Capítulo XII

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POV YONGGUK.

En verdad sentí un alivio tremendo al tenerla entre mis brazos sana y salva. Mis palabras eran completamente en serio, debía encargarme de mantenerla protegida, yo no iba a dejarla sola.

Yoo Jung pensó que estaba jugando pero le dejé claro que no era así. Ahora era mi responsabilidad.

El momento de tensión fue interrumpido por el abogado, le di la indicación que apareciera cada cinco días para darle credibilidad a mi pequeña mentira.

En ese momento agradecí su interrupción. Después de que el abogado se fuera, Yoo Jung desapareció en su habitación y yo hice lo mismo en la mía.

Me di un baño y fui a preparar el desayuno, ella tardó bastante en aparecer otra vez.

Terminé con la tensión invitándola a pasar el día en casa descansando. Ella accedió y todo volvió a la normalidad.

Los siguientes días fueron maravillosos y el plan avanzó mejor de lo que pensé.

Hablamos de muchas cosas, profundizamos nuestra relación. Tuve que hablarle de temas de los que no había hablado con nadie en mucho tiempo, la dejé conocer algunas de las partes ocultas de mí. Cosa que no hice cuando la conquisté la primera vez.

Me di cuenta de que si quería que Yoo Jung permaneciera a mi lado tenía que ser más honesto y dejarla entrar en mi vida de verdad. De otro modo ella se daría cuenta de que tenía motivos ocultos y esta vez no iba a dejarla ir.

Cinco años antes solo tenía un objetivo en mente, el cual había cumplido a medias, la usé y no me arrepentía de haberlo hecho. Aunque sí había cambiado, en ese entonces yo seguía enojado con la vida y sobre todo con... las dos personas que mataron mi corazón. Sin embargo, a ellos ya no podía hacerles nada, ya estaban muertos.

Conforme pasaron los años me di cuenta de que el mundo del dinero era peor de lo que imaginaba pero no me importaba, yo era feliz viviendo ahí. Pese a que era consciente de eso también comprendí que le había hecho mucho daño a una mujer inocente, a alguien que, como bien lo dijo HimChan, se había atravesado en mi camino y la había atropellado.

En el fondo de mi corazón sabía que debía pedirle perdón pero nunca se presentó la oportunidad. Hasta ese momento.

Yoo Jung me había entregado muchas partes de su vida y era justo que yo también le diera partes de la mía.

Sin embargo, todo era diferente en esta ocasión. No solo la iba a mantener a mi lado para mantener la presidencia, también lo hacía para protegerla. El señor Kang tenía razón, había mucha gente que estaría dispuesta a hacer todo con tal de acceder a la fortuna de Yoo Jung. El señor Kang la había dejado ir y hacer su vida libremente pero jamás la dejó desprotegida, siempre sabía dónde estaba y además había un par de hombres cuidándola. Era una heredera después de todo.

Ahora era mi responsabilidad mantenerla segura. Sabía que el abogado Seo era capaz de cosas malvadas y no iba a dejarla a su merced.

Yoo Jung era mi esposa y ahora yo iba a cumplir mi papel de verdad.

Lo que no esperaba era sentirme de esa manera al tenerla a mi lado tanto tiempo. En verdad me daba miedo saber que ella podía alejarse de mí cuando quisiera, era algo ilógico porque yo no la quería. Porque simplemente había perdido la capacidad de querer a alguien.

Como sea, en esos días compartimos cosas verdaderamente íntimas y pude conocer a la verdadera Yoo Jung, que en verdad es maravillosa, me asombraba que a pesar de ser bastante rica no le importara en absoluto el dinero, que fuera tan dulce y amorosa aunque su padre y yo le hubiéramos roto el corazón.

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