Capítulo V

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POV YOO JUNG.

YongGuk se dio cuenta de que estaba nerviosa pero no me prestó demasiada atención, lo cual agradecí, no quería que supiera del remolino de emociones que sentía en ese momento.

Me quedé dormida sin darme cuenta, sentí algo cálido en mis manos, abrí los ojos él estaba tomándolas, las aparté porque me asusté. Me explicó las razones por las que estaba tocándome y volví a dormirme.

Llegamos a Incheon y los nervios volvieron, no quería regresar a esa casa, pero tenía que hacerlo.

Mientras nos dirigíamos a la salida del aeropuerto nos encontramos con los hombres de mi padre. Esa era otra de las cosas que odiaba: estar vigilada todo el tiempo.

Subimos a un auto negro, en el camino le pregunté su vivía en la mansión. Lo cierto es que quería verlo lo menos posible, lo único que deseaba era terminar con esa situación inmediatamente.

Me alegró escuchar que él no vivía en la casa y notó mi alegría. Fui honesta con YongGuk, como siempre. Y terminé recordándole lo del divorcio, no volvería a casa con las manos vacías, no iba a ser un peón nunca más.

Cuando llegamos a la mansión mi corazón comenzó a latir más rápido, odiaba esa casa con todo mi corazón. Había vivido en ella los peores momentos de mi vida.

Y al salir del auto me encontré con todos los empleados en la entrada, pensé que YongGuk lo había organizado pero en realidad había sido idea de la señora Heo, el ama de llaves.

Cuando me llamó señora Bang sentí algo en el pecho, YongGuk apartó la mirada cuando escuchó esas palabras

Fui con la señora Heo y la saludé, era una de las pocas personas que extrañaba. Ella había sido una constante en mi vida, la consideraba más mi familia que a mi propio padre.

-Me alegra ver que decidió regresar, señora -dijo mientras íbamos adentro.

-Solo será por un tiempo -dije de inmediato.

-Por el tiempo que sea, estoy segura de que su madre está orgullosa de usted al ver que ha venido al señor Kang, después de todo... lo que le ha hecho.

Apreté su mano y nos fuimos a la cocina. Me sirvió una taza de té, la tomé mientras hablaba con ella de mi vida en Kwangju, le mostré fotos de la panadería.

-Es justo como su madre la imaginó -dijo emocionada.

-Es para ella -dije sonriendo.

-Será mejor que se vaya a descansar -dijo sonriendo.

Salimos de la cocina y me llevó a la otra ala de la casa.

-Señora Heo, ¿por qué vamos al área de invitados? -pregunté.

-Su padre nos dio la orden de darle espacio, supuso que se sentiría incómoda si regresaba a su misma habitación.

-Oh, ya veo -dije entrando.

Al menos mi padre estaba siendo considerado. Eso me asustó un poco, porque significaba que su enfermedad era realmente grave. Si había enviado por mí era obvio que aquello no iba a tener un final feliz.

-El señor Kang la verá por la mañana, esta noche no se encuentra muy bien -dijo la señora Heo-. Descanse, si necesita cualquier cosa no dude en llamar a cualquiera de los empleados.

-Gracias, señora Heo -dije sonriendo.

Ella hizo una reverencia y se retiró. Mis cosas ya estaban colocadas en el clóset. Miré la habitación, era una de las suites con dos camas, supuse que me la habían dado porque era una de las más grandes.

Damn Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora