Y en efecto, no podía irme así sin más. Decidí regresar allá aún sabiendo que ella podría reaccionar mucho peor que antes, pero tenía que cumplir con mi trabajo y absolutamente nada impediría eso.
—No entiendo cómo quieres volver a la casa de esta loca— dijo claramente con desagrado tras de mí. En realidad no le había pedido que fuese conmigo, de tal, no tenía porqué intervenir.
—No creo que sea ético decirle así— respondí.
—¿Realmente quieres hablar de ética?
Sabía que se refería al beso—No le incumbe—, no obstante hice caso omiso al comentario. Lo único importante para mí en ese momento, era poder resolver estos crímenes tan atroces, descubrir qué me ocultan mis padres y poder ayudar a Lysa, luego seguiría con mis estudios y todos en paz y tranquilidad. No es mucho querer, sería justo.
Sin pensarlo toqué su puerta y descartando la posibilidad de recibir una buena reacción. Sentí una serie de nervios cuando escuché sus pasos, sin embargo no obtuve la reacción esperada.
—Pueden pasar— Su voz sonaba más calmada. Ambos acatamos su petición y entramos.
—Lysa, te ofrezco una disculpa por lo que paso hace...— fui interrumpido por su voz.
—Creo que tendría más sentido si lo hiciera yo— contestó, ofreciendo media sonrisa—, por favor, tomen asiento.
Realmente no lo esperaba. Mariam se sentó en un sofá justo en frente del que se encontraba Andrea, observando nuestra plática, Lysa prosiguió a sentarse al lado de su amiga y yo me instalé al lado de mi compañera. Creo que esperaba que le dijera la razón de mi regreso, sabía que podría romperle un poco el corazón, y esa es la parte más difícil de este trabajo.
—Vinimos a pedirte que colaboraras con nosotros— hablé en un tono bastante tranquilo para no provocarle una reacción contraria.
—¿Qué tipo de colaboración?— interrogó Andrea.
—Creo que Lukas se refería a tu amiga— intervino Mariam. Y no recibió ni una respuesta ni una buena cara de la rubia.
—Es sobre Jheff, quien fue tu novio— aclaré. Noté su expresión corporal cambiar, era de esperarse, se trata del asesinato de alguien que se quería mucho.
—Quisiéramos realizarte algunas preguntas— añadió Mariam, con la vista a ella y Lysa asintió con la cabeza.
¿Has traído una libreta para anotar?— susurró la pelirroja en mi dirección.
—Claro, tengo uno en el bolsillo de mi pantalón— Me levanté para poder dar con una mini libreta que se encontraba en mi bolsillo trasero, luego se la pasé y regresé a mi asiento.
—Tenemos entendido que estabas con él la noche de su cumpleaños, la misma noche que murió, según la autopsia— acerté a decir.
—Sí, así es— afirmó.
—¿Entonces qué fue lo que pasó cuando lo viste por última vez? — pregunté casi en tono preocupante.
—Pasaron cosas, y después ya quería regresar a casa. Él me dijo que me sentara a esperar y que iba al baño; más nunca regresó.
—¿Te dijo si tenía planeado ver a alguien más?— continué.
Mariam había traído un bolígrafo consigo, lo tenía puesto en su cabello recogido. Fueron una serie de respuestas que la verdad, no nos estaban ayudando en nada.
—¿Entonces tu novio muere y a la semana ya tienes otro?— Pude haberme pasado.
—¿Disculpa?— cuestionó Andrea—, ¿éstas preguntas desde cuándo se hacen?
—Creo que no fue buena idea interrogarla contigo presente— soltó Mariam.
—Tiene razón Mariam— expliqué—. No puedes interferir así, además, tienes que ir al precinto para dar tu propia declaración.
—Eso no explica que quieran hacer preguntas fuera de lugar— defendió.
Lysa simplemente se levantó del sillón sin mencionar nada y se dirigió a las escaleras, no la detuve, por lo poco que he descubierto de ella, podría armar un caos otra vez, así que simplemente no hice nada.
—Creo que ya se deben ir— sugirió Andrea. Sin más lo acepté y nos pusimos de pie los tres.
Al acompañarnos, salimos mi compañera y yo, no sin antes indicarle cuándo debía pasarse por el centro de investigaciones.
Lysa POV.
Todo se repetía, me revolvía el estómago de que solamente me mencionasen su nombre. No quería más muertes, pero para eso, tenía que callar y ser fuerte. Tenía que pensar que todo esto pasaría y se olvidaría en un futuro. Es lo que más ansiaban. Fui a mi habitación para intentar despejarme, quizás era la hora de aceptar que mis padres se habían ido, y que todo acabaría pronto. La voz de Andrea me sacó de mis pensamientos, supuse que Lukas y Mariam se habían ido.
—¿Estás bien?— preguntó acercándose y se sentó en la punta de la cama.
—No— negué—. Los extraño.
—Mi imagino cómo te sientes, también extraño a Ángel, a pesar de que fue un total idiota— me acerqué a abrazarla inmediatamente, fue mi culpa.
—Sé que no viene al caso y quizás no quieras hablar de eso pero, ¿por qué exactamente estás con Rubén?— Iba a hacer esta pregunta tarde o temprano, pero fue temprano.
—Me ha ofrecido su ayuda y es lo que necesito en este momento— mentí, sí, ya es parte de mí. Se separó y me vio incrédula.
—¿Por qué besaste a Lukas?— dibujó su pícara sonrisa.
—Él me besó, pero eso no importa, no volverá a ocurrir— Es una pregunta que ni yo puedo contestar, solamente pasó y ya.
—Esta bien, te creo— dijo sinceramente— Okay, me voy a dar una ducha, utilizaré uno de tus pijamas por hoy— Asentí con la cabeza.
Se llevó como 3 pijamas al baño, es un caso serio. Y yo me dispuse a dormir. Todo se tornó oscuro, y allí estaban; Ángel, Tatiana, Jheff, vestidos como la otra vez. No, no otra vez, seguían atormentándome, no entenderían que no quise hacerlo.
—Lysa por favor abre los ojos— inquirió Tatiana. Los tres llevaban una preocupación enorme.
—De ti depende que descansemos en paz— siguió Ángel.
—Busca a alguien que te ayude a abrir los ojos— continuó Tatiana.
No quería escuchar, no quería verlos más, no quería seguir sufriendo.
—Váyanse por favor, lárguense, déjenme en paz.
—Sepárate de ella— dijo Jheff. Era horrible, verlos era espantoso.
—Esto apenas empieza— dijeron al unísono.
—¡Basta!— exclamé de un sobresalto. Había despertado, le di un vistazo al reloj y eran las 7 de la mañana. Di un ligero suspiro y me levanté. Me encontraba un poco asustada por el sueño, parecían atormentados, como si no fuesen ellos los que me quisieran hacer daño. Lo más probable era que soñara con ellos de tal manera, pues el remordimiento se había dado el trabajo de acabar conmigo. Vaya, Lysa, ¿quién lo diría?
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Asesina: El secreto de Lysa
Misterio / Suspenso¿Qué haría si su «conciencia» le diera órdenes para asesinar con el pretexto de que está haciendo justicia?, ¿caería en la tentación, o intentaría no ser manipulado/a? Lysa es una joven venezolana-canadiense de veintiún años de edad que tenía una...