Tomo 2: Capitulo 3

96 54 7
                                    

–Mi rey Ixsuz, encontramos una ultima señal de la nave del informante entre el octavo y el noveno reino pero se nos es imposible localizar su ubicación – Afirmo Umion

–¡Rastreen y busquen en ambos reinos de inmediato!–   Ordeno Ixsuz  – Si los encuentran tráiganlos con vida ante mi– 

 –¡Como ordene amo!– Contesto inmediatamente Umion

– Informe a las tropas que esta es una misión de código negro, por lo tanto si es necesario matar o torturar a los nativos háganlo ¡Quiero a los tres Adnatos ante mi! – Indico Ixsuz

De pronto la gran pantalla que Ixsuz tenia en su despacho se encendió, uno de los generales de Ixsuz, Rejk, estaba del otro lado de la trasmisión, ubicado en el tercer reino

–Señor, hemos capturado a desertores y opositores de la "Puri Reinet", preciso instrucciones de que hacer con ellos–

  –Llévenlos a la cámara tres, allá sabrán que hacer– Ordeno el rey oscuro

Ixsuz sentado en su gran salón, rodeado de su tecnología y de sus soldados se presumía invencible, pero esa era una fachada, su plan perfecto se había esfumado junto con la desparicion de la nave y eso lo volvía mas sádico y sanguinario que de costumbre, y casi todas sus actividades las había delegado a sus sirvientes, el solo controlaba todo desde su lugar seguro, solo a veces bajaba a las prisiones y  torturaba de maneras horribles a los reos solo para distenderse, pero a esas alturas ni el mayor placer de matar y descuartizar prisioneros le alcanzaba para calmarse y vivir en su burbuja de perfección por donde se mire, su paranoia había aumentado y eso lo volvía peligroso, era capaz de lo que sea, y todo por una sensación que jamas había sentido, que jamas creyó llegar a sentir : Miedo.  Miedo a tres simples Adnatos que para su imaginación seguramente estarían solos y perdidos y apunto de dar un paso en falso y que los capturen ¿pero sino fuese así? ¿Si se estuvieran volviendo mas fuertes? Pero eso no era nada a decir verdad la fuerza del trió no le preocupaba, si le preocupaba que desenterraran la verdad que el propio Ixsuz juro que jamas saldría de el, y de solo pensar que había una pequeña posibilidad de que lo supieran le ponía los pelos de punta, por eso debía hacer posible lo imposible y encontrarlos cuanto antes, Ixsuz no sabia nada de ellos, pero si tenia bien en claro una cosa, cada minuto que pasaba el reloj corría en su contra.  Había que para esto SI O SI.

 – ¿Cual es la verdad Skender? ¿Nuestro planeta fue destruido? – pregunto Aaron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 – ¿Cual es la verdad Skender? ¿Nuestro planeta fue destruido? – pregunto Aaron

 – No, destruido no, aun esta ahí, pero hubo una masacre, murieron todos– Afirmo Skender

 – ¿Y solo nosotros sobrevivimos? –  Inquirió Luna

– Si, al parecer ustedes son los últimos– indico el anciano – Pero no me pregunten como porque     no lo se – aseguro

– Es que no lo entiendo ¿No se supone que somos los buenos? – se preguntaba Luk

– Eran los buenos Luna – aseguro Skender   – Protegían y ayudaban al universo con su Luz, pero su poder era codiciado y bueno – 

La Profecía del Salvador Oscuro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora