000 Introducción

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"PILOT."

     Vi pasar aquella estrella fugaz desde el tejado que me separaba de aquel manto azul lleno de estrellas. Y pensar que ninguna brilla tanto como tú, que ninguna se parece a ti en lo más mínimo. Ninguna eres tú.

El bálsamo de todo herido de corazón es el tiempo, pero, ¿Cómo hago yo cuando curar está herida es lo que menos quiero? Es lo único que me ata a ti y lo más cercano a ti que tengo. Te veo y me duelen los pensamientos que por mi mente pasan porque simplemente no sucederá y aunque pasen mil estrellas fugaces jamás mi deseo se cumplirá.

Me mofo de mi misma al pensar nuevamente como una niña, parece que aún no entro en la cuenta de que tú eres toda una mujer y yo en mi desgracia, soy solo una escuincla enamorada de ti. A tan temprana edad me vengo encontrando con este demonio del cielo que entra en los corazones a hacer destrozo, un huracán con nombre que limpia las impurezas del corazón y tan bien hace su trabajo que nos deja locos. Locos por esa persona y desgraciadamente conmigo no tuvo piedad y ahora, justo ahora, me encuentro loca por ti.

Justo ahora me encuentro viendo este cielo vacío como cada noche pensándote.

Son 17 años los que tengo y llevo un cuarto de mi vida amándote. Amándote en secreto porque es lo que me queda, es mi destino sufrir de esta manera en cada paso de mi vida.

Empiezo a pensar en ti y mi mente me lleva cuando tenía no más de diez años y tú rondabas mi edad de ahora, esa fue la última vez que nos bañamos juntas, veía tu cuerpo, el agua corriendo por tus pechos, por tu espalda, tu cabello colocho mojado hasta las puntas y yo ahí, con la boca abierta y mi mirada en todo tu esplendor. Sin querer y en mi inocencia corrompida bajé la mirada a tu vagina.

– Ahh -

Tus ojos de color bronce, una miel brillante que me veían con tanta dulzura y yo queriendo explicarme qué carajos me pasaba. No pude quitarme de la mente aquellas aureolas rosadas que adornaban tus pezones y no sabía por qué, hasta que pasaron cuatro años y en tu cuarto te volví a ver semi-desnuda.

– Mmhh -

Mi corazón palpitó tan rápido y una parte de mi cuerpo le hacía competencia, ¿Qué me estaba pasando?, corrí a mi cuarto y me encerré, a mi mente volvieron tus pechos, tu vagina, tu espalda, tu vientre a penas marcado, esos labios, esa mirada inocente. Sin querer lleve mi mano a mi sexo, asustándome por la acción, pero lo necesitaba, necesita calmar esto que me quema, que me ahoga.

Moví mi dedo de arriba a abajo sintiendo mi propia sensibilidad, una y otra vez, imaginando tus manos, tus labios, tu cuerpo. Justo como ahora, tal y como lo he venido haciendo cada vez que al pasar por tu cuarto te veo en ropa interior y me recuerdas la tortura de no poder tocarte.

Te odio por hacerme esto.

– Ahh - Algo en mi explotó en una deliciosa y melancólica sensación. – Cuanto cuanto te odio, hermana. – Miré mis dedos llenos de ese glutinoso líquido, una vez más me encontraba tocándome por ti.

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Una nueva historia empieza y con ella, el romance prohibido nacido en la lujuria y el deseo.
Este capítulo solo es la introducción, será pubicado junto al primer capítulo de la historia.

Les invito a pasar a , donde verán otras escrítas.

Gracias por emprender nuevamente este viaje conmigo.

No es camren pero Camila siempre será tops. 7w7r

INOCENTE TENTACIÓN: La condena de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora