capítulo 6

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Jeon Jungkook se acercó furtivamente a unos pasos del Hotel Royal, que se veia mas dedierto de lo usual, y ya era mucho decir.

La excavacion del sitio en construcción de la Dra. Kwon se había demorado más de lo que él había esperado, el vuelo hacia la isla había sido tranquilo y, la verdad sea dicha, de todos modos no tenía ganas de estar aquí. Había venido porque su mejor amigo le había pedido que lo acompañara durante una semana de placer.

Namjoon tendía a preocuparse por él como un hermano mayor, cuando de hecho, Namjoon era dos años más joven que sus propios treinta años.

Tal vez, su mejor amigo tenía razón, decidió Jungkook con el ceño fruncido. Tal vez el mejor modo de conseguir sacarse a aquel pequeño y maldito brujo mojigato de su mente era trabajar en ello. Preferentemente con algunos empujes profundos y violentos dentro de algún muchacho caliente.

Quizás debido a lo peligroso de sus pensamientos, se sentía caliente; ahora mismo estaba necesitado de un hombrecito "sumiso". Todas esas cosas que el prickly doctor no era.

Frunció el ceño cuando empujó distraídamente y abrió la puerta de la choza cubierta de una pesada paja, que le había costado a Namjoon un dineral y fueron hechas para parecerse a esa pared impenetrable que separaba a los naturales de la isla del Cráneo de su dios King Kong. Adentro estaba el paraíso.

Volumptuosas mujeres y candentes muchachos andaban desnudos por los alrededores,no en vano el Morning Resort era un oasis en la selva, pero también habían musculosos hombres que situaban mesas cubiertas con paja e importaban árboles de la selva por todas partes, preparándose para impactar a los ricos invitados que comenzarían a llegar en unas horas.

Jungkook gruñó. «Que irónico que hombres que pelaban sus culos por ser tan ricos como pudieran y no tener que vivir como primitivos, ahora pagarán docientos de miles de dólares para pasar unos días viviendo como tales. Sólo que con estilo por supuesto. Y con muchos sumisos desnudos, complacientes», pensó con una media sonrisa.

Él se preguntó lo que el pequeño brujo mojigato pensaría si estuviera aquí. «Él menearia su nariz ante el Resort y ante mi» pensó con el ceño fruncido. Los de su tipo siempre lo hacían. Su sonrisa se debilitó.

En primer lugar, hasta el momento no había logrado entender lo que lo había atraído hacia el sabiondo pelirrubio. Él hablaba con grandes oraciones, usaba palabras pomposas, y pensaba que los hombres como él, que no tenían una educación formal, estaban por debajo de él. Peor aún, su ropa era simple y apagada, su pelo siempre estaba tirante hacia atrás tan apretadamente por el gel y una coleta, que a veces se encontraba preguntándose si sus ojos de gato no escondían un bocho en su cabeza, y nueve de cada diez días llevaba puestas las gafas negras más feas y gruesas que había tenido el disgusto de ver alguna vez.

Maldición, quería follarlo.

Él lo deseaba tanto que incluso esos lentes lo hacían ponerse furiosamente duro.

— Jungkook

La cabeza de Jungkook se movió. Sonrió despacio mientras miraba a Kim Namjoon subir la escalera cubierta de paja, de dos en dos escalones para hacerse a él.

— ¿Cómo estás compañero?

Namjoon sonrió totalmente, mostrando sus perfectos dientes blancos. Él meneó sus cejas.

— Acabo de terminar de acomodar a los nuevos sumisos.

—Ahh—. Jungkook meneó la cabeza cuando él le golpeó afectuosamente la espalda.

— Entonces eso explica esa sonrisa dentuda.

— Uhum—. Namjoon estuvo de acuerdo, respondiendo con otra sonrisa enorme—. Hay uno en particular...—. Enarcó una ceja hacia Jungkook—. Un rubio que pienso que va a gustarte.

Possession- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora