INOCENTE TENTACIÓN: La condena de lo prohibido

Capítulo 018

"Una importante decisión."

Había despertado esa mañana indeseada, quería quedarse con la niña que dormía junto a ella, pero... Recordó entonces que la ojiverde también daría su vida si fuese necesario para salvarla, pero prefería ser ella.

Se levantó y no muy bien se había alejado un par de metros, cuando lágrimas comenzaron a bajar por su rostro, sollozaba de forma ahogada, puso ambas manos en su rostro y se recostó a la puerta. Veía su silueta descansar con serenidad sobre la cama y su corazón se estrujaba más.

– Ange... - Susurró para ella, no quería despertarla. – Perdóname, amor. – Se levantó del suelo y se acercó con sigilo, la miró con lágrimas en sus orbes cafés y le acarició la mejilla. – Por favor, perdóname... - Besó sus labios por última vez.

Salió de casa, entró al auto y arrancó, sabía lo que estaba haciendo y... eso la destrozó. Daba golpes al volante mientras gimoteaba fuerte.

– ¡Soy una estúpida! – Gritó. Necesitaba ahogar eso que nacía en su alma.

Lágrimas calientes caían sin parar, dejando en su recorrido marcas profundas y dolorosas. Miró sus manos rápido, ambas muñecas estaban rojas de los golpes que regaló envuelta en furia al volante.

Llegó a la casa donde la esperaban los dos hombres y entró.

– Sabía que vendrías. – Se acercó Michael Jauregui con una sonrisa en su rostro.

– No sea cínico, que no hago esto por usted. –

– Me importa poco por quien lo hagas, - Dijo Luis levantándose del sofá. – lo importante es que estás aquí y lo harás. – Se acercó a ella para abrazarla. – Tienes los ojos hinchados, preciosa, ¿Todo está bien? Sabes que puedes confiar en papá, el siempre estará para ti. – La de ojos café comenzó a llorar, por tristeza, pero sobre todo por enojo, lo empujó tan fuerte como pudo hasta hacerlo retroceder.

– Tú no eres mi padre, eres un monstruo que solo piensa en sí mismo. –

– Ah, es que tú no lo haces, dime, ¿Por qué no querías casarte, eh, pequeña lesbiana? – Miró a los lados sarcástico. – Por la paz mundial, seguro. –

– Yo... no quiero hacer esto. ¡Por mí! – Limpió sus lágrimas y lo miró a los ojos.

– Pues no me importa. Vamos, tu prometido ya está en la casona esperando por ti. –

– ¿Qué? Pensé que sería mañana. –

– Mañana es el cumple de Ange y Lauren viene mañana, no quiero arriesgarme a encontrarme con ella. –

– Espero que ambos se pudran en vida. –

– Antes lo haremos en dinero. – La miró neutral Luis. – Ahora vamos, debes cambiarte, ya está todo listo para la ceremonia. –

***

– Lolo, todo estará bien. – Le decía en el taxi Camila, quien trataba de reconfortarla de alguna manera, pero no había forma y la entendía, porque todo aquello lo vivió ella en carne propia. – Ven. – La haló hasta quedar en sus brazos, la ojiverde escuchaba el corazón de la latina desbocado, quizá por preocupación, también... mas la realidad era que, estaba así por tenerla de nuevo en sus brazos.