Final

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POV YOO JUNG.

Al decirle que iba a escucharlo para que se fuera pensé que me respondería que estaba bien y que realmente se iría. No imaginaba que iba a reafirmarme su amor, las dudas que tenía respecto a la veracidad de sus palabras estaban comenzando a desvanecerse.

No podía dejarlo hablar, no quería confundirme, tenía demasiado miedo. No obstante, YongGuk no me hizo caso alguno, cerró la panadería para que nadie pudiera entrar y se sentó frente a mí.

Comenzó a hablar y sus palabras me sorprendieron hasta lo indecible. Jamás hubiera imaginado que algo así le había ocurrido, pensar en lo que sintió al descubrir que la mujer que él amaba lo había dejado por su hermano debió ser más que doloroso y además se enteró de su muerte el mismo día.

Eso era lo que lo había cambiado, el hecho de que las dos personas a las que más amaba lo hubieran traicionado.

Debo admitir que me dolió escucharlo hablar de aquella mujer. Con esa confesión todas las piezas del rompecabezas que era Bang YongGuk tomaron su lugar.

Cuando empezó a llorar yo hice lo mismo, nunca lo había visto derramar una sola lágrima, comprendía su sufrimiento. Sin embargo, su doloroso pasado no podía justificar lo que me había hecho. Yo no tenía la culpa de lo que había ocurrido antes de conocerme.

Sentí un ligero calambre en el estómago al que no le presté demasiada atención.

Inmediatamente después YongGuk comentó las razones por las que me había dejado, la principal: tenía miedo.

Todo lo que me contó era sincero y real, no dudaba de eso, pero tampoco estaba segura de poder darle otra oportunidad, tenía miedo por mi hija. Necesitaba pensar un poco antes de responderle. Me alejé de él, estaba por cruzar la barra cuando sentí un calambre intenso en el estómago e inmediatamente después un montón de agua resbalando por mis piernas.

Entré en pánico por unos instantes, mi pequeña había decidido que ese era el mejor momento para llegar al mundo. Cuando se lo dije a YongGuk pude ver el pánico en sus ojos también pero solo duró unos instantes.

Presionó un botón rojo en su reloj y los dos hombres enormes aparecieron un minuto después.

-Recárgate en la barra, iré a abrir la puerta -dijo YongGuk con una sonrisa nerviosa.

Se alejó y yo apreté con fuerza la barra porque me atacó otro calambre en el estómago.

-¡SaeRom! -grité.

Ella también apareció asustada.

-¿El auto está cerca? -preguntó YongGuk.

-Sí, señor -respondió el hombre.

-Llévenla al auto -dijo YongGuk con seguridad.

El hombre se me acercó pero SaeRom intervino.

-¿Qué pasa? -dijo asustada-. ¿A dónde creen que la llevan?

-Al hospital -dijo YongGuk-. Se le ha roto la fuente.

-¡Por Dios! -contestó SaeRom algo histérica.

-Ve al auto, Yoo Jung -dijo YongGuk.

El hombre me acompañó a la salida, el otro había acercado la enorme camioneta en la que viajaban. El hombre me cargó y me dejó delicadamente en el asiento de en medio.

Cinco minutos después aparecieron YongGuk con mi maleta, SaeRom, los chicos y la señora Heo.

Todos subieron a la camioneta, YongGuk se sentó a mi lado y tomó mi mano con fuerza.

Damn Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora