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—Gracias Alex. —Sonrió mi tía aceptando una de las bandejas que estaban en la mesada en lo que yo me encargaba de colocar las copas a secar.

—De nada... —Respondió achinando un ojo, esperando a que ella le respondiera.

—Puedes decirme Pam. —Sonrió continuando con la cocina.

—Tu tía es adorable. —Comentó él una vez lejos de ella, tomando las servilletas sucias de sobre la mesa para arrojarlas a la basura.

—Le has caído bien. —Repliqué elevando los hombros para luego besar su mejilla. Caminé de vuelta hacia Pam, susurré algo en su oído y regresé al comedor para tomar a Alex de la mano y subir las escaleras.

— ¿Dónde me llevas? —Rió siguiéndome con pasos cortos debido a lo largas que eran sus piernas comparadas con las mías. Me detuve frente a mi habitación.

No estaba muy segura de querer regresar allí, es por eso que necesitaba a alguien que no supiera las historias que contenían esas cuatro paredes y que simplemente me acompañara a dar un recorrido rápido.

—Wow. —Masculló observando alrededor de mí— ¿Es tu habitación? —Preguntó ahora acercándose a un estante repleto de libros para tocar un pequeño muñeco de un tigre de bengala.

—Lo era. —Suspiré yendo en dirección contraria a él, inclinándome frente a mi mesilla de luz. La abrí y tomé una agenda color rosa del cajón; arrojándola sobre la cama para regresar a buscar una lapicera a juego con la libreta.

—No me concierne en lo absoluto pero, ¿te quedabas aquí por mucho tiempo? Digo, es un cuarto bastante poblado. —Añadió volteando a verme al mismo tiempo que yo hacía lo mismo.

—Bueno... —Carraspeé dejando ir un suspiro antes de abrir la boca y luego cerrarla. Una mueca de disgusto de mi parte pareció confundirlo, cuando que frunciera el ceño— Mis padres no están.

— ¿Divorciados? —Dijo asintiendo mientras que hacía de sus labios una fina línea— Apesta, los míos llevan años lejos y es horrible cuando se cruzan por ahí.

—Fallecieron cuando era una niña, Alex. —Solté con demasiada facilidad, tanta, que me sorprendí a mí misma.

—Ells. —Suspiró acercándose a mí para colocar ambas manos sobre mis hombros— Nunca lo mencionaste, lo siento. —Masculló abrazándome por unos segundos.

—Está bien —asentí observándolo con una sonrisa—, nunca lo había dicho tan rápido en voz alta. —Mencioné alejándome de él para tomar algunos libros de las repisas donde él había estado antes.

—Pam es una mujer increíble. —Expresó sonriendo.

—Si te preocupa su aprobación, tranquilo. La tienes. —Reí sacando un bolso del ropero para luego mirarlo— Eres el segundo hombre que invito a cenar, no hay muchas opciones tampoco. —Bromeé llevando una mano a su rostro para dejar una caricia en su mejilla.

—Déjame adivinar... —Fanfarroneó tomándome por el antebrazo— ¿Lucas? —Dijo colocando los ojos en blanco.

—Para eso sí eres rápido. —Afirmé negando con la cabeza mientras que él se sentaba sobre la cama.

— ¿Por qué tantos libros? —Preguntó señalando mi repisa lleno de ellos.

— ¿Por qué tantas preguntas? —Reí abriendo los ojos al mismo tiempo que lo miraba.

— ¿Por qué no me respondes y ya? —Pidió haciendo gestos con su rostro.

—Adoro leer, estoy estudiando literatura Alex, dah. —Dije llevando ambas manos a mi cabeza para abrirlas y simular una explosión— Mind blown, apuesto a que no te esperabas eso.

Writing ProcessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora