Capítulo 2

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Jimin se giró rápidamente, derramando casi el café debido a la sorpresa mientras lo hacía.

Dubitativamente echo un vistazo hacia el doctor JungSoo, que se aclaraba la garganta incómodamente mientras reajustaba nerviosamente la corbata.

Su barbilla se alzó resueltamente cuando le devolvió la mirada a Jeon Jungkook. Encontró los ojos cafés claros y calculadores de su Némesis, rechazando dejarse intimidar por él y sus maneras grandilocuentes.

Sus ojos se estrecharon mientras lo consideraba, evaluándolo como a un oponente en el cuadrilátero.
Una ceja clara se elevó perplejamente, una sonrisa de nunca-antes-visto elevo la comisura de su boca.

Jimin gruño.

Jeon Jungkook era bastante guapo, supuso. Al menos para un tipo con facha de boxeador. Era un hombre de estatura media, probablemente medía alrededor de 1 metro con 76 centímetros, y con 30 años de edad estaba todavía tan tenso de músculos como cualquier jugador de línea de base de futbol. Su pelo era alborotado y castaño, y su gran cuerpo se veía dorado debido al bronceado.

Jimin sabía que se había abierto camino a través las filas de la compañía de construcción que ahora poseía, habiendo comenzado desde la base como obrero. Podía conjeturar que la pesada musculatura de su cuerpo probablemente no había dejado su antigua forma totalmente cuando el había comprado a su tío y asumido la presencia de construcciones Jeon, ya que tenía la apariencia fuerte y poderosa de un hombre que estaba acostumbrado al trabajo pesado.

No era que él no había notado ni nada por el estilo, solo lo intuía.

—¿Deseaba verme señor Jeon?—

La doctora kwon se encontraba de vacaciones hasta el día siguiente, lo que dejaba a Jimin en la aparentemente lamentable situación de ser el de mayor rango, lo que significa que sería el único obligado a oír a Jeon Jungkook gruñir sus últimas demandas. Otra vez.

Seis meses atrás, cuando la doctora kwon había estado excavando en México, Jeon Jungkook había merodeado por el departamento con sus demandas. Tres meses antes de eso, cuando la doctora Choi había estado en una conferencia de Inglaterra, Jeon le había aparecido gruñendo otra vez. Si él no lo conociera mejor, comenzaría a preguntarse si el maldito hombre no esperaba a que su jefa desapareciera para poder entonces gruñirle a él en particular. Pero era absurdo pensarlo, por supuesto.

La ceja cara se elevó otra vez cuando Jeon lo observó, un hábito que siempre lo dejaba sintiéndose decididamente irritado.

Era como si él la midiera y lo encontrara deficiente. Pero un hombre como Jeon, un hombre acaudalado que había tenido citas con cada tonta existente en el área Bahía, podía mirar por debajo de la nariz a un hombre de aspecto tan promedio como él mismo. Físicamente él era inferior y lo sabía.

Su oscura mirada vagó metódicamente a lo largo del cuerpo de Jimin, comenzando en sus pies, avanzando lentamente hasta su pecho, donde se demoró, y subiendo luego más arriba, a su rostro.

Jimin se sintió un poco nervioso cuando sus pezones se endurecieron debido al hormigueo de conciencia sensual que lo atravesó, pero ignoro el sentimiento y rápidamente lo desecho. Además, se recordó a él mismo mientras elevaba una de sus cejas rubias y encontraba su determinada mirada con una mirada desafiante de su parte, Jeon Jungkook probablemente solo trataba de intimidarlo. Como siempre.

Una vez matón, siempre matón.

Era irónico, realmente, que la misma clase de hombre que con los que Jimin quería experimentar sumisión en la cama, estuviera de pie frente de él, aún cuando sabía que nunca se entregaría a un hombre como este en un billón de años.

No era que el multimillonario obrero de la construcción convertido en CEO hubiera expresado alguna vez algún interés en hacerlo en cualquier caso, pensó Jimin con gravedad. Pero si él hubiera tratado de tomarlo para llevarlo a la cama, sabía que le habría dicho que no.

No solo porque un lío así podría causarle problemas en la universidad, sino también porque Jeon Jungkook no era la clase de hombre que tomaría el dominio y la sumisión como un mero juego sexual. Era del tipo de macho arrogante que lo tomaría literalmente, esperando un hombre o mujer que lo satisfaciera siempre, tanto dentro como fuera del dormitorio.

Definitivamente no era su tipo.

Incluso si era la sexualidad masculina personificada.

—Infiernos, sí, quiero verlo—gruñó él.

Apuntó un dedo en dirección a la puerta de la oficina de Jimin.

—Vamos a hablar, jovencito—

O la estupidez masculina personificada, pensó con los labios fruncidos.

Jimin frunció el ceño con severidad, mientras decidía que podía terminar con la cita rápidamente.

Cuanto antes escuchara su sesión de gruñidos, más rápido se ira el boxeador. Pero, decidió, no hablaría en privado con él hasta que lo pusiera directamente en su lugar.

—Mi nombre es Doctor Park —dijo intencionalmente, pareciendo tan pomposo como el Dr. Jung Soo en ese momento—. Y si es un nombre demasiado largo y demasiado complicado de absorber para su cerebro, entonces Doctor bastará.— inclino la cabeza—. No pase varios años en el colegio obteniendo mi doctorado, señor, para que me llamaran con ese desprecio, como si fuera un imbécil cualquiera.

Él suspiro, luego pellizcó el puente de su nariz mientras recobraba aparentemente fuerzas.

Sin duda, una táctica para impedirse a sí mismo tratar de morderlo.

Él miro hacia arriba, con su mandíbula apretada y sus ojos oscuros ardiendo en los marrones de Jimin.

—Mire jovencito…—

Jimin se mordió la lengua, fascinado por la vena palpitante en su cuello.

— Doctor Park....—. gruño.

Jimin sonrió, luego asintió con la cabeza.

—¿Quería hablar conmigo en privado?—pregunto dulcemente. Demasiado dulcemente.

Sus fosas nasales llamearon cuando Jeon estrecho sus ojos hacia él.

—Si—. silbó.

Un silbido. Jimin nunca lo había oído silbar antes, y se encontró preguntándose lo que significaba esto exactamente.

Era extraño como sonaba, él era buena detectando los humores de Jeon Jungkook. No era que se necesitara un doctorado en antropología para hacerlo, ya que solo parecía tener dos tipos de humor: hosco y arisco.

Diciéndose a sí mismo que no importaba, y que tenía mejores cosas que hacer con su tiempo que pelear con un Neandertal demasiado crecido, ¡Cómo estar preparado para el vuelo de esta noche!, agito una mano y avanzo hacia la puerta de su oficina.







Listo XD. Me pondré a adaptar el siguiente disfrútenlo, faltan pocos capítulos para la verdadera acción 🌚🌚.

Si ven palabritas raras me dicen pliss. Pero me dicen si po. Es que la quiero puro terminar de subir. :D

Possession- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora