Capítulo VIII

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POV YONGGUK.

La verdad no esperaba que me dijera eso. Sabía que habría ciertos problemas cuando él muriera pero dado que Yoo Jung no estaba interesada en la empresa, me darían la presidencia a mí y yo me encargaría de cuidar los intereses de ella.

-Señor Kang... -dije preocupado-. Yoo Jung no desea seguir casada conmigo y... usted ya inició los trámites del divorcio.

-Esos papeles eran falsos... -respiró con dificultad-. Necesito que estés a su lado, la mayoría de los buitres que solo quieren mi dinero te tienen miedo... Si saben que te tiene no se acercarán a ella.

-Cuando su hija sepa que los papeles son falsos insistirá en comenzar los trámites y...

-YongGuk -dijo mirándome con una seriedad y firmeza que nunca había visto-. Debes conquistarla otra vez... el conductor me dijo lo que pasó en el baile... todavía tienes oportunidad.

No pude evitar abrir los ojos por la sorpresa, no pensé que él supiera lo de la limusina, era obvio que tenía ojos en todos lados.

-Debes permanecer un año más con ella... hasta que los buitres acepten que ambos son los dueños del grupo K, no solo tú, no solo ella -dijo con firmeza-. Si no lo haces... le entregaré las riendas al abogado So.

Esas palabras hicieron que me detuviera a pensar por un momento. Yo conocía a la perfección a So SeokHo, era peor que yo en muchos sentidos. Jamás he negado lo que soy, admito que utilicé a Yoo Jung y que le he hecho otras bajezas pero So SeokHo era un hombre corrupto y podrido. Sabía que el señor Kang lo mantenía a su lado por ciertas cosas que pasaron antes de que yo llegara a la escena.

Ese algo que había sentido en el pecho aquel día del baile volvió a manifestarse. No quería que el abogado So fuera tras Yoo Jung, porque lo haría. Antes de que yo manifestara mi interés por ella, el abogado So quiso convencer al señor Kang de que sería el perfecto marido, cosa que no ocurriría nunca, en esos momentos estaba casado con la hija de una buena familia, una pobre mujer que se había dejado engatusar y utilizar por ese hombre. Y estaba seguro de que la dejaría con tal de apoderarse del Grupo K.

-No permitiré que eso ocurra jamás -dije con seguridad.

Noté algo parecido al alivio en los ojos del señor Kang, sonrió a través de la máscara.

-Solo prométeme... que vas a... cuidarla...

-Lo haré, señor -dije serio.

-No cometí un error tan grave... al haberla casado contigo... -dijo el señor Kang y comenzó a toser.

La enfermera apareció y me indicó que era momento de que me fuera.

Salí de la habitación y fui a la mía. Pedí la cena para mi cuarto porque no me sentía listo para ver a Yoo Jung, no después de lo que había dicho el señor Kang.

Ya había comenzado a hacerme la idea de que nuestro matrimonio terminaría tarde o temprano, dejando de lado el hecho de la sorpresiva atracción que había surgido entre nosotros, no había razón para que siguiéramos juntos.

Ahora tenía que mantenerla a mi lado, solo que esta vez sería mucho más complicado. Yoo Jung sabía que yo no la quería y estaba seguro de que hacerla confiar en mí sería prácticamente imposible.

Sin embargo, tenía que hacer lo posible para lograr mi objetivo, no iba a dejarla a merced del abogado So.

En ese momento me di cuenta de que sí tenía algo con que empezar. Recordé la noche del baile. No la podría retener fingiendo amor pero sí con el deseo, ella había reaccionado a mis caricias. No tenía otra opción más que seducirla, con eso comenzaría y luego continuaría enamorándola otra vez.

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