Capítulo 8 - Parte 1

8.5K 532 27
                                    

"Mi carta, mi amor, mi deseo y mi disculpa"


PARTE 1.


Charlotte prestaba atención al camino que el taxista tomaba al aeropuerto, mi mirada perdida en la nada seguía sin creer lo que mi hermana me había confesado, no estaba enojada con ella, no había razón porque sé que no lo hizo con intención, tampoco con Marie, porque, en mi mente y mi corazón quiero pensar que no lo pudo hacer, que no pudo decirme la última vez que nos vimos que se marcharía y no volvería más.

Saqué mi celular, entrando a galería, había una carpeta que ella había hecho, sonreí al ver el nombre: "Zuttomodayo". Marie tenía un complejo de japonesa, se la pasaba viendo anime siempre que podía, decía que esa palabra significaba mejores amigos por siempre, siendo la mezcla de "tomodachi" (amiga/o) y "zutto" (siempre). Había más de 2000 fotos nuestras con todo tipo de caras, en todo tipo de lugares, comiendo, en pijamadas, mientras la otra dormía. Somos las mejores amigas.

Una lágrima rodó por mi mejilla.

Llegamos al aeropuerto, Charlotte me dio mi espacio todo el tiempo, de alguna manera, comprendía lo que había perdido. Ella llevó ambas maletas en todo momento. Esperamos una media hora, hasta que la voz de una mujer indicó que abordáramos el avión. Esta vez, nuestros asientos quedaron juntos, decidí dormir todo el camino, ella me tomó de la mano, dándome apoyo.


– Descansa, pequeña. – Me susurró. Asentí agarrando su mano más firme.


***


Una caricia suave se deslizaba desde mi sien hasta mi mentón, a lo lejos, alguien decía mi nombre, quería despertar, pero a la vez, quería seguir durmiendo.


– Ange... Ange, cielo, estamos a punto de aterrizar. – Esa voz. – Ven, despierta.

– Char... -

– Hola, nena. – Su sonrisa brillaba, creo que sigo dormida. - ¿Dormiste bien? –

– Si, ¿Tu descansaste algo? –

– No, me gusta verte dormida. – Sonrió picara.

– Pervertida, quién sabe que te imaginas. – Gracias al cielo, no sabe lo que yo me imagino. – Te quiero, Char. –

– Awwn yo también te quiero, mi nena. – Me dio un beso pequeño en la frente.

– Pensé que me lo darías en los labios. – La menor hizo un puchero imposible de resistir para Charlotte.

– Muuuah, besito en los labios. – A veces podía ser tan infantil.

– Tonta. – Se sonrojó Ange al sentir los labios de la mayor.

– Oye. - Le sonrió, se alegraba que ya estuviera mejor.


Llegaron a los minutos al aeropuerto, las personas se movían apuradas de un lado a otro, parecían controladas por la inercia; sumándose ellas también, buscaron la salida, Charlotte veía por todos lados en busca de un taxi, su mirada deparó en uno estacionado a unos 50 metros.


– Ange, cariño, sílbale a aquel tipo. – Su hermana observo la dirección indicada y entreabrió sus labios, sacando apenas su lengua y poniéndola en medio de su labio inferior y sus dientes, sopló fuerte y un fino silbido llegó a los oídos del conductor, Charlotte al ver que tenía su atención, alzo la mano y lo llamo.

INOCENTE TENTACIÓN: La condena de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora