Capítulo III

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POV YOO JUNG.

No podía permitir que YongGuk se quedara en mi casa, yo sabía que, a pesar de lo que había hecho, yo seguía teniendo sentimientos por él. Era el único hombre al que había amado en mi vida aunque a él no le importara en lo absoluto.

Quise discutir con él pero fue imposible, terminó diciéndome que seguía siendo mi marido e iba a quedarse me gustara o no.

Y terminó encerrándose en la habitación de invitados.

-¡Imbécil! -grité molesta.

Estaba muy cansada y no quería seguir peleando con él, ya era suficiente con haberlo visto otra vez después de tantos años.

Fui a mi habitación, me quité la ropa, me puse el pijama y me recosté en mi cama.

Ahora entendía el significado de la opresión en mi pecho, ya presentía que YongGuk aparecería de nuevo en mi vida y además Kang JinGuk estaba muriendo.

En ese momento recordé la promesa que le hice a mi madre cuando estaba a punto de morir en el lujoso hospital donde mi padre la había internado.

-Ya no me queda mucho -dijo quitándose el respirador-, por eso quiero que me prometas algo.

-Claro mamá -dije preocupada.

-Yo sé que tu padre no es el mejor del mundo pero te quiere y por eso debes quedarte a su lado, sobre todo cuando te necesite, ¿me lo prometes?

-Sí, te lo prometo.

Al parecer había llegado el momento de cumplir esa promesa, solo por eso volvería y si descubría que era un mentira, no regresaría nunca más. Suena horrible que piense que mi padre podría estar inventando su enfermedad pero sabía que era capaz de eso y más. Prueba de ello era mi matrimonio.

Me quedé dormida porque estaba agotada, física y emocionalmente. Tuve pesadillas y por eso me desperté antes de que la alarma sonara.

Me di un baño, me puse un uniforme limpio y fui a la cocina a prepararme un café, en ese momento recordé que necesitaría un sartén especial para terminar el pastel que tenía que entregar aquella tarde.

Casi no lo utilizaba y lo tenía guardado en el fondo de la alacena. Intenté no hacer ruido pero terminé tirando todas las ollas.

Solo esperaba no haber despertado a YongGuk no quería verlo tan temprano.

Lamentablemente no tuve suerte, él apareció en la cocina solo con un pantalón deportivo.

¿Por qué tenía que ser tan atractivo?

No pude evitar sonrojarme, era patética, YongGuk era el único hombre al que había visto en esas condiciones, sus tatuajes lo hacían verse peligroso y sexy, incluso ahí parado.

Me centré en lo que estaba haciendo, él se agachó para ayudarme a recoger y comenzó a reírse, cuando dijo el motivo de su risa, creo me sonrojé más.

-No fue por eso -dije levantándome-. Es por el esfuerzo de agacharme y me sonrojó con facilidad.

-Sí, claro -dijo con sarcasmo.

-¡Piensa lo que quieras! -dije molesta.

Terminé de meter todas las ollas, me levanté con el sartén en la mano, tenía que bajar a la panadería a preparar el pan para esa mañana pero YongGuk estaba en la puerta.

-Dame permiso -dije con seguridad.

Él no se quitó solo estaba parado ahí mirándome, el tatuaje en su pecho me distrajo.

Damn Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora