La Profecía del Salvador Oscuro ©

Tomo 2: Capitulo 4

El tiempo no paraba de correr como arena entre dedos y la base de la Resistencia, un lugar escondido de la cruel realidad, cada vez le sentaba mejor al trió Adnato, se sentían cada vez "como en casa", quizás aquel lugar era lo mas cerca a lo que ellos hubieran considerado su verdadero hogar, pero aun así Aaron se sentía presos de sentimientos tales como inseguridad y miedo, muchas veces miraba todo a su alrededor, convenciendo a su cerebro de que el no el no era humano, y que todo la pasado fue una tapadera, una mentira aunque muchas veces también simplemente pensaba "¿Que estoy haciendo aquí? Esto es una locura"  y eso, aparte de nerviosismo, le generaba insomnio, y a pesar de que ellos se manejaban en una zona preparada para ellos, donde los horarios terrestres y la noche y el día existían para evitar afectarlos es que no podía evitar quedarse sentado en su cama o dando vueltas por el cuarto, preocupando a su hermana 

  –¿Estas bien Aaron? Hace varios días te noto raro, nervioso– pregunto Luna entrando a su cuarto

– Estoy bien, solo que...– dijo su hermano

–  ¿Que? Sabes que me podes contar lo que sea– afirmo la chica

– Estaba recordando mi vida antes de todo esto, alla en el orfanato, y recordaba que de chico, a los 7 8 años escribía historias cortas de super héroes, nunca las terminaba pero sabia perfectamente los finales, y me iba a dormir rezando y pidiendo la locura de que mi vida fuese una mentira y que un día tuviese poderes y todo eso, y hacer realidad esos escritos – explico Aaron

– Y se te dio tal y como querías – añadió Luna

–  Y es ese el punto, ahora me veo y soy todo lo que siempre fantasee, y a decir verdad no es tan genial como lo imagine, los riesgos, nuestros dones, que nuestras cabezas tengan precio y mucha gente dispuesta a hacer el trabajo sucio, es mas tenso y feo de lo que parece y...no lo se, no me siento listo para enfrentar todo ello– exclamo preocupado el chico mientras apoyaba sus brazos en las piernas y bajaba la cabeza

Luna se sentía mal por su hermano, lo notaba angustiado y con una gran mochila entre sus hombros, entre la espada y la pared, prácticamente en un callejón sin salida

– ¿Aaron sabes algo?– contesto Luna– Yo antes de conocerte vivía una vida tan normal como cualquiera, yo ni siquiera fantaseaba con super héroes, no creía en lo paranormal y de hecho soy atea, trabajaba de bióloga en un laboratorio y ayudaba a mis padres en mi casa, muy de vez en cuando salia con amigas, pero un buen día desperté de una pesadilla gritando y me di cuenta que estaba agarrando el colchón de mi cama tan fuerte que mis dedos lo habían traspasado, la piel me ardía y mi collar, que estaba guardado en una caja, de un segundo a otro cobro vida, comenzó a golpear las paredes y tapa de la caja, me levante de la cama y abrí la caja, el collar floto y se coloco en mi cuello, y un aura de Luz se desprendió de mi cuerpo, así fue como nacieron mis dones– explico su hermana – Y a lo que quiero llegar es que ninguno de los dos creía que esto podría suceder, pero aquí estamos, venciste junto a Luk a Furot y los tres estamos vivos y juntos– 

 –Si tienes razón en eso...pero me siento impotente, y encima ahora mi energía se esta volviendo oscura–   exclamo Aaron –Y eso me aterra ¿Y si yo soy el malo después de todo? –

  – A mi también me asusto verte ¿Pero quieres mi opinión?  Me importa un bledo que tu energía sea oscura, rosa, azul o verde, lo único es que me importa es que estamos juntos y que sin importar lo que pase siempre vas a ser mi hermano y nos tenemos mutuamente, no tengas miedo de caer, porque siempre voy a estar ahí para ayudarte a ponerte de pie como tu mi ¿Si?–

  – Siempre hermana – dijo Aaron mientras se fundían en un cálido abrazo

–Tu y yo nacimos de la Luz, portamos los Kragetts de Adnat, la luz te escogió...y la oscuridad solo aguarda tu desicion, es tu desicion escuchar a tu lado oscuro – aseguro Luna –Y mientras mi corazón siga bombeando elxsir no te voy a permitir caer , ambos somos Luz hoy y siempre –