Capítulo 12 - Parte 2

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"No estaremos solas, nos tenemos."


PARTE 2.


Por supuesto que no dejaría que se salieran con la suya, es que no podía soportar tal vergüenza, tanto tiempo intentando salir con ella para que al final... para que al final no fuera otra más que una asquerosa lesbiana. Pero se iba a arrepentir y él se iba a encargar de eso.

Las había visto aquel día en el parque.

Él había salido con su familia para pasar el rato, un viaje de domingo con sus hermanas y su madre, ya que su padre se había ido por la leche cuando su hermana menor y la cuarta, nació. Por supuesto, no volvió y esperaba no verlo jamás.

Se fue a sacar un par de fotos cuando el arrebol se comenzó a mezclar con el verde bosque y la sombra que este daba, había varias familias y parejas, todo se veía muy bien y el escenario era perfecto para un aficionado de la fotografía como el, pero cuando apuntó el lente a un lugar, la pareja que se encontraba más alejada llamó su atención, su corazón comenzó a latir fuerte y con sigilo se acercó, escondiéndose detrás de los árboles.

A poco más de 20 metros de la susodicha, sus dientes presionaron tanto que sintió su mandíbula doler, rabioso, apuntó la cámara y tomo una serie de fotos.

Volvió antes de lo previsto a casa e imprimió las fotografías, siendo confidente suya aquella mujer, se dirigió a su casa y le entregó las fotos.

No dijo nada después de entregárselas, solo se marchó a aquel otro lugar.

Se sentiría mejor después, de eso, estaba seguro.

Dejó en el buzón las fotos y se fue.


***


Las hermanas subieron al auto dispuestas a encaminarse su casa, mientras iban de camino, todo se sentía normal, tranquilo, ya el problema había pasado relativamente, podría ser profesora en cualquier otra escuela, colegio o universidad.

Tomó el móvil y se lo entregó a su novia para que lo encendiera, Ange, con un poco de malicia, lo agarro y de paso, le acarició la mano, por supuesto, con el propósito de que recordara todo lo que había pasado anoche.

Le sonrió con picardía y continuó.


– ¿Cuál es la contraseña? –

– 1325. – Digitó aquellos códigos de manera lenta, manera que contrarrestó abruptamente con las notificaciones que violentaron el móvil.


12 llamadas perdidas de papá.

3 de mamá y un mensaje que decía: "¿Dónde están?"

Ese vacío que ambas conocían bien y se había hecho tan común en sus cuerpos se volvió a instalar en sus vientres. Ambas se vieron, palideciendo al instante de ver aquello.

Tragaron saliva y suspiraron.

La tormenta comenzaba a desatarse, una enorme nube negra asechaba sus vidas.

Después de unos 30 minutos de viaje, minutos tortuosos y angustiantes, llegaron a la casa que las vio crecer, Charlotte estacionó su auto frente a esta, temiendo desde su corazón lo que les esperaba al otro lado de aquella puerta de madera blanca. La menor tomó su mano y le dio un leve apretón, mientras sus ojos verdes intentaban reconfortarla de alguna manera.

INOCENTE TENTACIÓN: La condena de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora