Damn Your Eyes

Capítulo IX

POV YOO JUNG.

Yo no quería quedarme más tiempo cerca de YongGuk. Con lo que habíamos pasado ya había tenido suficiente para confundirme. Por eso me asusté cuando dijo que debía quedarme más tiempo.

Necesitaba que lo explicara, me dio el motivo: el testamento de mi padre.

Podría volver a revisar eso, de todas formas yo no estaba interesada en su dinero. Lo único que quería era regresar a mi casa y a mi panadería.

Lo me que dijo me desarmó, yo no quería causar problemas y mucho menos preocupar a cientos de personas. Me quedaría hasta que se leyera el testamento pero ese mismo día volvería a mi casa y a mi vida.

-¿En serio estás dispuesta a renunciar a todo el dinero de tu padre? -preguntó SaeRom esa noche mientras cenábamos.

-Podrías pensar que estoy loca pero la verdad es que ese dinero nunca me hizo feliz -dije sonriendo con tristeza-. Cuando hablamos de nuestras infancias me daba tanta envidia la tuya, llena de momentos felices y hermosos recuerdos. El dinero es útil pero no lo es todo y yo estoy muy bien ahora. Además no me apetece tener que estar al pendiente de los movimientos de todos a mi alrededor. YongGuk es más fuerte que yo.

-¿Entonces le dejarás todo a él?

-La verdad ni siquiera sé si mi padre me dejó algo y en todo caso él se ha hecho cargo de la empresa desde hace tres años.

Dejamos el tema, quizá para todo el mundo sonaba como una locura que yo renunciara a mi herencia pero durante veintisiete años aquello no me trajo felicidad, al contrario. Debía existir un equilibrio, porque era consciente que la ausencia de dinero tampoco era buena.

SaeRom volvió a Kwangju dos días más tarde.

-Te veré pronto -dijo abrazándome-. Si me necesitas llámame.

-Estaré bien -dije sonriendo-. Solo serán cinco días más.

Durante esos días ayudé a la señora Heo a limpiar la habitación de mi padre, encontré algunas fotos antiguas de él y mamá. Se veían muy felices. También unas cartas donde se confesaban su amor, no pude evitar llorar.

Yo deseaba poder conocer algo así, cuando YongGuk comenzó a conquistarme pensé que lo había encontrado. Que al fin alguien me amaba pero no había sido así.

Afortunadamente esos días casi no lo vi y fue lo mejor porque me dediqué a pensar en lo que haría de ese momento en adelante.

Después de la lectura del testamento le pediría que continuara con los trámites del divorcio y yo volvería a Kwangju ese mismo día. Tenía que alejarme de él. Los días que pasamos juntos me habían afectado tanto que ya estaba confundida respecto a mis sentimientos por él y no podía dejar que mi parte sentimental ganara.

El día de la lectura del testamento llegó, reservé mi boleto de avión y pedí que empacaran mi ropa, me iría esa tarde.

Encontrarme otra vez con YongGuk me puso nerviosa, él se veía bastante tranquilo. Como si ya supiera el contenido del testamento y quizá así fuera.

Fuimos conducidos al despacho del abogado del Grupo K, también estaba el abogado So, que miraba a YongGuk con odio.

Comenzaron con la lectura y cuando el abogado dijo que yo era técnicamente dueña de todo casi grito, yo no quería ese dinero, ni la responsabilidad que venía con él. Afortunadamente YongGuk fue declarado el presidente del Grupo K. Se haría cargo de todo, como lo había venido haciendo.

El abogado So estaba furioso y salió primero que nosotros.

Volvimos a la mansión, fui a mi habitación por mi maleta y le pedí a la señora Heo que llamara al chofer.