Capítulo 016

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"Algo no va bien."


Desde hace unos días, Char parece más ¿Apegada a mí? Cada vez que tiene la oportunidad me abraza, cuando me tiene que llevar al colegio, siempre hace pucheros antes de dejarme en él y al recogerme, su cara de felicidad es innegable.

Parece como si me fuera a pasar algo o no sé.

Como si me fuera a ir.

Por supuesto que no me molesta, me gusta de hecho esos ataques de mimos que le dan o cuando se pone chineada que quiere que le cuente historias de ella y yo, pero de fantasía, se pone como una niña hasta el punto de que le gusta que literalmente la chinee en mis piernas.

Y debo aclarar que, sin excepción de ninguna vez, caigo por su mirar.

Es que es tan linda, pero también admito que todo esto me extraña.

Empezó así desde una tarde que volvió del colegio al que da clases, puedo saber sus cambios de humor, conozco a la perfección cada manera suya de actuar y algo simplemente no calza.


– Amor, ¿Te puedo hacer dos preguntas? –

– Ya hiciste una, pollita. – Me miró, sus ojos ocultaban algo y eso me rompía el alma.

– Lo sé, por eso dije dos. – Intenté hacerla reír, pero solo levantó la comisura de sus labios. - ¿Pasa algo? – La vi soltar un poco de aire antes de responder.

– No, mi amor. No pasa nada. – ¿Y por qué sonaba tan lejana a la realidad aquella respuesta?

– ¿Segura? – Insistí.

– Segura, mi flor. – Puedo jurar que su voz por un instante, una milésima de segundo se quebró. – Ven, dame un abrazo.

– Mi amor, sabes que puedes hablar conmigo, - Continué. – no tienes por qué callarte las cosas y guardarlas para ti. – Me acerqué y la abracé. – Yo estoy aquí para ti. –

– Lo sé... - Estaba llorando.

– Char, dime qué pasa. – La solté para verla a los ojos. – Algo no anda bien, por favor, no me mientas y dime la verdad. –

– ¿Qué día es hoy? –

– Eso no importa ahorita. – Miré mi celular. – Pero estamos 23 de setiembre. – Respondí blanda, era imposible ser dura con ella.

– Por favor, abrázame. –

– Char, dime que pasa. – Una vez más, la rodeé con mis brazos. – Estoy preocupada. –

– Mamá irá mañana a España y viene hasta el otro día por la tarde. – Lloraba cual niña.

– Ya lo sé, cuando nos dijo yo estaba contigo, ¿Recuerdas? No sé a qué viene eso o por qué te hace llorar. –

– Yo... Yo te amo, Ange. – Dijo, su mirada penetraba mis ojos, una mirada triste en aquellos hermosos ojos era ver una estrella tras otra morir. – Por favor, no vayas a olvidar eso. –

– No lo haré, mi amor. – La besé, sus labios salados por las lágrimas sabían a tristeza. – Ya no llores, ¿Si? – Limpié sus mejillas.

– ¿Tú me salvarías de todo? –

– No sé a qué viene esa pregunta, pero sí, mi amor. – La miré con amor. – Yo te salvaría de todo, aunque tenga que dar mi vida por ello. –

– Yo también haría lo mismo. – Esta vez fue ella quien me besó. – Por ti daría mi vida y mi alma. – ¿Por qué aquellas palabras me dolían?

INOCENTE TENTACIÓN: La condena de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora