Possession- Kookmin

Capítulo 17

Cuando Jimin cayó fláccidamente en su cama esa noche, sus músculos estaban penosamente doloridos y su cabeza lastimada después de todo el llanto al que se había entregado en privado.

Había estado buscando a Namjoon y a Taehyung durante más de una hora, queriendo recuperar su ropa y tomar un vuelo que lo sacara de aquí. Pero no estaban en ninguna parte, y temía que la subasta terminaría teniendo lugar mañana en la noche, lo quisiera él o no. Y él definitivamente no quería.

Por primera vez desde que había llegado a la Isla Royal, Jimin no quería ser comprado por cualquier hombre en la subasta de esclavos sexuales, mañana por la noche. Si alguien pujaba más alto que Jungkook, temía que no lo pasaría tan bien con cualquier otro hombre que ganara, ¿Probablemente Henry?. Como lo haría si pasara los restantes tres días satisfaciendo los caprichos sexuales de Jungkook. Diablos. Él sabía que no lo pasaría tan bien.

Jeon Jungkook había sido el único foco de sus fantasías de sumisión durante los últimos dos años. Por otra parte, si Jungkook ganaba la subasta y lo compraba exitosamente para los tres días restantes entonces se abría completamente una nueva Caja de Pandora.

Estaba terriblemente avergonzado por los acontecimientos de la última noche, y no estaba seguro de sí podría a manejar el mirar a los ojos de él después de haberse humillado luchando desnudo con  una mujer por el derecho de darle sexo oral, para luego humillarse otra vez llorando de la forma en que había hecho.

Jimin cerró sus ojos fuertemente, la vergüenza inundando todos sus sentidos de nuevo.

¡Dios mío!, lo que Jungkook debía de pensar de él... ¿Qué era él para Jeon Jungkook de todos modos?, se preguntó por centésima vez esa noche. ¿Un premio de competición, un patético solterón que él quería montar, o algo más?

Él suspiró, abrazando los suaves cobertores a su cuerpo mientras caía lentamente adormecido.

Jungkook se permitió entrar en la cabaña privada de Namjoon, un paraíso exuberante en el lado opuesto de la isla, lleno de plantas exóticas, mobiliario de costoso aspecto tropical y, al parecer, de exóticas mujeres desnudas. A él le pareció eso.

Cuando pasó a través de la ventana de la sala, siguió el sonido de los gemidos y murmullos de Namjoon por el largo y retorcido vestíbulo hasta entrar en la guarida.

La guarida siempre había sido el escape favorito de Namjoon, un refugio personal que era la única parte de la casa que Jungkook podría decir que había sido decorada por la propia mano de su viejo compañero. El resto de la cabaña tenía aspecto elegante y tropical, pero no decía nada acerca de Namjoon. Hablaba sobre un hombre con antiguas y abundantes heridas pretendiendo ser alguien que no es. Es decir, un asno rico y arrogante. La parte acerca de ser rico era verdadera. El resto de ello no lo era.

Jungkook se sorprendió cuando dobló la esquina y entró a la guarida para encontrar dentro a Namjoon con tres mujeres desnudas.

La visión inmediatamente le envió campanas de advertencia en su cabeza porque desde que Namjoon había poseído la isla nunca había permitido ni una sola vez a una mujer, sin mencionar tres prostitutas, entrar a su refugio privado. En cualquier otro cuarto de la cabaña, Jungkook no habría pensado nada sobre ello. ¿Pero un grupo de cuatro personas en el refugio personal de Namjoon? El gran momento de campanas de advertencia.

Dulce Jesús. Taehyung estaba en lo cierto. Algo estaba muy mal.

"—Habla con él, Jungkook —". Le había suplicado Tae cuando había venido a su cabaña hacía unos pocos minutos antes de huir de la isla por razones que no le confiaría "—. No sé qué demonios pasa pero él me preocupa. Namjoon confía en ti y te respeta. Él hablará contigo. ¿Pero yo...? —" Ella había sacudido su cabeza y suspirado"—.Siempre seré su hermano pequeño a sus ojos. Namjoon piensa que cree que sabe lo que hace. Nunca me escuchará."