Tomo 1: Capitulo 3

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Aquel lunes 7 de marzo era el día que comenzaba el ciclo lectivo del corriente año, el despertador sonó 6 Am, Jorge levanto a un Aaron en estado zombie, finalmente luego de lavarse bien la cara y desayunar ambos salió de la casa. Aaron estaba esperando el colectivo que lo dejaría en la escuela.

–Bueno...primer día de clases– dijo para sí mismo en tono cabizbajo.

Aaron llego al colegio diez minutos tarde, con sus compañeros ya entrando en clase, el joven paso rápido y se sentó delante de todo, al lado de un chico con lentes, piel mestiza pelo negro y guardapolvo con mangas sucias, de nombre Mariano, la maestra entro y comenzó la primera clase, matemáticas, en la que Aaron hacia esfuerzos sobrehumanos para no dormirse, la profesora Dotori era muy "lenteja" (lenta) en palabras usados por el propio Aaron. Llego el recreo y con el recreo los problemas, durante dos años un grupo de amigos compuesto por dos hermanos de un grado de diferencia y otros dos amigos se hicieron fama de bravucones y molesta "nerds" o "insoportables sabelotodo", o sea, los chicos que se sentaban delante de todo en las clases, y Aaron era uno de ellos. El deber del grupo era simple: hacerle su vida un infierno hasta el fin del año, y el primer recreo del primer día fue la iniciación del grupo para con Aaron, quien salió de la clase con una novela sobre magos muy famosa en esos momentos, estaba saliendo al patio y alguien lo choco en el brazo, tirando el libro. Aaron se agacho a agarrarlo y otro pie se lo volvió a patear su libro, el joven termino levantándolo y al ponerse de pie estaba frente a un chico que lo empujo hacia otro que estaba agachado, tirándolo hacia atrás al piso, Aaron se enojo y estaba por levantarse a enfrentar al bromista pero recordó las palabras que su tío le había dicho la noche anterior "no pelees con nadie, nada se resuelve con violencia por mas malo que sea", y termino tragándose la bronca y se dio media vuelta mientras el otro chico se ufanaba al grito de "cobarde". Así los días fueron pasando y estas bromas continuaban de mal en peor, Aaron ya estaba harto de quedarse callado, lo único que hacía era evitar el enojo y hacer de cuenta que no pasaba nada, y eso lo hacía estar ansioso y se le notaba en todo en el cuerpo.

– ¿Estás bien? – pregunto Mariano.

– ¿Por qué? – respondió Aaron dando vuelta la cabeza para verlo.

–Estas muy nervioso ¿Es por el cuarteto pesadilla no? – pregunto Mariano.

– ¿El qué? –

-El grupo que vi que te molestan, así se los conoce en el colegio, son muy pesados– indico Mariano.

-No ¿Enserio? Si vieras que ni cuenta me di - respondió Aaron con tono sarcástico y agrego – Mi tío me dijo que no peleara, pero mínimo le voy a decir a la directora, no puedo permitir que me sigan molestando así–.

–Eeem, no es buena idea esa– dijo Mariano en voz baja –-Te puede costar más a vos que a ellos– exclamo el compañero

– ¿Como así? – pregunto Aaron.

– ¿Ves a ese de allá? – dijo Mariano señalando a un chico 3 bancos atrás de ellos.

–Sí, ¿que tiene? – pregunto Aaron.

–Bueno, ese pibe hizo lo mismo que vos estas pensando hacer ahora, avisar a alguna autoridad, el pensó como vos pansas ahora que eso solucionaría los problemas, pero solo los multiplica– indico Mariano.

– ¿Pero porque? ¿Qué paso?– pregunto intrigado Aaron.

–Los varones tenemos gimnasia los martes y jueves de 4 a 6, cuando termino la clase lo esperaron afuera, sabiendo que no salía acompañado y que era uno de los últimos en salir, cuando salió lo agarraron, lo subieron a un auto y lo molieron a palos, falto tres días seguidos y ahora está amenazado de vida , eso fue hace un año, cuando se formo el grupo, desde ese día tienen callados y dominados bajo el miedo a todos y cada uno ¿Ahora entiendes porque es una mala idea denunciarlos? –

La Profecía del Salvador Oscuro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora