La Profecía del Salvador Oscuro ©

Tomo 3: Cápitulo 1

—¡Celebremos! — exclamo Ixsuz quien se encontraba en un estado de regocijo puro —En estos momentos los Adnatos están siendo eliminados por nuestras implacables fuerzas — aseguraba mientras reía malévolamente

El tirano emperador estaba reunido con los demás líderes de los reinos que los apoyaban, y que entre otras ayudas, le facilitaban a Ixsuz la fuerza de sus ejercitos, que al estar todos juntos , formaban la famosa  "Legión de Fuerzas Errantes", allí se encontraban Aifax, Urloc, Alfet Geria y Glower, monarcas de los reinos: uno, tres, cuatro, seis y diez respectivamente

—¿Estas seguro que la amenaza fue eliminada? — inquirió Urloc en nombre de los demás líderes

—¿Dudan de mi acaso?— respondió Ixsuz devolviendo la pelota al Urloc

—No bueno, pero es que... —llego a decir Urloc quien fue interrumpido por el tirano dictador

—No voy a permitir que venga quien sea a cuestionar mis acciones a llevar y mucho menos la efectividad de las mismas — sentencio Ixsuz a quien la sonrisa le había desaparecido — ¡No olviden que fui yo quien hizo todo esto posible y los puso a ustedes donde están —

—Pero mi señor... — intento refutar Aifax

—¡Silencio! — grito Ixsuz —Los Adnatos están muertos y ya no habrá nadie que se atreva a cuestionar mi implacable e invencible poder ¡¿Quedó claro?! ¡¡Ya están muertos!!—

No habrán alcanzado a trascurrir diez segundos de aquella sentencia a los chillidos pelados de Ixsuz, que Umion cruzo la puerta de sus aposentos, adentrándose al mismo

—Creí haber dejado bien claro que no quería que nadie molestará Umion ¡Más te vale que sea importante! —

—Es mejor que lo vea usted mismo señor — explico atemorizado Umion —Son...son  videos provenientes de Noredher señor —

Ixsuz al escuchar las palabras de su sirviente quedó francamente sorprendido, salio de sus aposentos confiando que aquellas noticias sólo sean una confirmación de sus firmes creencias, pero una vez que volvió a ingresar su aspecto no denotaba precisamente felicidad o satisfacción, entro caminando lentamente y sin decir palabra, se dirigió a su trono y tomó asiento, tenia la cabeza gacha y los presentes allí se dieron cuenta rápidamente de que Ixsuz estaba tratando de procesar alguna información que le movió el piso, en otro momento hubiese sido una gran incógnita pero bajo el contexto, y la expresión del tirano emperador, quedaba bastante claro: su firme creencia había quedado hecho un bollo y tirado a la basura, los Adnatos continuaban con vida, no se podía creer

—Eran...eran más de — repetía Ixsuz una y otra y otra vez

—¿Ixsuz? — inquirió Geria asustado

—Eran...eran...eran más de medio millón de soldados...¡¡¡Más de medio millón de malditos soldados!!! — grito furioso Ixsuz hacia los cuatro vientos

—¿Sobrevivieron? — pregunto casi de forma retórica Glower —¿Pero como puede ser? Había casi un cuarto de todo nuestro ejército —

—Amigos míos, les voy a pedir que se retiren — exclamo Ixsuz intentando controlarse —Voy a resolver este problema de un modo u otro —

Para evitar generar un conflicto mayor, los monarcas de los reinos aliados abandonaron el Holler, dejando a un Ixsuz con una mochila cada vez más y más pesada, tras unas horas de pensar y pensar Ixsuz llamó a su sirviente

—Nuestra piedra en el zapato resultó no ser tan gusano como creí—

—¿Tiene un nuevo plan señor? — consulto Umion —Puedo si lo desea juntar tropas y ordenar una nueva invasión —