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Cuando KyungSoo estacionó el auto frente al pequeño edificio donde vivía JongIn, se recordó que sería más conveniente cargar un auto un poco más discreto que aquel deportivo en tono azul eléctrico, que era demasiado llamativo para ese tipo de lugares.
No era que a KyungSoo le pesara mucho si se lo robaban o lo dañaban, bueno la verdad sí que le pesaría, porque sabía que lo regañarían y que había sido un regalo de su padre, por lo que le costaría mucho tener que darle una mala noticia por lo mismo.
Do JongHyun siempre había querido lo mejor para KyungSoo, siempre le compraba lo que podía y lo había educado tan bien como para que no le importaran tanto las cosas materiales, lo cierto era que si bien eran ricos, KyungSoo no querría tener que decirle a su padre que algo le había sucedido a su coche mientras estaba en casa de su novio, que tampoco sabía que tenía, mucho menos quien era.
JongIn lo esperó en la acera mientras KyungSoo se bajaba y rodeaba el coche, poniendo la alarma con el pequeño control y sonriéndole al moreno, que vio el coche con un gesto de preocupación.
ㅡ No le pasará nada, mis vecinos te han visto conmigo.
ㅡ Está bien, vamos. ㅡ KyungSoo asintió con una diminuta sonrisa y JongIn tomó su mano para comenzar a caminar hacia su edificio.
Subieron las escaleras poco a poco y cuando llegaron finalmente a su piso y JongIn abrió la puerta, Jjangu, Jjangah y Monggu saltaron contra ambos para saludarlos. Los perritos movieron sus colitas y comenzaron a dar vueltas alrededor de sus piernas, como si bailaran de alegría porque su padre estaba de regreso y no venía solo, sino con el chico de las otras veces.
Los perros de JongIn se habían encariñado de alguna manera con KyungSoo, el bajito se inclinó para acariciarles a los tres mientras que JongIn se acercaba al pequeño sillón que era la sala y se dejaba caer sobre él.
ㅡ ¡Yah! Me roban a mi novio, vayan a la cama. ㅡ JongIn hizo un puchero y arrugó el ceño, pero Monggu salió disparado hacia el sillón y se trepó en las piernas de su dueño para darle lengüetazos y ponerle unos ojitos sumamente brillantes para él.
ㅡ Creo que tienen hambre, JongIn ㅡ KyungSoo le acarició las orejitas a Jjanggu mientras hablaba.
JongIn se levantó inmediatamente y caminó hacia la cocina, para darles de cenar a sus pequeños hijos mientras que KyungSoo lo observaba casi con adoración, porque JongIn amaba a sus cachorros y él amaba ver el trato que les daba.
ㅡ Bueno, y qué vamos a hacer ahora... ㅡ JongIn arqueó una ceja mientras se lavaba las manos después de haber dejado el sobre de comida bien envuelto para el día de mañana.