Mauricio, muchas gracias por ayudarme.
Seguí caminando cerca de la entrada del conjunto residencial y aún sentía que él seguía detrás de mí.
— ¿Qué verga quieres? ¿Que te pague?—pregunté algo molesta.
—Niña tú si eres grosera, yo no quiero que me pagues—dijo ofendido.
— ¿Entonces?— pregunté volteando para hablarle con más precisión—¿Iras a cantarme los pollitos en mi cama?
—Solo quiero saber tu nombre, baby, tranquila.
—Eres una ladilla— le aclaré con fastidio.
—No me voy hasta que me digas tu nombre—exclamó desafiante—, al menos dame tu número.
—Qué gracioso eres—Ironicé —, a ver, para que me dejes en paz, soy Lysa—dije con mala gana para poder seguir con mi camino—, bye.
—Espero que nos volvamos cruzar—gritó mientras me alejaba de él.
—Dios me libre.
Había entrado ya en el conjunto residencial y escuché el sonido de su carro marcharse. Estaba mejor sin su presencia porque ya no tenía que aparentar nada. Mi casa se situaba en la ruta principal y por eso pude llegar rápido y entrar. Ciertamente no llevaba nada más que mi bata, pues; había escapado del hospital. Gracias a que dejé la puerta abierta pude entrar a casa.
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Asesina: El secreto de Lysa
Tajemnica / Thriller¿Qué haría si su «conciencia» le diera órdenes para asesinar con el pretexto de que está haciendo justicia?, ¿caería en la tentación, o intentaría no ser manipulado/a? Lysa es una joven venezolana-canadiense de veintiún años de edad que tenía una...