Possession- Kookmin

Capitulo 21

Cuando el día tercero y final estuvo completo, y el instante de dejar la isla estaba al alcance de la mano, Jimin sentía como si su corazón pudiera romperse en dos. Había un millón de cosas que quería decirle a Jungkook, y un millón de modos en que quería hacerle el amor.
Cuando comenzó a ponerse su ropa de profesor, las acciones de los tres días pasados estaban haciéndose sentir. Sus tetillas le dolían por ser chupados, su culo estaba dolorido por tener la polla de Jungkook constantemente sepultada dentro de él, y su polla estaba demasiado sensible de ser sorbido durante más veces de las que podría contar. Y aun así todavía quería más y más.

Con el corazón hundido admitió silenciosamente que todas las vacaciones tienen que acabarse. Y eso era lo que había sido esta excursión, unas vacaciones. En la vida real Jungkook podía permitirse el lujo de escoger y salir con tipos absolutamente perfectos, con un cuerpo perfecto, no tipos pasablemente bonitos con cuerpos imperfectos.

Jimin suspiró cuando echó las esposas negras en su valija. Quería tener un recuerdo íntimo de las noches hedonistas que habían pasado juntos, y las esposas negras eran casi el recordatorio más íntimo que pudiera pensar en llevarse consigo.

Sus ojos volaron al el escritorio de pino. Sonrió nostálgicamente cuando caminó hacia él y tomó sus lentes. Pensó en la noche pasada, cuando Jungkook había bromeado sobre ellas.

«—Éstos son los lentes más feos que he visto alguna vez, profesor. —Él los sostuvo como si los estudiara—. ¿Dónde los compraste? ¿En Nerds-R-Us?

Jimin miró por encima de su crème broule (Postre de repostería muy fino, hecho por lo regular con chocolate) bastante tiempo como para reírse entre dientes.

—Realmente en Geeks-R-Us —. Se burló—. Existe una diferencia entre los dos, ¿sabes?

Él gruñó, mientras los ponía sobre el escritorio, antes de unirse con él en la pequeña e íntima mesa de la choza...»

Él sonrió. Después de eso ellos habían hablado y hablado. Habían hablado de todo y nada, de temas tan diversos como la escena del arte en Seúl, la política universitaria, y las políticas de la ciudad, que él tenía habitualmente que manejar para beneficiar a Construcciones Jeon.

«—No lamento la compra de la compañía —confesó Jungkook, excavando en su propio postre. Ambos estaban desnudos y muy cómodos el uno con el otro —. Pero básicamente soy del tipo de chico que «trabaja con sus manos». Detesto tratar con todo los otros mamarrachos.

Jimin sonrió.

—Y tú eres muy, muy bueno trabajando con las manos —. Dijo el rubio sensualmente.

Le asombraba lo seductor que podía ser cuando Jungkook estaba ante él. Antes de que Jungkook entrara en su vida, él se había sentido tan seductor como la mujer barbuda del circo.

Él alzo su ceja.

—Ven aquí, profesor—. Murmuró él»

Jimin suspiró, sonriendo para sí mientras jugaba distraídamente con sus lentes. Despertando, sacudió su cabeza ligeramente y las lanzó en la valija.

—Hey, profesor—. Refunfuño Jungkook mientras entraba en la choza—. Tu avión te espera.

El más bajo giró sobre sus talones, su corazón golpeando y contrayéndose simultáneamente cuando lo vio. Él estaba vestido con otro traje formal italiano, y supuso que probablemente tenía que asistir a una reunión más tarde o algo así.

Jimin le sonrió ampliamente, aunque sentía que se estaba muriendo en su interior.

—Gracias por avisarme, Jungkook. —. Respiró profundo y asintió con la cabeza—. Supongo que debería ponerme en marcha.