Capítulo 4

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—O algo así —dijo dulcemente, dejando que se lo imaginara. Decidió ignorar el hecho de que su interés en el asunto hacia cosas extrañas en su vientre. Como mariposas dentro de él.

Nervios. Tenían que ser nervios lo que hacían que su estómago se agitara. Lo único que Jeon Jungkook hacía en su vientre era causarle indigestión.

Jimin recogió su bolso, saludando con la cabeza a Jungkook y Boa cuando avanzo hacia la puerta.

—Los dejo conversar. Tengo mucho trabajo que hacer en el laboratorio antes de irme de vacaciones—

"Y mucha preparación mental para controlar la anticipación del vuelo de esa noche a la exclusiva y privada sala."

Jimin cerro los ojos y tomo aire profundamente en un útil esfuerzo por calmar sus crispados nervios, volviendo luego a fijar la mirada en la pequeña ventanilla del avión de seis plazas. Se preguntó qué pensaría Kim Namjoon cuando lo viera, pues no había tenido tiempo de cambiar su apagada ropa de trabajo por otra entre la salida de la universidad y la partida el chater hacia la isla.

De todas formas, Kim Namjoon le había advertido que no necesitaría ropa en el hotel royal, ya que permanecería totalmente desnudo durante los cinco días.

Se mordisqueo el labio inferior, con sus ojos marrones dilatados.

¿En qué diablos había estado pensando al aceptar convertirse en un sumiso esclavo sexual durante cinco días?

Suspiro, masajeándose distraídamente las sienes, mientas el exuberante y sorprendentemente tropical aspecto de la isla royal surgía lentamente ante la vista. El caso era que realmente quería probar esto, se recordó a si misma. Al menos una vez.
Además, Jimin se consideraba muy buen juez de carácter.
Kim Namjoon podría ser un hombre de negocios avispado que había imaginado una forma envidiable de hacer dinero para si mismo y para las mujeres que trabajaban en la isla, pero él tenía una buena sensación acerca de Kim como persona, y creía de todo corazón que las seguridades que él le había dado no eran sino la verdad.

Él y su hermano Taehyung cuidarían de él. Nunca habían permitido hombres en la isla que no hubieran atravesado, y aprobado, intensas investigaciones personales y comprobaciones de fondo.

Por supuesto, Tae le había asegurado que la mayoría de los clientes de la isla lo eran en forma habitual, y que Namjoon y él los conocían desde hacía cinco años o más. Y todo ellos eran hombre de perfil alto, que se comportarían impecablemente con las mujeres y hombres que trabajaban en el hotel antes de hacer algo estúpido y arriesgarse a que una situación potencialmente dañina fuera aireada en público como ropa sucia para que todo el mundo lo viera.

En otras palabras, Jimin no tenia de que preocuparse. Los clientes quizá fueran calentones y canallescos, pero nadie se atrevería a lastimarlo.

Suspiro.

A medida que la isla se iba viendo cada vez más cerca su ritmo cardiaco se incrementó dramáticamente. Esto era tanto excitante como aterrador, admitió mentalmente.

Dando un breve vistazo alrededor de la diminuta cabina del avión a las otras cuatro pasajeras, se preguntó distraídamente si estarían tan nerviosas como él.

Lo dudaba.

Todas ellas tenían aspecto calmado de las profesionales. Y todas tenían una apariencia perfecta, con sus caras magníficamente maquilladas, los cuerpos firmes y el atractivo físico de las rubias doradas.

Suspiro.

Eran tan bellas, demasiado bellas. Él probablemente tuviera que pagarle a uno de los clientes para poder tener un poco de acción, pensó frunciendo el ceño.

Oh, bien. Era esto o cinco días con los gatos. 

Jimin se enderezo en su asiento y decidió concentrarse en la noche que estaba próxima llegar en vez de en cosas destinadas a destrozarle los nervios. Esta noche no pasara de ser una suerte de orientación, se recordó a sí mismo. A sí que realmente no era necesario ponerse tan nervioso. Los clientes no empezarían a llegar hasta mañana por la tarde.
Entonces , y solo entonces, él se convertiría en un nudo de puros, crispados y, por otra parte, vulnerables nervios.

Apoyándose contra su caro escritorio de roble, con un vaso de bourbon en mano. Kim Namjoon sonreía ante el nerviosismo de Jimin.

—Si no puedes estar desnudo ante mi sin ruborizarte, querido ¿Cómo vas a lidiar con ello mañana, cuando un grupo de hombres ricos y sensuales estén compitiendo por tu atención, ansiosos de follarte?—elevo el pequeño vaso, disponiéndose a beber de el mientras lo estudiaba —. No quiero ser grosero, pero no quiero ningún malentendido tampoco. Entiendes para que estas aquí ¿no es cierto?

Jimin suspiró mientras se soltaba el pelo del gel y dejaba una cascada de ondulados rizos rubios hasta un poco más arriba de sus hombros.

Su pelo, siempre había sido fuerte, su mejor característica. Él sospecho que incluso su nuevo empleado estaba de acuerdo, cuando la vista de sus cabellos cayendo hacia abajo en escasa hizo que él se endureciera en una perceptible región de su cuerpo.

Jimin se mordisqueo el labio inferior y aparto la mirada.

—Mi querido Jimin— murmuró él al otro lado del cuarto, con sus expresión precavida y remota—, podrías hacer que un hombre como yo, olvide cuan cínico se ha vuelto.

Aquí hay otro capitulo

 Cambie a la diva de Heechul por el alien, porque a Heechul le daré otro papel :) a y porcia en el próximo capítulo va a haber algo de Nammin espero no les moleste. Bueno byeeeee.


Possession- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora