Promesa Rota

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Lo prometí. Quería cumplirlo, en verdad quería. Pero de nuevo estoy aquí, en la ya conocida cama, con el mismo placer de siempre. Con el hombre al que ya me entregue más veces de las que recuerdo, no importa que tantas vueltas le de,que tantas veces me regaño internamente. Siempre termino en la misma cama.

Sus labios están secos, pero por alguna razón me excitan mas que otras veces. Los baja hasta mi cuello y no se detiene hasta que llega a mis hombros, se separa de mí por unos segundos para quitarse la camisa. Ahora veo mejor las marcas en sus hombros y en el estómago. Quiero acariciarlas pero se que en cuanto acerque mi mano él la pondrá sobre mi cabeza y si lo voy a disfrutar por última vez quiero que sea sin restricciones.
Su lengua baja lentamente de mi cuello hasta mi pecho y se detiene en mis pezones. Muerde uno con lentitud mientras con una mano acaricia el otro, el cosquilleo ya empieza a crecer dentro de mi estómago para ir bajando hasta mis caderas, recuerdo que aun llevo puesto mis pantalones y alzo mis caderas contra él. Aleja su mano de mi y baja mi cadera hacia la cama para desabotonar mis pantalones y bajarlos de manera rápida. Mis suspiros empiezan cuando baja por mi estómago hasta llegar a mi ombligo, pasa su lengua por el y el escalofrío empieza, baja un poco más y con los dientes tira del elástico de mis boxers y los acaba de bajar con sus manos. Toma mi miembro entre sus manos y comienza un leve movimiento, lo lame como si fuera una paleta para después soplar un poco haciendo que el primer gemido salga. Empiezo a contar mentalmente, uno, lo mete por completo a su boca y chupa con lentitud. Se toma su tiempo, sabe que tenemos toda la noche, sabe que no me negaré hasta que termine, dos, siento uno de sus dedos en mi entrada y lo mete lentamente, siempre me han gustado sus dedos y no solo por la sensación que dan,son largos y finos, delicados que junto con sus manos se vuelven una obra de arte. Tres, no me deja terminar, siempre me deja a medias y se levanta para ir directo a mi boca sin que sus dedos dejen de hacer su trabajo, cuatro.

— Espero que los lleves contados, si no lo lamentarás— vuelve a mi boca y jala uno de mis labios con sus dientes. Bajo mi mano y empiezo con su pantalón, con urgencia meto mi mano a sus boxers y comienzo a moverla, es cuando escucho como abre el cajón de al lado y saca un condón, lo acerca a mi boca y lo sujeto con los dientes para que el lo jale y se abra.
Sin pensarlo saca sus pantalones juntos con sus boxers y se coloca el condón. Se mete sin pensarlo en mi y es cuando me doy cuenta que nunca ha sido de lo más delicado conmigo. Pero aquí sigo.

Comienza a empujar con fuerza después de unos segundos, cinco, poso mis manos en sus hombros pero las toma y las deja encima de mi cabeza, seis, con su mano libre baja a mi miembro y comienza a masturbarme, dejo caer mi cabeza hacia atrás y enredo mis piernas a su cadera, siete, no se detiene y llegó a pensar que de nuevo esta desquitando algún enojo conmigo pero se siente tan bien que lo dejo pasar solo por ser la última vez, ocho.

— Cheol...

— No, no me llames así — da una embestida más fuerte que siento que llega a doler, nueve.

— Seungcheol..., no tan fuerte — pero mi comentario solo hace que empuje con más fuerza, diez, y ya no es tanto de placer. Sin embargo, el orgasmo empieza a crecer en el centro de mi estómago y va directo a mi miembro, once, el no se detiene hasta que por fin se corre.

No cae encima de mi, últimamente ya no lo hace y solo acaricia mis labios con su pulgar, sale de mi y se pone frente a mi. Toma mis muñecas y las acaricia con suavidad, están algo rojas por la presión que hizo en ellas pero se siente bien un contacto tierno. Se que me quedaré dormido en unos segundo y es por eso que me levanto de la cama y busco mi ropa.

— ¿Te vas? No encontraras transporte a esta hora — volteo al reloj y son las 3 de la mañana — Quédate.

Siempre se escucha más como una orden que como una sugerencia o como una súplica que se escuchan en esas películas melosas que veo con Minghao

— No puedo quedarme, ya no quiero quedarme... así que me voy. - lo digo lo mas seguro que puedo aunque se escucho mas como una duda.

— Te vas por hoy ó... — empieza a levantarse de la cama y yo camino hacia la puerta del cuarto y salgo rápido hasta la puerta principal, pero a mitad de camino el ya esta solo con pantalones y me agarra del brazo.

— Me voy no por el, si no porque tu no quieres darme lo que yo quiero y tu no quieres lo que yo te doy — con dificultad separo mi brazo de su mano y tomó el picaporte de la puerta con inseguridad. Y cuando caí en que no se iba a oponer. Salí de esa casa.

Veneno Para Vivir [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora