Y ahí estaba él, otra vez, frente al espejo con el vientre ligeramente descubierto. Aún no podía asimilar todo lo que pasaba pero era obvio que estaba siendo feliz.
Su vientre había crecido solo un poco, pero lo suficiente para que sobresaliera del pequeño cuerpo de Frank.
—Frankie ¿estás listo?, el automóvil ya está estacionado afuera — dijo Gerard entrando a la habitación.
Frank cubrió su vientre al instante y se volteó al pelirrojo.
—Vamos — le sonrió y caminó en dirección al closet en busca de alguna chaqueta.
—¿Estás bien? Te ves algo... triste — preguntó Gerard abriendo la puerta de la habitación esperando por Frank.
—Estoy bien.
Ambos salieron del departamento, como siempre, el tráfico en las calles hizo que tardaran mucho más en llegar al hospital. En el camino no sé habló de nada, Frank, al parecer, estaba demasiado distraído en la ventana como para compartir una palabra con Gerard. Y este pensaba que en la ventana había algo demasiado interesante como para que Frank volteara a verlo.
Al llegar al hospital, únicamente hablaron cuando Gerard preguntó por el apellido completo de Frank, este se limitó a contestar después de rodar los ojos y algunos reclamos por la pésima memoria de su esposo.
Antes de entrar al consultorio, Gerard tomó a Frank de la mano.
Algunas libretas descansaban en el escritorio del doctor, Frank las veía atentamente en busca de distracción. También se encontraban ciertas figuras extrañas de animales para niños, al igual que un portalápices con una frase que mencionaba lo hermoso que resultaba ser madre. Frank pensó si eso también le incluía, probablemente sí, pero el sería padre... un momento, sería padre. Una forma estrafalaria para llamar a un físico teórico.
—¿Estás listo, Frank? — otra vez esa pregunta, pero ahora, quien la formuló fue el doctor.
—S-sí... claro — asintió poniéndose de pie.
El doctor los condujo a la segunda puerta del consultorio, en donde realizaría el ultrasonido. Le pidió a Frank que se vidriera con una bata blanca y después de varias quejas por parte del avellana, este finalmente se vio recostado en una fría camilla, con Gerard pegado a su mano.
—Tranquilo Frank — le dijo aquel hombre vestido con bata blanca y anteojos —. Sólo veremos a tu bebé...
Frank dejó ir un suspiro, con la mirada siguió atentamente todos los movimientos que hacía el doctor, entonces sintió la necesidad de salir corriendo, al ver que el doctor estaba a punto de colocar un extraño gel encima de su vientre.
—¿Se supone que es un desinfectante? — preguntó arqueando una ceja.
—Nos sirve para el ultrasonido — le respondió.
Esta vez se volteó a Gerard en busca de confianza, al ver sus ojos esmeralda una extraña sensación le invadió, sintió unas inentendibles ganas de reír. ¿Cómo se pudo haber casado con alguien de tan lindos, pero divertidos, ojos?
Mientras estaba distraído con ese tono verde en los ojos de su esposo, sorpresivamente sintió un escalofrío recorrer por todo su cuerpo, se perdió del momento en el que el doctor pasó un extraño y frío aparato por todo su vientre.
—Te recomiendo que veas el monitor — habló nuevamente el doctor —. Tu bebé aparecerá ahí.
—¿Entonces hará una especie de llamada extraterrestres desde mi interior?
—No exactamente...
—¡Oh mira! — exclamó el pelirrojo señalando el monitor —. ¿Acaso se trata de esa mancha extraña?
—Algo así...
El doctor movió un poco más el "aparato de 0 absoluto", como le llamaba Frank, y la imagen en el monitor se fue aclarando.
—¡Ya lo vi!... es esa cosa ¿verdad? — cuestionó nuevamente el pelirrojo, mirando el monitor con el ceño fruncido.
—Sí, lo es... pero...
—¿Pasa algo malo? — preguntó Frank.
—No lo creo así...pero...
—¿Le gustaría responder sin la necesidad de utilizar la palabra "pero"?
—Les pido me disculpen, es sólo que... estoy muy sorprendido.
—¿Por qué lo dice? — preguntó esta vez Gerard —. ¿Le pasa algo a nuestro hijo?
—No, sus hijos están bien...
—Ah, bueno, yo creía que... ¡Un momento! ¿acaso dijo "hijos"?
—¡Uso esa palabra en plural! — exclamó Frank.
—Sí... — el doctor tenía la mirada perdida en el monitor mientras una de sus manos cubría su boca —. Se trata de dos niños.
—¿DOS? — Gerard se puso de pie y caminó en círculos por toda la habitación —. ¿Son niños? — preguntó al detenerse.
—Lamento decirle que no lo sé, ambos tienen una posición en la que me es imposible ver a que generó pertenecen.
—Tendremos dos hijos — musitó Frank con la mirada perdida en el techo.
Después de aquella noticia, ambos volvieron al silencio absoluto. Dentro del automóvil Gerard pensaba en lo genial que sería criar a dos niños, mientras que Frank se dedicaba a pensar en todas las posibilidades que existían.
¿Acaso era una broma? No, definitivamente no lo era.
Gerard se aclaró la garganta buscando llamar la atención de Frank. Vio que este tenía la mirada en sus zapatos y sus manos jugueteaban con el borde de su playera.
—¿Estás molesto? — preguntó Frank con voz débil, como si hubiera acabado de llorar.
—No... claro que no, de ninguna forma estaría molesto.
—Es que...
—Escucha, sé que esto nos costará el doble de trabajo, pero estoy seguro de que también será el doble de felicidad. Te aseguro que no estoy molesto ni nada, tal vez algo preocupado... pero sé que lo haremos bien.
—¿Lo dices en serio?
—Claro que sí... además, ambos podremos escoger los nombres. Será genial.
—Gracias — Frank se lanzó a abrazar al pelirrojo.
—Te dije que no agradecieras por esto.
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Hola terrícolas
Bueh, hoy es un día lindi. Por qué? Simple! Un día como hoy cree esta cuenta para escribir.
Uh... me puse feliz.
Ah y creé un blog, así que si quieren perder el tiempo conmigo vayan a ver que onda :)
S lng nd gd nght
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El teorema del amor [Frerard]
FanficFrank tiene una gran capacidad intelectual. Su vida es un vórtice de entropía gracias a Gerard. Frank conocerá al amor, y su vida será... interesante. •~•~•~•~•~•~•~•~•~• Les presento el universo paralelo de Polimatía. Así de loca está la escritora...