Epílogo

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-¡YongGuk, necesito ayuda! –gritó mi esposa desde la cocina.

-Dame un segundo –respondí desde el jardín.

Terminé de colgar la hilera de globos morados y me dirigí hacia la cocina.

-¡Papá, Jin Ae me golpeó con su pelota! –dijo la pequeña Jin Ah, una de las gemelas, sobándose la cabeza.

La levanté del suelo, la tomé en mis brazos y continué mi camino a la cocina.

-No pasa nada cariño, no tienes nada, en un momento hablaré con tu hermana.

Gracias al cielo me crucé con la señora Heo en mi camino a la cocina.

-¿Podría cuidarla unos minutos? –pregunté algo desesperado.

-Claro, señor –respondió ella con una sonrisa.

Logré llegar a la cocina, Yoo Jung le estaba dando los últimos detalles a un par de enormes pasteles color rosa y morado. Me acerqué a ella sin hacer ruido, la abracé por la espalda y le di un beso en el cuello.

-Cariño, estoy ocupada –dijo ella riendo.

-Debimos contratar a una empresa organizadora, esto es una locura –dije apartándome.

-Es el cuarto cumpleaños de mis bebés y no iba a permitir que nadie les hiciera sus pasteles.

-Yo no hablaba de los pasteles si no de todo lo demás, inflé más de cien globos y todavía no termino –respondí con tono dramático.

-¡Tía Yoo Jung! –dijo una dulce voz infantil.

Un pequeño corrió hasta donde estaba mi esposa se arrojó a sus brazos.

-¡Woo Jin! –respondió Yoo Jung cargándolo y llenándolo de besos.

En ese momento entraron en la cocina el doctor Oh, SaeRom y los chicos Ha.

-Me alegra que ya hayan llegado –dije sonriendo-. Necesito su ayuda.

-Somos invitados –respondió KyungHwi.

-Claro que no, nosotros somos familia –replicó SaeRom-. Así que ve a ayudar a YongGuk.

-Sí, señora –respondió el doctor Oh besando a su esposa.

-Los hombres vayan afuera a terminar de colocar los globos, SaeRom me ayudará aquí en la cocina.

Todos salimos, puse a los chicos Ha a inflar globos y yo me dediqué a amarrarlos con la ayuda de KyungHwi.

-¿Necesitan ayuda? –preguntó una voz masculina.

Miré hacia la entrada del jardín y me encontré con HimChan, supuse que EunHee se había quedado en la cocina.

-De hecho sí –respondí sonriendo.

Se acercó y continuamos con la tarea, entre los cinco logramos terminar en menos tiempo de lo esperado. Estaba bajando de la escalera cuando JinSook, la otra gemela, apareció persiguiendo a Woo Jin con un bicho en la mano, el pequeño se escondió detrás de las piernas de su padre y yo tomé a la niña.

-¿De dónde sacaste eso? –pregunté mirando su mano con cara de asco.

-Del árbol de la entrada –dijo la pequeña orgullosa.

Le quité el bicho y le lavé las manos.

-¿Por qué estabas molestando a Woo Jin? Eso es muy grosero –dije con severidad.

-Porque no quiso jugar conmigo y prefirió irse con Jin Ah –respondió la pequeña molesta.

-Cariño, no debiste hacerlo, aunque él no haya querido jugar contigo. ¿Qué hubieras sentido si Woo Jin hiciera lo mismo?

Damn Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora