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–Hola. –Saludó él abriendo la puerta de su departamento– Luces súper bien. –Añadió besando mi frente a la vez que yo sonreía y él se hacía a un lado para dejarme pasar.

– ¿A qué huele? –Pregunté dejando mi bolsa sobre un sillón en el living.

–Un intento de comida. –Rió corriendo a un lado de mí para llegar a la cocina.

– ¿Necesitas ayuda?

–Nope, siéntate si quieres. –Dijo abriendo el horno para enseñarme la bandeja– La cena está lista.

Ambos celebramos mi graduación no oficial cenando en su casa y, aunque fue de último momento, todo salió muy bien. Luego de haber comido, decidimos ir por un helado.

–Extrañaba caminar de noche por la ciudad. –Anhelé arrojando mi servilleta manchada de helado al cesto de basura.

–Yo igual. –Comentó Alex luchando con el helado.

–Estábamos tan ocupados que ugh, me olvidé de esto. –Me quejé mientras que limpiaba el rostro de mi chico– ¿Quién rayos te enseñó a comer a ti, eh?

–Lo siento, me emociono con los postres y pasa esto. –Reímos una vez que logré quitar lo pegajoso de su piel– Gracias. –Dijo y asentí– ¿Y? ¿Cómo se siente la vida de graduada? –Preguntó codeándome al mismo tiempo que un trueno resonó en la ciudad.

–Creo que es un alivio el saber que dejaré de estudiar por un tiempo, toda una vida con la escuela en la espalda.

– ¿Seguirás en la tienda? –Inquirió tomándome por sorpresa.

–Eso creo, al menos hasta saber que tengo un empleo fijo. –Respondí elevando los hombros.

– ¿Has podido solucionar las cosas con Lucas?

– ¿De verdad te importa? –Hablé mirándolo a la vez que reía y él lucía serio.

–Bueno, no te veías tan bien hace unos días y también he notado tu ausencia en la tienda. Digo, estás aquí y no durmiendo. –Comentó como si insinuara pistas de un crimen al mismo tiempo que pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer en el regreso a la casa de Alex.

–No es gran cosa, nos peleamos y ya. Fue inmaduro de su parte, simplemente exploté. –Dije negando con la cabeza.

–Sabía que era algo inmaduro, pude descifrarlo la noche del bar cuando te besó en la mejilla mientras me quemaba con la mirada. –Rió haciendo señas con las manos– ¿Qué te dijo?

–Vaya que estás preguntón... Digamos que no le agradó mucho la idea de que saliéramos. –Expliqué aclarando mi voz– Vio en las noticias el accidente de auto y, probablemente, había fotos de ti y ahí las piezas se unieron en su mente y simplemente explotó. Te atacó a ti, a mí y a mis padres. –Bufé– Maldición, sí que me hizo enojar.

–Eso no está bien y el accidente fue mi culpa y de nadie más, que deje la mierda.

–Lo mismo dije yo. –Asentí comenzando a preocuparme de la llovizna intensa.

– ¿Puedo preguntar qué dijo sobre mí? –Cuestionó mirándome aunque yo no a él.

–Lo mismo de siempre, que eras un mujeriego, que habías estado con muchas chicas y preguntó si había dormido contigo. ¿Acaso importa? Cuando digo algo importante no oye, pero para este caso, analizaba todas y cada una de mis palabras, esperando a que dijera algo clave para enojarse y, por desgracia lo hice. –Confesé haciendo que me mirara con una ceja elevada– Recuerdo haber dicho algo de la noche que pasamos juntos y luego volvió loco.

Writing ProcessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora