El teorema del amor [Frerard]

15. Complejidad de los chistes

—Si no eres parte de la solución, eres parte del problema.

—Si no eres parte de la solución, eres parte del precipitado.

—Ray, Frank, por favor cállense — les dijo Patrick rodando los ojos.

—Pero yo ya dije que no pienso salir por ese conducto — se quejó Frank, señalando el pequeño conducto en el techo del ascensor.

—No tenemos alternativa, Anthony. Ninguno de nosotros quiere quedarse encerrado en este ascensor.

—Es cierto, Frankie... tú eres el más pequeño de todos — continuó Gerard sonriéndole.

Frank rodó los ojos e hizo un puchero, llevaban más de diez minutos encerrados en el elevador. Él, Ray, Patrick, Pete, Mikey y Gerard, ya no soportaba tenerlos tanto tiempo cerca de él. Se sentía como en una lata de sardinas, estaban demasiado apretujados.

Pero para empezar... era inexplicable la forma en la que habían terminado todos encerrados en el elevador.

¿Cómo fue que pasó? Simple, Gerard estaba dispuesto a llevar a Frank por un helado y luego invitarle a cenar, antes de subir al ascensor apareció su hermano, Mikey, subiendo por las escaleras. En ese instante salieron Ray, Pete y Patrick del departamento, también, dispuestos a subir al elevador. Todos, inocentemente, llamaron al ascensor  y subieron. Al poco tiempo se escuchó unos ruidos extraños y la cabina empezó a moverse, pero no de la manera habitual, las luces parpadearon y finalmente el ascensor dejó de moverse. Ni un centímetro, nada, estaban atrapados.

—Deberíamos llamar a alguien — dijo Pete.

—Ya lo intenté, no hay señal — respondió Gerard con un gesto de frustración.

—¡Genial! — exclamó Frank —. Entonces sólo nos queda asignar culpables... bien hecho, Patrick.

—¿Qué? — reaccionó Patrick indignado —. Yo no tengo la culpa de que el ascensor se haya averiado justo en el momento en el que nosotros estábamos dentro.

—Patrick tiene razón — habló Ray —. Tal vez sólo estábamos en el momento y lugar equivocado.

—¿Cómo pude terminar encerrado? — se quejó Mikey —. Jamás debí acompañar a Gerard, se lo dije a mamá... y ella no escuchó... NO ESCUCHÓ.

—¡Ya Mikey! — Gerard le tomó de los hombros para luego zamarrearlo —.  No seas dramático.

—YO NO SOY DRAMÁTICO.

—No, claro que no — dijo Ray.

—¿Eso fue sarcasmo? — preguntó Frank.

—Sí — respondió rodando los ojos.

—¿Fue sarcasmo? — cuestionó nuevamente subiendo el volumen de su voz.

—No.

—¿Y eso es sarcasmo?

—Anthony... por favor cállate.

Frank se fue al otro extremo de ascensor, junto a Patrick.

—Supongo que... sólo queda esperar.

—¿La muerte? — habló Patrick llevándose las manos a su boca.

—No, debemos esperar a que alguien nos saque.

—Perfecto, todos morirémos — mencionó Ray.

—Sería la muerte más estúpida del 2018 — comentó Pete —. ¿Se imaginan los periódicos?

Todos empezaron a reír por la imagen mental que se habían formado. Todos, excepto Frank.

—No entiendo... ¿acaso es gracioso el acabar muerto en un elevador? Sé muy pocas probabilidades, pero nosotros ya estamos encerrados, o sea que para nosotros las probabilidades son mayores.