Capítulo XVIII

198 14 1
                                    

POV YOO JUNG.

Dejar el hospital esa tarde fue una de las decisiones más difíciles de mi vida. No podía aceptar ese arreglo que YongGuk estaba planeando, ya no quería recibir lo que él quisiera darme. Yo quería amor y él no estaba dispuesto a dármelo.

Durante todo el camino de regreso no dejé de llorar. Era imposible no hacerlo, entre las hormonas y lo que acababa de hacer afectaron mucho mis emociones.

Dormí mal porque la bebé estuvo moviéndose toda la noche, me desperté bastante tarde y me dediqué a vagar por la ciudad.

Seguía dudando acerca de si había hecho lo correcto al alejarme de YongGuk. Estaba pensando en eso cuando fui a sentarme a un parque, me dolían los pies por caminar. Entonces apareció una pareja con su hija, la pequeña no parecía tener más de tres años.

Ella corrió hacia los juegos mientras sus padres estaban sentados en la banca frente a mí hablando en voz baja y riéndose. El hombre besó a su esposa y ella se lo devolvió.

-¡Papá, empújame! -gritó la pequeña desde el columpio.

-Las palabras mágicas -respondió su padre.

-Por favor -dijo la pequeña tiernamente.

El hombre se levantó y comenzó a empujarla, su esposa lo miraba con adoración.

No pude evitar sentir un poco de envidia, se veían realmente felices. Seguramente tenían problemas, como todo el mundo pero sabía por experiencia que momentos como aquellos eran los que te ayudaban a salir adelante en los momentos difíciles.

Yo quería eso, una familia de verdad, no un matrimonio de conveniencia ni tampoco estar con el padre de mi hija solo porque era lo mejor para ella. Eso sería un error todavía más grande.

Había hecho lo correcto al rechazar a YongGuk, me dolía porque lo seguía amando pero no sacrificaría la felicidad de mi hija por unos momentos con el hombre que tanto daño me había hecho.

Después de nuestra charla del día anterior estaba segura de que no volvería a decirme nada acerca de estar juntos.

Regresé a la mansión, tomé algunos panquecitos de chocolate, esos eran los favoritos de YongGuk y fui al hospital.

Como lo sospeché, él no mencionó nada de nosotros, solo preguntó si podía decírselo a sus padres. Yo no me opuse, los señores Bang merecían saber que tendrían una nieta, yo no iba a impedirles conocerla. Lo que me preocupaba era explicarles que ya no había posibilidad de que YongGuk y yo estuviéramos juntos.

Él fue muy considerado y dijo que se los diría hasta que yo me fuera. Eso hizo que reafirmara las sospechas de que se había dado por vencido, él realmente no sentía nada por mí.

Fue difícil permanecer con él sintiendo que me desgarraba por dentro. Yo nunca le importé, lo único que siempre fui para él fue un medio para conseguir algo. Primero la presidencia del grupo, luego mantener el maldito puesto y finalmente su hija.

Era doloroso saber que la única persona a la que has amado no siente lo mismo por ti.

Esa noche al regresar a la mansión me terminé un bote de helado mientras veía una comedia romántica.

¿Por qué la vida no podía ser como en las películas?

Me fui a dormir, tardé un par de horas en hacerlo, no podía dejar de pensar en lo triste que había sido mi vida. Y entonces decidí que esos días serían los últimos en lo que me auto compadecería.

Si quería ser feliz debía buscar la felicidad, tenía que dejar atrás el dolor y todo lo malo que había pasado en mi vida, seguramente había personas con pasados más tristes que eran felices, y lo eran porque no se quedaron atrapados en el pasado, tenían que seguir adelante y yo haría eso.

Damn Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora