El dragón y el bastardo

Escamas: Parte 10

Al abrirse las puertas, Maya salió disparada como una sombra y desapareció entre los callejones de la oscura ciudad. Albert y yo nos quedamos sin saber muy bien que hacer.

Albert salió corriendo espada en mano mientras gritaba.
-¡Quedamos aquí en un rato!- Grite con esperanzas de que me escuchara

Bueno, estaba solo. Solo. Solo. ¿Y bien? ¿Ahora que? Decidí subir al tejado de una casa para conseguir una mejor visión periférica.
En el tejado había un guarda, que no parecía muy preocupado por la seguridad de los tejados. Me agaché y me acerqué a él.

-Ey, ¿¡Quien anda por ahí!?

No era mi día de suerte, definitivamente.

El guarda me vio y me empezó a perseguir. Me bajé del tejado con un salto. Me hice daño en la pierna, que no había acabado de curarse. El persistente guarda me persiguió por media ciudad. Atravesamos un campo lleno de guerreros de los dos bandos, pero entre la maraña de personas los estandartes eran indistinguibles.

El hombre me alcanzó y me tiro al suelo.
-Ya eres mío...
Alzó su espada.

Una espada atravesó el pecho del hombre. De detrás, una chica con la armadura dorada y detalles de dragones echo el cadaver a un lado.

-Kyra Targaryen, encantada de salvarte la vida.- Me tendió la mano y me ayudó a levantarme. -Y tu, ¿Quien eres?
-Tu... tu medio hermano
-¡Oh! ¡Eres tú! ¿Ha llegado Maya a buscarte? ¿Has venido bien?
-Si, si... Tranquila.

No supe muy bien como reaccionar. Supongo que estaba contento. A fin de cuentas, acababa de conocer a alguien de mi familia. Todavía quedaba batalla por delante, así que me armé de valor y desenvaine la espada, preparándome para lo peor.

Bueno, aquí está. Repito, este fanfic crea personajes, no es preciso en cuanto a personajes. Aquí, en el pueblo de mis abuelos, no hay mucho que hacer, probablemente escriba más.
¡Hasta la próxima!