El dragón y el bastardo

Escamas: parte 3

Me volví a despertar, por tercera vez, pero estaba vez no había dolor ni cansancio.
-Hey, chico, llevas mucho dormido.-
Dijo la voz demacrada de un hombre mayor.
-¿quien eres?- Pregunte aturdido
-Cada cosa a su tiempo chico-

Intenté levantarme y me encontré con la pierna encasillada entre dos palos de madera. Era una cura rudimentaria, pero cumplía su función
-Con cuidado, chico, la pierna estaba rota por varios sitios. Tienes suerte de que yo llegue a tiempo. Esos soldados te podrían haber hecho cualquier cosa.-
-¿Quien eres? ¿Porque me rescatas? ¿De que...?- El hombre me interrumpió.
-Estoy seguro de que tienes muchas preguntas, y las respuestas llegarán a su tiempo.- La voz calmada del hombre era reconfortante.
-Por ahora puedes saber que soy el maestre Dale, y que acompaño a Lord Tywin Lannister hacia desembarco del rey, a tomar el trono de hierro.-

Con el paso calmado, dí una vuelta por la tienda de campaña. Encontré un espejo. Me sorprendió ver mi corto pelo blanco sucio. De hecho, todo lo que llevaba estaba sucio. Me habían puesto un ligero traje de seda roja, con leones grabados. No se cuantos días habrían pasado desde que me desmayé por última vez, pero estaba bastante más delgado que de normal. Eso me recordó mi hambre y mi sed atroz.

-¿Y bien?- Oí detrás mía. -¿Que tal va esa pierna?-
-Bien, gracias- respondí en bajo.
-Supongo que tendrás hambre, ¿no?- Intente responder, pero me corto.
-Antes de que te dé de comer debes decirme tu nombre.-
-S... soy Scott Waters, bastardo del rey Aegon Targaryen.- El maestre asintió lentamente.
-Tu pelo te delata, Scott- Dijo el maestre.-Bueno, tráete cordero y agua.-

Y, por primera vez en mucho tiempo, me sentí contento. Fue entonces cuando pensé en mi madre. ¿Acaso la volvería a ver? Y en mi padre también, por primera vez desde que era un niño de 4 años, más o menos. ¿El ejército de los Tywin le mataría? Probablemente. ¿Pero acaso me importaba? Tampoco demasiado, teniendo en cuenta que me abandonó a mí y a mi madre a nuestra suerte. Los pasos del maestre me despertaron de mi ensueño, y el olor a cordero hizo que mi boca aguara.

Pues 3ª parte. La he hecho un poco más larga, pero me gusta el formato pequeños capítulos. Gracias por el apoyo en los primeros dos!