capitulo 11

12.4K 1.5K 194
                                    

Jimin se congeló ante el sonido de una voz masculina muy familiar y muy tosca que hablaba directamente detrás de él. Instintivamente, dejó su bebida en la barra y cubrió su pecho y pene lo mejor que pudo, luego se giró para enfrentar a su Némesis.

Jungkook hizo rodar los ojos—. Un poco tarde para la modestia, ¿No es así, profesor?

Los ojos de Rose se ensancharon—. Él te llamo profesor—. Murmuró ella—. Él sabe...—. Se paró repentinamente—. Ah, mierda—. Refunfuñó ella.

Jimin respiró hondo.

— Ven aquí—. Dijo Jungkook en un tono de "no acepto ninguna discusión"—. Ahora.

El primer instinto de Jimin fue enderezar su espina y decirle lo que podría hacer con su gruñido mandón como siempre hacia, pero estaba demasiado cansado y también trastornado como para discutir con él. Además, quería averiguar cuáles eran sus intenciones. Si él iba a hacer que lo despidieran, necesitaba algún tiempo para prepararse mentalmente.

— Bien —. Dijo débilmente, sus manos todavía cubrían su pecho y su polla lo mejor que podían-. ¿Dónde?

Jungkook gruñó. Más que contestarle, él lo tomó del brazo y suavemente lo llevó hacia el lejano final de la barra, retirados de los ojos curiosos. Cuando era seguro de que ellos estaban fuera del alcance del oído de los demás, lo hizo girar para enfrentarlo.

Él todavía se cubría con sus manos protegiendo sus partes privadas de él.

Jeon hizo rodar sus ojos otra vez y arrancó sus manos de su cuerpo. Con un gruñido de advertencia las planto firmemente en sus costados.

— No—. Mordió él—. Te cubras de mí—. Sus fosas nasales palpitaron cuando él consiguió la primera buena mirada de él desnudo con todo su cuerpo aceitado, y tan cerca. Bien, la primera buena mirada que había logrado una vez que fue cociente de que esto perecía al profesor Jimin y no solo algun prostituto—. Dios sabe que no te has molestado en protegerte de nadie más.

Jimin suspiró, demasiado cansado para preocuparse si él parecía enojado con él o no.

—¿Va a hacer que me despidan?—. Le pregunto sin rodeos, yendo directamente al grano—. ¿Es por eso por lo que me trajo aquí? ¿Para regodearme?—. Su cuerpo se puso rígido—. Porque si es así, ahórrese la molestia. Ya entendí en el mismo momento en que lo vi que tendré que buscar un nuevo trabajo tan pronto como vuelva a Seúl—. Él dijo las palabras vigorosamente, pero estaba bastante seguro que hasta un hombre tan insensible como Jeon Jungkook podría oír el temblor en su voz.

Los ojos de Jungkook se ablandaron un poco, sorprendiéndolo.

—¡Infierno no, no voy hacer que te despidan! Jesús, no soy tan malo, jovencito –dijo él bruscamente.

Jimin se calmó, no muy seguro de poder creerle. Por otra parte, Jeon Jungkook era de los hombres que iban de frente. Dudaba que fuera de los que daban esperanzas sobre algo tan serio y luego se desdecían de sus palabras.

Para empezar, si él quisiera denunciarlo se regodearía con ello, no actuando de manera hosca porque Jimin hubiera pensado que haría algo así.
Esto en sí lo aturdio. De cualquier forma ¿Por qué se preocupaba de lo que él pensaba de su persona?

Ellos se miraron fijamente, los meditabundos ojos cafés se encontraron con los preocupados ojos marrones de gato.

— ¿Por qué estás aquí?—. Murmuró Jungkook colocándose a su lado, sus callosas manos subieron a sus hombros y comenzaron a amasarlos suavemente. Sus ojos oscuros se ablandaron durante una fracción de segundos, para luego volver a su nivel normal de acero—. ¿necesitas el dinero, dulzura?

Perversamente, el hecho de que, después de dos años de gruñidos y gruñidos de Jeon Jungkook, y que ahora intentára ser agradable con él, lo hizo tener ganas de gritar. Entre eso y el hecho de que estaba cansado y había experimentado tantas emociones extremas. Sus ojos se llenaron de lágrimas durante solo un segundo. Carraspeo, parpadeó, y le contestó sinceramente.

— No—. Le confesó. Echó un vistazo hacia lo lejos durante un segundo y suspiró, luego miró de nuevo hacia él—. Escuche Sr. Jeon...

— Jungkook —. Gruñó él.

— Jungkook—. Concedió y suspiró otra vez—. Realmente aprecio el hecho de que trate de ayudar, pero no necesito dinero—. Respiró hondo—. Hago esto por mí—. Dijo suavemente—. No por dinero.

Aquella ceja oscura se alzó, aunque esta vez de confusión y no irritación.

— No comprendo.

Jimin cerró sus ojos brevemente, expulsando un aliento inestable al hacerlo. Cuando los abrió otra vez, le explico de la mejor manera que pudo, dado a lo cansado que se sentía.

— Estoy envejeciendo, Jungkook. No viejo, pero envejeciendo—. Se encogió de hombros, que él todavía amasaba, y hecho un vistazo a lo lejos—. Quise hacer algo salvaje y loco sólo una vez en mi vida. Mientras he vivido y respirado, he seguido reglas, como usted sabe y le gusta desacreditarme todo el tiempo, y... —. Sintió su cuerpo vibrando con la verdad mientras lo miraba—...y por una vez no me sentía con ganas de seguirlas.

—¿Pero por qué aquí?—. Le pregunto él, todavía sin poder entenderlo completamente—. Puedo entender el deseo por hacer algo salvaje y loco, pero no comprendo porque quisite...—. Él se detuvo repentinamente, sus ojos cafés se despertaron de la comprensión entonces lo estrechó con excitación. Él lo contempló, su pene se puso duro como una roca, sus ojos se volvieron pesados entrecerrándose mientras estudiaba sus labios.

—¿Te gusta ser sumisa, bebé?—. Le preguntó roncamente.

Jimin mojó sus labios y miro a lo lejos. Cuando él lo llamaba con esos apodos cariñosos le provocaba cosas que no debería. Como endurecer sus tetillas y hacer que su polla latiera.

—Tal vez—. Chillo. Aclaró su garganta—. Tal vez.

—Tal vez mi culo—. Murmuró él. Sus manos cayeron de sus hombros, arrastrándose hacia abajo por su espalda, y posesivamente las coloco sobre sus nalgas cuando él lo atrajo más cerca.

Park soltó un aliento de sorpresa, pero no trató de apartarlo.

«Maldición», pensó Donghae, estaba tan caliente como el infierno.

Todos estos años había estado tratando de encontrar un hombre que fuera sumiso en general, satisfaciendo cada uno de sus caprichos, pero rápidamente se había aburrido de todos y cada uno de ellos. Cuando lo que realmente había querido desde el principio era un hombre libre, pensador, como el doctor Park Jimin. Una hombre independiente, que lo enfureciera en cuanto saliera de su dormitorio, pero que también lo adorara a él y a su pene dentro suyo en el dormitorio, o dondequiera que él quisiera.

No había comprendido esta faceta de su personalidad hasta hacia unos segundos. Hasta que el hombre con el que había fantaseado en más sesiones de masturbación de las que podía contar, le había confesado, más o menos, que ansiaba ser dominado sexualmente. Y ahora tenía a su pequeño brujo sumiso aquí mismo en su brazos...

—Te quiero, Jimin —. Le dijo él roncamente, sus manos grandes amasaban sus nalgas mientras pulsaba con su erección su vientre desnudo. Quería estar tan desnudo como el rubio—. Te he querido por un largo, largo tiempo.



















Hasta aquí los dejo espero disfruten, nos leemos el martes ...
😊🤗❤️😘

Possession- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora